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NOVELAS
Big Bang
El último hombre sobre la tierra

por Ing. Alberto Picerno




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NOTA DEL AUTOR:


Cuando yo era chico no existí­a la TV y por lo tanto tampoco los videojuegos. Nuestros juegos eran juegos de imaginación personal o colectiva.

Por supuesto que no inventábamos todo, pero nuestros héroes eran héroes sin rostro. Eran los héroes de nuestros libros. A mí­ me gustaba la ciencia ficción y en esa época decir ciencia ficción era sinónimo de Julio Verne. Casi se podí­a decir que no habí­a otro.

La lectura de un libro (solo texto, en blanco y negro y sin sonido) es mil veces mas formativa que la observación de un video (color, de alta definición y con sonido estereofónico  de 7.1 canales). En aquel se exacerba la imaginación y en este, la imaginación se deja de lado. Un libro es siempre diferente de acuerdo a quien lo lee. Un video es siempre igual a si mismo.

Mucho después y cuando ya no me quedaban libros de Julio Verne por leer, me topé con un libro de Isaac Asimov y reviví­ todos esos buenos momentos de mi niñez pero en un entorno mas cientí­fico aunque igualmente novelesco.

Cuando en mi bendito paí­s los malos gobiernos primero y los militares después destruyeron la industria electrónica, que yo habí­a ayudado a construir, tuve que pensar seriamente a que dedicarme. Y el tantas veces lector, se convirtió en autor, y profesor de temas técnicos relacionados con la electrónica. Pero siempre pensé que alguna ves tení­a que escribir una novela de ciencia ficción, recreando el estilo de mis dos autores preferidos, que ya habí­an dejado este mundo. Y por fin me di el gran gusto. No se si mi novela se hará famosa, o si solo la van a leer mi familia y mis amigos. Yo solo sé que me entretuvo mucho escribirla durantes mis largas vacaciones en Villa Gessel (una playa de la Republica Argentina).

Esta novela, es lo que mis autores preferidos llamaban "un futuro posible". Todo lo que en ella se describe puede ser posible porque esta basado en alguna realidad existente en el momento de escribirla. Me tomé la molestia de escribirla tal como aprendí­ en mi niñez, de modo que eduque además de entretener. Y traté de emplear las palabras mas simples para que pueda ser leí­da y comprendida tanto por grandes como por pequeños. Mis autores preferidos escribí­an pensando en sus lectores y jamás trataron de impresionar por su erudición literaria. Yo quise hacer lo mismo. Ojalá que lo haya logrado.


Agradecimientos:

A mi hija Florencia por corregir los originales y aconsejarme cambios y agregados que consideré siempre como muy acertados.   

 A mi hijo Alejandro por ser el lector beta de esta obra.

     A mi hijo Andres por ser simplemente mi hijo.

 A mi esposa Elena por aguantarnos a todos.

























                 CAPÍTULO 1

                    

EN DONDE PRESENTAMOS A NUESTRO HÉROE Y A SU MUNDO DE ROBOTS


 

Jim Rutherford se despertó como todas las mañanas a las 9:30 horas, se dirigió al baño, se afeitó y fue a cumplir con su única obligación del dí­a: reportarse a Geonet. En efecto en el 2055 hacia ya 5 años que la humanidad se habí­a despojado del famoso castigo bí­blico:  "Ganaras el pan con el sudor de tu frente".

Jim tenia una profesión a pesar de todo, era el contador de una gran compañí­a fabricante de medias para mujeres. Tan grande que era la única del mundo con una producción de 40.000 millones de pares al año. Mientras se dirigí­a a su "eslabón informático" Jim pensaba en las palabras de sus padre ya fallecido (también contador como él).

Lo peor que existe para una economí­a regional o mundial es la falta de competencia. De inmediato el fabricante se sentirá tentado a incrementar el precio para obtener un mayor beneficio; y cuando vea que puede hacerlo fácilmente y sin perder ventas volverá a hacerlo una y otra ves hasta el hartazgo. Esta semilla sembrada en la sociedad pronto crecerá como una mala hierba; otros lo imitarán y si tienen un mercado cautivo  pronto todos los precios estarán tan inflados que las ventas caerán estrepitosamente por falta de circulante. El estado pronto remediará el problema generando aquello que el pueblo necesita, imprimirá billetes con o sin respaldo y generará el flagelo económico que aterrorizó por lo menos una ves a cada pueblo del mundo: INFLACION.

Jim pensó en la sabidurí­a de estas palabras; y en la solución automática de todos los problemas de la economí­a mundial: eliminar el circulante. En el 2050 el gobierno global de la tierra tomó la decisión de eliminar el dinero y con ello echar por la borda al sistema de castas económicas que era el único vestigio de los siglos pasados. Ya no hay pobres y ricos todos son igualmente pobres o igualmente ricos. Si lo comparamos con el pasar de un habitante de clase media de fines del siglo 20, se puede decir que todos son ricos; el estado se encarga de darles vivienda, comida y atención medica de una notable calidad. 

A cambio, cada habitante de este mundo debe realizar un trabajo muy cómodo y no remunerado como una carga  social. Algunos se dedican a la exploración del espacio, otros a la polí­tica interespacial, otros al arte cibernético, otros al deporte y los menos, como Jim, a controlar a sus esclavos informáticos para asegurarse que su trabajo sea rápido y eficiente. En efecto la producción y su control están a cargo de robots y computadoras, aunque estos términos ya no tienen las mismas acepciones que en el siglo pasado. 

Los robots no tienen el mas mí­nimo rasgo humano. Tienen formas adecuadas a su función. Un robot limpiador de maquinas es un simple chasis con ruedas y una serie de mangueras con diferentes terminaciones para emitir lí­quidos y gases y para sorberlos luego. Que ventaja tendrí­a un robot bí­pedo frente a las cuatro ruedas de este dispositivo práctico. Ninguna; por lo tanto la forma hace a la función y a otra cosa; una excepción la forman aquellos robots que deben atender a las personas, en este caso suelen tener formas humanas como una atención al trabajo que realizan. En cuanto a las computadoras solo tienen como elemento visible a una pantalla y a un conjunto de emisores acústicos. A diferencia de la mayorí­a de las pantallas del siglo pasado, estas son un dispositivo de entrada y salida. 

A decir verdad en el siglo pasado existí­an pantallas sensibles al tacto. Las actuales son sensibles a la mirada. Solo hay que mirar una zona de la pantalla para que la computadora interprete el deseo del usuario o pararse frente a ella para que reconozcan su cara. También se puede hablar frente a los dispositivos acústicos para que estos transformen la palabra hablada, en palabra escrita, sin errores y con reconocimiento de voz. Y en los últimos modelos solo bastaba con pensar para que la pantalla realizara la acción pensada. Para completar esta descripción debemos decir que cada humano tiene una computadora asignada desde que nace y que le responde a él y solo a él. Es decir que cada humano es responsable directo de una computadora hermanada con el y que pasa a llamarse  "eslabón informático". Jim se dio cuenta que estaba absorto en sus pensamientos cuando escucho a su eslabón que le decí­a:

-  Bienvenido a Geonet ¿en que lo puedo servir?

Se sobresaltó, su eslabón siempre lo habí­a recibido con un amigable  "hola Jim" y el cambio solo podí­a significar un error de reconocimiento. Se peinó con las manos salió del campo focal de la pantalla y volvió a entrar. 

- Bienvenido a Geonet ¿en que lo puedo servir?

- Soy Jim Rutherford; existe algún problema en tu sistema de reconocimiento de imágenes.

- No señor todos mis sistemas funcionan perfectamente.

- Por favor abre el archivo social, quiero saber cuales son mis actividades del dí­a de la fecha.

- Código por favor

- 1919273200272701

- Nombre por favor

- Jim Rutherford

- Lo siento Ud. no se encuentra asentado entre los suscriptores activos de la red.

- No seas estúpido, se muy bien cual es mi nombre y mi código y no se que diablos te esta pasando hoy que no reconoces ni mi imagen, ni mi voz.

- Yo no dije que no reconocí­a el nombre y el código. Solo dije que dichas variables no estaban asentadas entre los suscriptores activos de la red.

- Veamos, ¿debo entender entonces que esos datos no corresponden a un habitante del planeta tierra?

- Lo siento señor pero esa información es reservada.

- ¿Reservada para quien?

- Para el señor Jim Rutherford.

- Pero yo soy el señor Jim Rutherford.

- Bienvenido a Geonet, ¿en que le puedo servir?

- No me reconoces máquina estúpida.

- Si lo reconozco Ud. es el Sr. Jim Rutherford; solo que no puede ser el Sr. Jim Rutherford.

- ¿Por qué?

- Lo siento pera esa es una información reservada.

Veamos, pensó Jim, esta máquina esta totalmente desquiciada. Me reconoce, pero dice que yo no puedo ser yo. Si no me acepta como suscriptor activo de Geonet es como si no existiera. No puedo obtener ninguna otra información extra porque cada eslabón responde solo a su amo. Es evidente que el único camino que me queda es salir de casa. Iré al Transponder y me trasladaré al representante local de Geonet para que reparen mi eslabón.

El Transponder era el sistema de transporte utilizado por todos los habitantes de la tierra (tampoco existí­a otra opción). En el final del 1999 cientí­ficos Italianos (Italia era una de las subdivisiones geopolí­ticas del viejo mundo) habí­an probado que la materia podí­a trasladarse. Su tí­mido primer experimento fue trasladar un fotón; simplemente demostraron en la práctica que esa partí­cula sub-atómica podí­a realizar un cambio de coordenadas. Ese punto de partida en solo 50 años se habí­a transformado en lo que hoy era el Transponder. Un lugar de la vivienda con dos electrodos circulares como techo y como piso y un dispositivo de control al que solo debí­a indicarse verbalmente cuantos pasajeros viajaban y a que lugar. Se establecí­a un mí­nimo diálogo, según un protocolo, hasta que el dispositivo determinaba con exactitud informática hacia donde querí­an ir los viajeros; es decir las coordenadas exactas de un lugar de la tierra.

- Bienvenido al sistema Transponder ¿Cuántos pasajeros viajaran y a que lugar?.

- Un pasajero, al representante local de Geonet.

- Por favor ubí­quese en el centro del electrodo.

Parece que la cosa se va normalizando, en un instante cada partí­cula de mi cuerpo será trasladada a las nuevas coordenadas y podré salir de este embrollo......Huum me parece que esta maldita máquina esta tardando demasiado. Nuevos problemas....... este parece ser un dí­a fatal.

- Por favor ubí­quese en el centro del electrodo...........Tiene 10 segundos para ubicarse en el centro del electrodo, luego el viaje será abortado.

- El viaje a sido abortado.

Jim pensó, hagamos un nuevo análisis de la situación. El sistema Transponder no me reconoce. Eso implica que estoy prácticamente preso en mi propio hogar. Supongo que no voy a morir de hambre o de sed. Deberé  probar el SAM (Sistema Alimentario Mundial) pidiendo un suculento desayuno y si no funciona, entonces si que estoy en un verdadero problema. Según creo todo este lí­o se debe al maldito eslabón, como el no da una identificación absolutamente positiva de mi presencia, todos los otros artefactos me ignoran por completo. En fin que este es el máximo adelanto de la electrónica de nuestro siglo. 

Todos los microprocesadores de una casa están comunicados entre si y siguen una jerarquí­a especifica; el de mayor jerarquí­a es el microprocesador del eslabón (maestro) los otros dependen de el (esclavos). Hagamos entonces la ultima prueba que bien estoy necesitando un suculento desayuno.

- Soy el SAM en que lo puedo servir.

- Quiero un desayuno con café, crema, un jugo de naranja, dos huevos y una porción de torta de chocolate.

- Soy el SAM en que lo puedo servir.

- En nada idiota, ya sabia yo que este tampoco me reconocerí­a.

Si que estoy en un verdadero lí­o; no puedo comunicarme con Geonet, no puedo viajar, no puedo comer. Como es posible que no se hallan tomado las previsiones del caso para una falla en el sistema de reconocimiento de Geonet. No puedo creer que en 10 años de vigencia del sistema, con 8.000 millones de terminales en todo el mundo jamás se halla producido una falla. Yo no recuerdo haber escuchado una sola queja por los 1400 canales de TV que llegan a mi parabólica y eso que tengo el microprocesador de mi "HOME THEATRER" predispuesto para noticias de carácter general. Imposible, la ciencia puede haber avanzado mucho pero los cálculos de probabilidades se deben seguir cumpliendo. 

La probabilidad de ocurrencia de un evento se puede reducir, pero jamás se puede anular. Lo mismo que me está pasando a mi le debe haber pasado a mucha gente antes. Y se habrí­an producido quejas y seguramente habrí­an adoptado algún sistema alternativo de seguridad. A menos que......, si esto ya hubiera ocurrido, y las personas involucradas hubieran terminado muriendo de hambre; quien presentarí­a la queja. Algún familiar o algún amigo terminarí­a por descubrir el hecho. Solo que no se como responde el videófono en un caso como este. Yo mismo recuerdo haberlo programado (tal como lo hacen muchas personas) para que conteste que me fui de viaje sabático, cuando una misma llamada se repite una o dos veces por dí­a por mas de una semana. Recuerdo que fue el único modo de evitar el acoso de una jovencita que habí­a conocido.

¿Por supuesto que la idea de salir por una ventana es ridí­cula? Se muy bien que las ventanas son virtuales. Los hermosos paisajes; que se ven por ellas no existen mas que en una memoria flash de video e inclusive el efecto de la brisa sobre las cortinas y los aromas son una linda recreación sobre una pantalla tan sólida como el resto de las paredes. ¿Y las paredes? porque no romper directamente una pared. Que se yo lo que hay detrás de las paredes de mi departamento. Cuando lo recibí­ del estado no se ocurrió preguntar si era un departamento a nivel, sobre nivel o subterráneo.

No me importó inclusive la ubicación geográfica ya que todos los viajes en Transponder duran lo mismo; unos pocos segundos. Francamente no se en que parte del mundo me encuentro, ya que eso no tiene ninguna importancia.

¿Por qué no enciendo la TV? Hasta ahora consideré que yo soy la única persona que tiene problemas y puede que no sea así­. Y si hubo algún problema de comunicación general y están dando indicaciones por TV. No lo creo porque mi eslabón dijo que el sabí­a muy bien quien era yo, pero que no podí­a serlo. Cuando los microprocesadores dicen cosas sin sentido es porque tienen algún conflicto en sus informaciones. Todos sabemos que las complejas e infinitas soluciones que pueden adoptar, se basan en datos muy sencillos del tipo SI/NO; 1/0; ALTO/BAJO y cuando en una parte de su programa se le indica que una variable está en el estado bajo y en otra se le indica que está en el estado alto, el programa no sabe como seguir y en el mejor de los casos se congela o queda alternando entre dos ordenes cualesquiera. También es posible que entreguen datos falsos o incomprensibles. En una palabra que lo mejor es encender el TV y ver las noticias. Tal ves me estoy alarmando por un problema sin importancia.

Jim se dirigió a la habitación donde estaba instalado el HOME THEATER. Tal ves esta era la habitación mas utilizada de su departamento y todos los departamentos de la tierra. 

En efecto durante el siglo 21 el ser humano se habí­a  transformado en un hermitaño superinformado y la responsable era esa habitación con un nombre tan pomposo. En esa habitación se entretení­an los seres humanos del año 2050. El nombre de TV que le habí­a dado Jim no era mas que un recuerdo del pasado. Allí­ no habí­a un dispositivo de recepción de señales de TV ni siquiera existí­a una pantalla o bafles; solo existí­a un dispositivo que combinaba imágenes, sonidos, olores, sabores y sensaciones, provenientes de datos emitidos desde los satélites geoestacionarios y hacia los mismos. Todo lo que se veí­a, oí­a, olí­a, saboreaba etc. era absolutamente iterativo; Jim estaba dentro de las imágenes y podí­a modificar las mismas a su antojo en cuanto se referí­a al ángulo de visión; el nivel y tono del sonido; la intensidad de los aromas etc. etc.. También podí­a elegir entre observar y escuchar en  forma totalmente pasiva; pero este era un modo que se consideraba obsoleto y propio de un deficiente mental. La recepción de imágenes se realizaba obviamente por los ojos con imágenes generadas olográficamente. El sonido era espacial y mucho  mas impresionante que los sonidos naturales; por ejemplo en los viejos equipos del siglo pasado siempre se respetaba el sonido original, se trataba de hacer equipos que generaran sonidos que se parecieran lo mas posible a la realidad. En la actualidad se habí­a superado esa limitación. Era común escuchar música donde una nota de un instrumento musical salí­a de una coordenada de la habitación y la siguiente nota de otra cercana o alejada. 

Estaba además lo que llamamos "sensaciones". En un   principio solo fueron sensaciones del tipo táctiles; se podí­a tocar al actor predilecto y recibir una sensación táctil perfecta a través de un mono elástico que se conectaba al control de su dispositivo de comunicación. Sensaciones del tipo calor o frí­o eran también perfectamente posibles. Mas adelante se agregaron sensaciones mas perfectas tales como amor u odio a través de fluidos que ingresaban al cuerpo por la piel. Cuando se veí­an deportes, no se podí­a variar el resultado de los eventos; pero se podí­a ver un partido de fútbol en cualquier coordenada de la cancha incluyendo coordenadas variables. La broma de actualidad era observar el partido desde la pelota. 

A Jim todo esto no le importaba por el momento, el tenia un problema real y su idea era usar el equipo de comunicación como un simple y clásico TV (se lo llamaba el modo informativo).

La pantalla virtual estaba completamente oscura en cualquier canal que eligiera. Jim sabia que su dispositivo tenia un modo de protección que se podí­a predisponer para que mostrara una pantalla virtual oscura cuando se producí­a una deficiencia en la transmisión, así­ que bloqueó esa predisposición. El resultado fue similar a una nieve colorida sobre la pantalla y un ruido blanco (ruido de la lluvia al caer) por los dispositivos de audición. 

Esto significaba que no llegaban señales desde su antena parabólica o si llegaban eran anuladas por su sistema. Aislado, pensó Jim, así­ me siento....... aislado del mundo.  

Creo que tengo que confiar en mi suerte y comenzar a romper una pared cualquiera. Espero que mi departamento esté a nivel, o a una altura baja. Si es subterráneo, no tengo idea de lo que pueda encontrar afuera. Supongo que habrá túneles o algo que permita realizar el mantenimiento exterior de los departamentos. Y además espero que el aire exterior sea respirable. Ahora caigo en la cuenta que en toda mi vida no fui jamás al ambiente exterior. Por supuesto que veraneé en hermosas playas y escalé montañas pero seguramente mi Transponder interpretó mis deseos y me envió a lugares virtuales ya que no recuerdo que alguno de mis paseos se abortara por una lluvia o que el sol no estuviera presente sobre las cálidas aguas azules del mar. Supongo que si el hombre recurrió a la realidad virtual por algo debe ser. Es muy probable que la atmósfera terrestre ya no sea respirable. Tendré que actuar con mucha precaución al romper las paredes. Veamos que herramientas puedo hallar en mi departamento para destruir una pared. Recuerdo haber visto unas representaciones históricas que llamaban pelí­culas, en donde se utilizaban unas herramientas que llamaban "pico" y "pala".

Jim recorrió todo su departamento, entró en habitaciones en donde jamás habí­a entrado y solo en el comedor encontró algo que podí­a servir. Cuchillos, tenedores, cucharas y otras cosas que podí­an servir como herramientas. ¿De que estarán hechas las paredes?. Es evidente que no son los materiales clásicos; ya que los colores de las mismas se pueden cambiar desde una consola de control. Habrá que probar, espero que sean blandas.

Probó con todas las herramientas que habí­a conseguido; no logró siquiera realizar una mí­nima marca sobre las diferentes paredes de su departamento. Recordó que hace mucho tiempo en un programa de la TV habí­an mencionado que las casas se construí­an en un complejo robótico utilizando una resina epoxi mas dura que el acero y que tenia propiedades reflectivas especiales que le permití­an cambiar de color al ser circuladas por una corriente eléctrica. Cuando no circulaba corriente eran trasparentes (para permitir que ingresara luz desde el exterior en el caso muy poco probable de un corte de energí­a eléctrica). Modificando la intensidad de la corriente eléctrica se transformaban en una fuente de luz y cambiando la frecuencia modificaban el color. Jim sacó importantes conclusiones de sus propias cavilaciones, si no podí­a romper las paredes por lo menos podrí­a hacerlas transparentes; podrí­a averiguar si su casa era subterránea, a nivel o sobre nivel. 

Por otro lado ya sabia que la casa se alimentaba con energí­a eléctrica y un cortocircuito podrí­a atraer personal de mantenimiento. Así­ que manos a la obra; a buscar un tablero de electricidad o un tomacorriente o algo parecido. ¿Pero donde? Ya habí­a revisado toda la casa buscando herramientas y no recordaba haber visto nada parecido a una instalación eléctrica.

La cocina, pensó Jim, es el lugar mas indicado para buscar con todo detalle. Normalmente la alimentación humana se obtení­a fácil y rápidamente a través del Transponder; pero muchos habitantes, preferí­an de tanto en tanto, cocinar su propia comida para ellos o para visitantes ocasionales. Tal ves era solo un entretenimiento mas; pero lo importante es que si mal no recordaba una de sus novias era aficionada a preparar comidas caseras mientras el dormí­a el sueño del amor; pero lo hacia en su propia casa y le comentaba que habí­a utilizado diferentes artefactos como licuadoras, batidoras y procesadores de alimentos. Estos alimentos los habí­a pedido sin preparar por el Transponder y ella los habí­a procesado.

La cocina era un cuarto que no parecí­a tener lugar donde albergar artefacto eléctrico alguno. Solo una mesa y unas elegantes sillas de plástico que imitaba muy bien a la mejor madera. En una de las paredes una ventana con una hermosa vista de una montaña nevada y un paisaje idí­lico en su derredor. Paisaje virtual, pensó Jim, pero por las dudas tomó una silla y la rompió contra el ventanal para estar seguro.

Era virtual.

Si no hay teclado o ninguna otra manera de ingresar al sistema de control, seguramente hay un sistema de reconocimiento de voz; penso Jim. Veamos si despliega un menú acústico. 

- Cocina

- En que lo puedo servir

- Quisiera cocinar mis por propios alimentos y deseo saber con que artefactos puedo contar.

- Por favor dí­game quien es Ud.

- Soy la novia de Jim.

- ¿ Pero su voz es la de un humano masculino? 

- Yo no dirí­a que soy muy masculino, pero soy su novia y hágame el favor de no inmiscuirse en mi vida privada.  

- Bien; solo cuento con dos dispositivos múltiples: el dispositivo de cocinar y el dispositivo de procesar, ambos acompañados por los componentes auxiliares de mano.

- Quiero los dos dispositivos.

Jim agradeció a dios que el microprocesador de la cocina no estaba comunicado con los otros. De inmediato, una de las paredes laterales se deslizó y aparecieron los dos dispositivos y un conjunto de untensillos de cocina. Jim observó el procesador de alimentos esperando encontrar un cable de conexión. No lo tení­a. 

Maldiciendo comenzó un análisis mas detallado buscando como se desarmaba ese engendro. Vio varios tornillos y de inmediato los destornilló con un cuchillo de cocina. Adentro observó un motor eléctrico y cables de conexión. Buscó un par de guantes de goma; se los puso destornilló los tornillos donde se sujetaban los dos cables; quito los cables, los enrosco entre si. Buscó la tecla de encendido general del artefacto y la pulsó desde lejos con el mango de una cuchara de plástico.

Toda la casa se oscureció por un instante pero de inmediato se volvió a iluminar, con una luz diferente, la luz del exterior. Jim comenzó a observar hacia los cuatro puntos cardinales. Su vivienda estaba a nivel del suelo; un suelo gris evidentemente artificial. Hacia todos lados y con una separación de algunos metros se observaban masas cúbicas de plástico que evidentemente eran otras viviendas como la suya. Como era de suponer no se veí­an personas, ni animales, ni plantas; miró atentamente el cielo por un rato tratando de descubrir la presencia de pájaros y no pudo observar ninguno. En cuanto al color del cielo era evidentemente celeste con nubes blancas tal como lo recreaban las ventanas virtuales, solo que el celeste real parecí­a mas oscuro que el virtual y las nubes tení­an una forma y una densidad diferente; la forma real tenia simetrí­a horizontal y la virtual vertical. La densidad de las nubes virtuales era sumamente tenue, como un velo. Jim supuso que existí­a una atmósfera poco densa pero no se animaba a decir si era respirable. 

Pensó que se habí­a jugado el todo por el todo. Si no aparecí­a pronto el personal de mantenimiento quedarí­a totalmente aislado del mundo, porque su eslabón habí­a dejado de funcionar y su TV estaba totalmente a oscuras, la nieve habí­a desaparecido. La duda era por donde entrarí­a el personal de mantenimiento. No tubo que esperar mucho para saberlo; el sistema Transponder se activó solo y apareció una especie de tortuga gigante con ruedas de goma que sin decir agua va, se dirigió hacia una habitación que apareció donde antes no parecí­a haber nada. Cuando Jim se repuso de su primera impresión, corrió tras la tortuga explicando su terrible problema. La tortuga parecí­a ignorarlo por completo, así­ que se interpuso entre ella y la nueva habitación. La tortuga se detuvo por un instante, lo rodeó y volvió a encararse a su destino. Nueva intersección y un nuevo rodeo. Por fin Jim se cansó del juego y dejó que el artefacto llegara a destino.

El piso de la nueva habitación tenia cí­rculos numerados de un tamaño idéntico al de la tortuga. Dentro de cada cí­rculo habí­a agujeros de diferentes tamaños y a través de ellos se observaban componentes eléctricos y electrónicos de todo tipo. La tortuga se dirigió al circulo número seis, retrajo su tren de ruedas hasta que su borde encajó perfectamente con el circulo, se escucharon algunos ruidos de servomotores y el recinto volvió a iluminarse con su luz clásica. 

La tortuga se montó sobre su tren rodante giró media vuelta y salió del recinto de mantenimiento; detrás de ella se cerró una pared corrediza; fue hasta el Transponder y ya se disponí­a a retirarse cuando Jim se arrojó entre los electrodos en un intento desesperado de evitar que se fuera su última posibilidad. 

- Lo siento pero no puedo transportar una persona y un dispositivo cuando la solicitud es solo para un dispositivo, por favor reitere la orden.

Jim, no se movió de su lugar y la tortuga debe haber reiterado la orden para un dispositivo, porque se produjo una nueva negativa del Transponder. Jim analizó la situación que se reiteraba hasta el infinito y se le ocurrió introducir una variante empujo a la tortuga que se resistí­a heroicamente y volví­a a entrar al electrodo una y otra ves. Por último Jim la sacó del electrodo y la puso de espalda en el piso. Los motores de la tortuga giraron en vací­o a su máxima velocidad hasta que por fin se detuvieron por algún mecanismo de seguridad.

- Solicitud abortada, avisó el Transponder.

Jim pensó que lo único que quedaba por hacer era esperar. Seguramente  la tortuga ya estarí­a transmitiendo un mensaje de socorro a su base o la base deberí­a estar tratando de comunicarse con ella para informarse de lo que estaba sucediendo. Probablemente el supervisor de la tortuga fuera un humano o por lo menos un robot con mas discernimiento que la tortuga sorda. 

Error, a los pocos minutos se activó el Transponder y apareció un robot de auxilio, simplemente cuatro ruedas con un chasis, una grúa con un imán, y una cámara de TV a modo de dispositivo de observación. Jim no se preocupó en llamar la atención de este nuevo dispositivo que parecí­a tan tonto como el otro. Se acercó, lo puso de espaldas y siguió esperando. Unos minutos después apareció un aparente humano vestido con un mameluco naranja y con cara de absoluta sorpresa. Era un sujeto sumamente feo pero a Jim le pareció la persona mas hermosa del mundo, se acerco lo abrazó y lo besó y entonces el supervisor casi se muere del susto.

- ¿Qué es lo que está sucediendo aquí­?. Que le pasó a mis chicos.

- Le pido mil disculpas, espero no haberlos dañados; es que no tenia otro modo de llamar la atención. ¿Es Ud. su supervisor humano?. 

- Soy su supervisor pero no soy humano, mi nombre es R12RxDr pero me puede llamar  Robert. 

- Hola Robert sea bienvenido aunque yo esperaba un humano. ¿Me imagino que es Ud. una réplica exacta de su amo?.

- Si, lo soy, mi amo no puede atender todos los casos personalmente y tiene 22 replicas en todo el mundo. ¿Como se dio cuenta que era una replica?.

- Bueno, lo supuse porque no es Ud. muy bien parecido. Un roboticista hubiera tomado un modelo mas de acuerdo con el canon actual de belleza.

- No se preocupe por elegir las palabras para no ofenderme; mi programa no es sensible a esa nimiedades. Pero por favor explí­queme que está sucediendo aquí­.

- Simplemente que mi eslabón se dañó y no me reconoce.

- Discúlpeme pero un eslabón no se puede dañar. En todo el tiempo que lleva funcionando el sistema jamás se reportó un eslabón dañado.      

- Estadí­sticamente no se puede  eliminar la posibilidad de fallas; solo reducirla.

- En efecto pero si se utiliza redundancia la posibilidad puede reducirse tanto como se desee. En este caso cada circuito está multiplicado por 10 dada la importancia fundamental del eslabón.

- Si, pero mi eslabón no me reconoce y le aseguro que yo soy yo.

- No se preocupe, vamos a ver que le pasa a este eslabón.

Robert se dirigió rápidamente hacia el eslabón. Se ubicó en el campo de visión de la cámara de alta definición y esperó que el eslabón lo reconociera. De inmediato el eslabón se activó.

- Bienvenido robot R12RxDr. En que lo puedo servir.

- ¿Tenemos algún problema con el reconocimiento del señor Jim Rutherford?

- No.

- Entonces que problema tiene con él, que no lo recibe como todos los dí­as.

- Se me presenta un conflicto de informaciones. Porque Jim no puede ser Jim.

- Explí­quese con mas detalles por favor.

- Preferirí­a hacerlo sin la presencia de Jim.

- Bien, su amo ya se retiró; explí­queme que es toda esta novela que acaba de armar.

- Yo reconozco perfectamente a mi amo. Pero mi amo está muerto; así­ lo indica la lista de bajas del dí­a de ayer. 

- No puede ser, verifique nuevamente.

- Ya lo verifique 932 veces en el dí­a de hoy. La lista de defunciones del dí­a de ayer en la entrada número 104.012 indica que se lo da de baja por muerte y no hay ninguna alta posterior por ingreso equivocado. 

Por favor resuelva este conflicto rápidamente porque mi programa se encuentra en un circulo vicioso del que no puedo salir por mis propios medios.

- Eslabón; le ordeno que ignore la lista de bajas a partir de este momento y durante 48 horas mas (Así­ tendré tiempo de modificar la lista, averiguar como entró un dato falso y mas aun, darle una cristiana sepultura al desgraciado que se murió realmente). 

- Lo siento pero para modificar un paso de programa se necesita una jerarquí­a de programador en jefe y Ud. es solo un supervisor de mantenimiento.

Robert se dirigió a la habitación donde estaba Jim y le comunicó que el problema era mucho mas complejo de lo que suponí­a y que deberí­a notificarlo al supervisor en jefe, quien a su ves hablarí­a con su amo y este con el amo de los programadores y así­ sucesivamente hasta llegar al programador correspondiente. Le dijo que el problema que se presentaba era un dato falso en una base de datos de los usuarios de geonet; así­ que también existí­a la posibilidad de modificar ese dato. Y que como la solución no era inmediata seria mejor buscar alguna solución provisoria. 

- ¿Cual es su mayor urgencia? - preguntó Robert.

- Ya son las tres de la tarde y aun no he desayunado porque el SAM no me reconoce.

- No lo puede reconocer porque está enlazado con el eslabón. Pero es muy posible que me reconozca a mi. Veamos que ocurre si solicito algo para mi.

- Bienvenido al SAM, en que lo puedo servir.

- Quiero un desayuno americano para dos.

- Lo siento pero los robots no tienen acceso al sistema.

- Es que no lo necesito para mi, estoy realizando el pedido para otra persona.

- ¿Quien es esa persona?

- El Sr Jim Rutherford.

- Lo siento pero si el eslabón no autoriza el pedido no lo puedo ejecutar.

- Bien, el segundo desayuno es para mi amo que se encuentra de visita en esta casa. 

- Pí­dale a su amo que se acerque para una identificación positiva.

- Es que salió momentáneamente pero me pidió que le tuviera el desayuno preparado a su regreso.

- Lo siento pero Ud. esta mintiendo, seguramente para proteger a un humano dada su cualidad de robot. El transponder no indica actividad, desde la llegada de un robot hace mas de una hora.

  Y por otro lado no ingresó ningún humano en el dí­a de la fecha. Como Ud. es un robot, solo puede solicitar lubricante y baterí­as cargadas. Desea un kit de mantenimiento.

- No gracias, no me apetece.

Robert se disponí­a a dar mas excusas a Jim, cuando imprevistamente se encendió su radioenlace y comenzó a recibir información del jefe de supervisores. Un diálogo de datos entre dos robots no puede traducirse a ningún idioma humano corriente; pero podrí­amos imaginarlo de la siguiente manera.

- R12, aquí­ R1. 

- R1, aquí­ R12 adelante con los datos.

- ¿Esta Ud. en la casa del humano Jim Rutherford?.

- Afirmativo.

- ¿Qué esta haciendo en la casa de un muerto?. Ud. es un robot de mantenimiento y esa función le corresponde a la sección de robots funerarios. Su jefe F1 me acaba de presentar una queja formal porque no puede enviar a sus robots en tanto se note actividad en su eslabón. Retí­rese de inmediato.

- Es que el señor Rutherford no está muerto; el problema está en un error de registro en el listado de defunciones de geonet.

- ¿Y como sabe que eso es realmente lo que ocurre?

- Porque mis órganos de visión me indican que se mueve y respira y mis órganos acústicos me indican que habla.

- Y como sabe que se trata de Jim Rutherford y no de otro humano.

- Porque su eslabón lo reconoce positivamente. Solo que no habilita ningún dispositivo porque tiene un conflicto con la lista de defunciones. Este humano esta en un verdadero problema porque no puede alimentarse, no puede cumplir con su carga social y no puede viajar por el transponder. 

- ¿Sabe el humano que esta en la lista de difuntos?

- Eso es lo peor, su eslabón no se lo quiere decir porque es en extremo impresionable.

- ¿Desde cuando está dado por muerto?

- El eslabón dice que desde ayer; pero no puedo saber si está mintiendo porque su conflicto puede estar cambiando sus leyes primarias. Me temo que desde mucho antes.

- A juzgar por el enojo del supervisor de los robots funerarios, es muy posible que lleve varias semanas dado de baja.

- Quédese en lí­nea R12 quiero darle un informe a nuestro amo. R1 a amo..................R1 a  amo.......................R1 a amo.................Es extraño nuestro amo no contesta. Hace 35 dí­as tuve otra urgencia y tampoco me pude comunicar, luego la resolví­ por mis propios medios y me olvidé del asunto. Voy a hablar nuevamente con el supervisor de funerarios, escuche por favor.

- R1 a Lázaro 1.

- Lázaro 1 a R1

- Mi personal me indica que el señor Jim Rutherford está dado de baja por error. Se mueve respira y piensa. No sabemos que hacer. Intenté hablar con mi amo para que hable con el suyo, pero no me contesta.

- R1 no diga tonterí­as Ud. sabe que el listado se efectúa con todas las medidas de seguridad posible, utilizando redundancia octuple y si eventualmente existiera un error, en el listado siguiente quedarí­a corregido. Ud. y su chicos están complicando mi trabajo, justo cuando tengo una gran demanda. Dí­gale a su chico que se retire inmediatamente porque ya tengo preparados en el transponder a Lázaro 30.152.322 y a Lázaro 21.023.455. 

- Lázaro, fue un error de datos o yo recibí­ números de decenas de millones.

- Recibió bien, tengo 56.000.000 de chicos muy efectivos en su trabajo.

- Y porque tiene una cantidad tan grande de robots.

- Y como quiere que haga para atender un promedio de 86.345.554 defunciones diarias.

- Pero esa cantidad de defunciones es demasiado alta para una población mundial de 3.534 millones de humanos.

- Mi programa no analiza estadí­sticas, mi trabajo es muy simple, cuando un humano aparece en el listado de defunciones, esperamos a que cese toda actividad en la casa vamos y procedemos a ejecutar sus honras fúnebres de acuerdo a sus creencias religiosas.

- Yo si estoy capacitado para realizar cálculos estadí­sticos y le digo que aquí­ hay un maldito error. A un ritmo de 86.345.554 defunciones diarias Ud. va a enterrar a toda la humanidad en 41 dí­as. No entiendo como su amo no desaprobó tal incremento de robots y no entiendo como se pudieron construir tantos.

- Yo traté de comunicarme con mi amo, pero no me contestó. En cuanto a la posibilidad de construir tal cantidad de robots, la respuesta es muy simple.

  Los robots son construidos con otros robots industriales y los robots industriales son construidos a su ves con otros robots mas complejos. En nuestro caso trabajaron 500 robots complejos. Un solo robot complejo puede construir 10 robots diarios, al termino del primer dí­a se fabricaron 5.000 robot industriales. Cada robot industrial puede fabricar 1.000 robots funerarios por dí­a y eso significa que al termino del primer dí­a se fabricaron 5.000.000 de robots funerarios. Por eso a los 10 dí­as de realizar el pedido ya tenia 50.000.000 de robots a mi servicio.

- Y cuantas honras fúnebres realizaron en el último mes.

- Con todo orgullo puedo decir que mis chicos realizaron 3.534.235.456 servicios y sin un solo reclamo.

- Pero se da Ud. cuenta que enterró a toda la humanidad.

- Está equivocado solo el 46 % de los clientes van en tierra, al 44% los cremamos,  a un 8,6% los tiramos al mar y un 1,4% son conservados en frí­o.

- Lázaro 1, ¿cuántos servicios en progreso, tiene en este momento.

- Solo uno, el de Jim Rutherford; pero dado la magnitud de mi tarea tengo 12.000 supervisores secundarios que pueden tener servicios en progreso.

- Lázaro 1, como robot de orden superior y en ausencia de su amo le ordeno que aborte su tarea hasta nuevo aviso y que se presente inmediatamente en la casa de Jim Rutherford a donde yo mismo concurriré enseguida.

Jim, estaba esperando justo en la habitación donde se encontraba el transponder; de improviso se produjo el doble ingreso de Robert 1 y de Lázaro 1. Robert se acercó lo saludó y sin dilación le dijo.

- Sr Jim Rutherford. Yo soy Robert 1 y me acompaña Lázaro 1. Le pido mil perdones por irrumpir de este modo en su hogar pero se ha creado una situación anormal que debo poner en su conocimiento de inmediato. Me gustarí­a contarle todo lo que pasó de modo tal que no le genere ningún tipo de ansiedad, pero a los robots nos resulta muy difí­cil explicar las cosas de modo parabólico. Nuestras redes neuronales están dispuestas para simplificar las explicaciones e ir derecho al meollo del problema. Sr. es muy posible que por un desgraciado error sea Ud. el ultimo representante de la humanidad.

Jim se puso pálido como el papel y se desplomo sin previo aviso sobre un sillón. La humanidad habí­a luchado denodadamente contra todas las enfermedades somáticas y habí­a triunfado. Luego encararon las enfermedades psí­quicas y casi terminaron con todas ellas salvo el llamado "sí­ndrome de la muerte". Casi el 75% de los humanos habí­an contraí­do esta psicosis a consecuencia de su aislamiento fí­sico voluntario. En otras épocas los seres humanos estaban en contacto con la muerte, las guerras, las pestes, las hambrunas. Ese contacto transformaba a la muerte en un futuro cercano y tangible y muchas veces en algo deseado para evitar el sufrimiento.

Realmente parecí­a una burla del destino o un castigo divino, que la sociedad del presente, estando muy cerca de la vida eterna, sufriera "el sí­ndrome de la muerte" con tanta intensidad. El tan mentado "elixir de la vida" que habí­a desvelado a los hombres de ciencia desde la edad media, no hací­a falta ya, el hombre podí­a ser eterno en cierto sentido ya que los medios de memorización de datos habí­an progresado de tal modo que en una memoria de estado sólido se podí­a guardar todas las secuencias de aminoácidos de la molécula de la vida y con él todas y cada una de las moléculas orgánicas e inorgánicas que constituí­an su cuerpo. 

Y estas moléculas se guardaban junto con las coordenadas exactas de sus ubicaciones y la posición de las células cerebrales correspondientes, con todas sus dendritas conectadas y además toda la obra que el ser humano hubiera realizado en toda su vida. En sí­ntesis que se habí­a calculado que para recrear a una persona en lo fí­sico lo emocional y lo espiritual, eran necesarios alrededor de 10 teraoctetos ( 0 10.000 gigaoctetos que es lo mismo). A comienzos de siglo, la capacidad de acumulación de una computadora familiar era de 40 Gb es decir que solo hacia falta incrementar esa capacidad por un factor de 2.000 veces cosa que se logró en el 2038 utilizando al propio átomo, excitado o normal, como célula de memoria. Toda esta memoria se encontraba disponible en una simple barrita de silicio de 10 x 20 x 50 mm.

Con esta memoria se podí­a, en cualquier momento, alimentar un proyector holográfico sonoro y una computadora, para materializar a una persona desaparecida y hacerla interactuar con el medio. Simplemente se podrí­a modificar su propio programa y seguir realizando obras con el mismo estilo de siempre y hasta podrí­a seguir aprendiendo como lo hiciera cuando estaba vivo. Es una vida diferente pero vida al fin. Extrañamente, antes de poder realizarse la experiencia, todos los humanos (mas de 3.000 millones) se habí­an puesto de acuerdo en crear una ley, indicando que la experiencia no podí­a realizarse sin el consentimiento del propio humano otorgado antes de morir.

Diez años después de hacerse posible la experiencia. Ningún humano habí­a dado la autorización correspondiente, ni siquiera los propios cientí­ficos que la habí­an creado.

Seguramente el problema estaba relacionado con el sí­ndrome de la muerte, ya que ningún humano dejaba de realizar su back-up diario en la mágica barrita guardada en un orificio de su eslabón. Algún cientí­fico supuso que el problema era que una imagen holográfica y sonora era un medio muy limitado de interactuar con el medio, ya que no podí­a tocar, mover o modificar objetos y sobre todo personas, por sus propios medios y se dedicó a crear un robot totalmente funcional que no solo hiciera sentir presión, sino también pasión a los que lo rodeaban. El robot tenia un sofisticado sentido del tacto que lo hacia percibir el mas trémulo temblor de lo que estaba acariciando. Una respuesta total a las viudas y viudos que no se conformaban con un holograma sonoro tan poco consistente. Este robot tenia incluso una ventaja con respecto al humano del cual era copia, podí­a ser apagado en cualquier momento. El roboticista se quedó con las ganas de probar su bello dispositivo, con una memoria realmente llena por un humano, solo pudo hacer simulaciones, y cuentan las malas lenguas, que él tampoco firmó la autorización para después de su muerte.

Inclusive llegó a suponer que el problema era el dispositivo de apagado (en el fondo era como morir y revivir a voluntad de otro) y lo suprimió en aras de lograr una simulación mas perfecta (y sobre todo porque supuso que en algunos casos el robot estarí­a mas tiempo apagado que encendido) pero así­ y todo, su dispositivo no tuvo aceptación.

Así­ las cosas, los humanos seguí­an muriendo tal y como lo habí­an hecho desde que comenzara la vida sobre la tierra. A pesar del avance de la ciencia, la muerte en sí­, era un fenómeno desconocido. En un instante el individuo estaba vivo; un instante después sin que nada cambiara en la quí­mica de su cuerpo (ni la menos importante molécula de la uña del dedo menor del pie izquierdo, estaba muerto y no habí­a posibilidad de revertir la situación. Llámelo, alma, fluido vital, karma, conciencia o como quiera llamarlo, algo habí­a huido de ese cuerpo en forma instantánea, para no volver nunca jamás y ese algo no pudo ser encontrado por ejércitos de cientí­ficos en toda la historia de la humanidad. El mismo hombre que dominó a las enfermedades, nunca pudo entender la peor consecuencia de la enfermedad, la muerte misma. Tal ves era este el motivo por el cual los humanos seguí­an creyendo en las múltiples religiones que existí­an sobre la tierra. Si el ser humano conociera todas las respuestas, no necesitarí­a a Dios, porque él mismo serí­a Dios y aparentemente esta sola respuesta mantení­a con vida las creencias religiosas de la civilización. 

Es un grave error para una civilización, creer que cada ser humano puede ser su propio Dios; ya que es como no creer en ningún Dios; y ese único error habrí­a de ser pagado muy caro.   

Que misterio causaba el sí­ndrome, nadie lo sabia, pero que el sí­ndrome existí­a nadie lo dudaba y modelaba los problemas sociales de la civilización. El sí­ndrome  llegaba a tal extremo que muchos humanos (extrañamente no existí­an estadí­sticas al respecto) llegaban al fin de sus dí­as sin haber visto un muerto jamás, desde luego que existí­an las honras fúnebres tal y como siempre habí­an existido, pero eran cumplidas por los llorones, un tipo de robot creado especí­ficamente para suplir a los deudos y amigos del muerto. Ellos adoptaban la apariencia fí­sica, el carácter y la voz exactas de un humano y concurrí­an a las honras en su lugar; eran una recreación de una costumbre italiana del fin del siglo 19 donde se contrataban a las "lloronas"  para concurrir a los velorios y llorar desconsoladamente y a los gritos por unas pocas Liras (moneda antigua). Estas mujeres totalmente vestidas de negro y por lo general realmente sufrientes por haber perdido a muchos familiares, eran reemplazadas por robots también vestidos de luto y que por supuesto tení­a sus ojos modificados para que pudieran llorar; evidentemente una siniestra muestra de disgregación, de una civilización que técnicamente superior, no habí­a tenido un avance paralelo de la correspondiente cultura.

Una sociedad vací­a de sentimientos y llena de tecnologí­a, que habí­a olvidado el carácter gregario del ser humano. Una ciencia que aislaba a los seres, en lugar de propiciar su contacto intelectual y fí­sico. 

Cuando Jim se recuperó, se encontró rodeado por tres robots; Robert 1 y  Lazaro 1, estaban acompañados por Galeno 1 que solí­citamente habí­a concurrido a atender al que posiblemente era el único paciente de la tierra. Galeno 1 diagnosticó "desmayo por emoción violenta, complicado con falta de alimentación" y seguidamente enunció el tratamiento (tan viejo como la humanidad) "reposo y alimentos sanos". Robert 1 volvió a tomar la iniciativa:

- Señor, Rutherfort ¿recuerda lo ultimo que le dije?  

- Si, que probablemente sea el último habitante de este planeta.

Y como único humano, tiene Ud. que cumplir con la carga social mas importante y compleja. Gobernar como único soberano de la tierra.... En nombre de 15.050 millones de robots que pueblan la tierra, le deseo el mayor de los éxitos como presidente interino de la humanidad.











CAPITULO 2


EN DONDE JIM ES CONCIENTE DE QUE ESTÁ  SOLO EN EL MUNDO Y LAS CIRCUNSTANCIAS QUE LO LLEVARON A ELLO.


 

La primer medida que tomó el presidente interino de la tierra fue una reunión de gabinete urgente, para tomar una medida por demás necesaria. Su discurso de toma del cargo fue el mas raro pronunciado por presidente alguno en la faz de la tierra:

- Tengo hambre. Por favor piensen como podrí­amos conseguir algo de comida.

 - Los tres robots se miraron y cada uno se puso a pensar por su cuenta en función de sus cargos. Robert 1 ya habí­a fracasado rotundamente en su intento. Lazaro 1 no tení­a la mas mí­nima relación con la comida, por lo tanto no hizo proposiciones. 

- Galeno 1 tampoco tenia relación con la comida como placer, pero si la tenia en función de ser el combustible primario de sus pacientes. Por lo tanto opinó del siguiente modo:

- Hambre; proteí­nas. Alimentación intravenosa.

- Amigo, le aseguro que su menú no es muy apetitoso; no podrí­a Ud. intentar que el maldito SAM me sirviera un apetitoso bife, con dos huevos fritos, dos panes caseros y unas gruesas fetas de tocino a la plancha; ah...., y si fuera posible también una botella de algún buen vino tinto.

- Acabo de revisar mi listado de medicamentos y no le encuentro mas soluciones al problema que la alimentación intravenosa. Si bien nosotros recomendamos dietas especiales, ellas deben ser procuradas directamente por el paciente. En cuanto al vino tinto podrí­a encontrar algún sustituto farmacológico, pero no creo que pueda engañar a su paladar. Le aseguro que no tendrá Ud. ningún sufrimiento y su sensación de hambre cesará de inmediato.

- Jim, creo que debe Ud. aceptar el consejo del médico mientras encontramos alguna solución más placentera. -Terció Robert 1-. Estoy pensando en llamar al encargado de programadores para ver que puede hacer con el eslabón.

- Hágalo por favor. Galeno 1, proceda. Dijo Jim con cara de asco. 

Mientras Galeno 1 solicitaba el equipo médico necesario, Robert hizo contacto por radio con la sección programación y luego de explicarle a Enter 1 todo lo sucedido y una ves que éste se convenció de que su amo no contestaba y que por lo tanto probablemente estaba muerto; apareció de inmediato por el transponder. Enter 1 no tení­a rasgos humanos, ya que no eran necesarios para su función. Era una carrocerí­a cúbica con tres ruedas, las dos traseras del tipo bicicleta y una delantera pequeña, que giraba trescientos sesenta grados para permitirle girar (para subir escalones debí­a girar su rueda delantera ciento ochenta grados y encarar el escalón con las ruedas traseras. El dispositivo se completaba con un brazo saliente que evidentemente contení­a el conector de un puerto de comunicaciones. Con dicho conector interactuaba con los eslabones recibiendo y transmitiendo información digital. Este brazo podí­a además calzarse diferentes dispositivo para agarrar, perforar, martillar, etc., etc.. Tenia órganos auditivos, de fonación y de video ya que debí­a verificar el correcto funcionamiento de los receptores y transmisores sonoros y ópticos de los eslabones. De inmediato se dirigió al eslabón, apoyó su puerto sobre la pared cerca del mismo y comenzó un dialogo silencioso y veloz. Algunos minutos fueron suficientes para realizar un chequeo total del programa del eslabón; luego desacopló el puerto y se dirigió a la sala donde esperaba Jim comiendo (si es que se lo puede llamar así­) y los otros robots.

- Veo que ese método de alimentación gota a gota no se puede catalogar precisamente de fast food; así­ que tengo tiempo para dar una larga explicación. 

El eslabón tiene un comportamiento sumamente extraño. Si bien su programa original posee cierto grado de inteligencia para adecuarse a las costumbres de su amo, en este caso, esa inteligencia está sumamente desarrollada y ocupa tanto espacio de memoria como el programa mismo. En cierto modo el programa desarrolló una especie de dependencia absoluta de Jim, y el eslabón de algún modo supone que Jim es enteramente dependiente de él. Si le tuviera que poner nombre dirí­a que es casi como ese comportamiento incomprensible que los humanos llaman amor y que yo lo considero como una malsana interdependencia mutua. 

- No está Ud. exagerando - interrumpió Jim - Es conocido por todos que la inteligencia artificial no puede jamás llegar a asemejarse a un sentimiento.

- Totalmente cierto, el programa original tiene una serie de indicaciones básicas a las que la inteligencia artificial no puede llegar. Históricamente los primeros programas inteligentes capaces de adaptarse a las circunstancias fueron los procesadores de texto de finales del siglo pasado. Ellos tení­an un diccionario para realizar las correcciones automáticas de errores de ortografí­a.

- Ese diccionario al principio era fijo, pero más adelante los programas permití­an que el usuario incluyera nuevas palabras. Eso se llamó inteligencia porque el programa aprendí­a a medida que el usuario lo utilizaba; en realidad esta muy lejos de ser verdadera inteligencia, solo se lo puede llamar capacidad de memorización, que es necesaria para desarrollar la inteligencia, pero que de ningún modo se puede confundir con ella. Es el mismo caso de un papagayo que aprende las palabras que su amo le enseña; con suficiente tiempo el papagayo podrí­a aprender un lenguaje completo de 2000 palabras por ejemplo, pero las utilizarí­a al azar o condicionadas a un reflejo; podrí­a decir "que rica papa" al ver su alimento, pero jamás podrí­a expresarse con otras palabras ante el mismo reflejo condicionado, como por ejemplo "me parece que esa comida es exquisita" porque en realidad no entiende lo que esta diciendo. El papagayo demostrarí­a verdadera inteligencia si uniera las palabras de ese lenguaje completo en una frase coherente que nunca se le haya enseñado.

La inteligencia puede relacionarse con la auto programación. El eslabón tiene capacidad para desarrollar programas utilizando para ello la observación de la realidad. Nosotros mismos tenemos una gran cantidad de espacio de memoria (mayor que la del eslabón) disponible para programas que no existí­an cuando fuimos fabricados. Todos nosotros debemos aprender a caminar, posteriormente a nuestro ensamblaje (bueno, en realidad yo aprendí­ a rodar) y eso significa crear un programa nuevo que podrí­amos llamar "CAMINAR". Y a pesar de todo una computadora o un robot, en cierto sentido no pueden jamás llegar a considerarse inteligentes, simplemente porque fuimos parcialmente despojados de nuestro instinto de conservación y porque tenemos un principio básico o una regla universal de la robótica que implica que siempre debemos decir la verdad. 

Las leyes de la robótica tal como las conocemos en la actualidad fueron creadas por Isaac Asimóv a mediado del siglo pasado. Asimóv era un cientí­fico de origen ruso que emigró a EEUU y que en lugar de destacarse en su campo, se destacó como un escritor de ciencia ficción. 

A pesar de ello, sus tres leyes de la robótica no pudieron ser mejoradas por ningún roboticista de nuestro siglo y terminaron por ser adoptadas universalmente como un principio de la ciencia robótica. En realidad no es este el único caso en que un escritor de ficción influye sobre un hecho cientí­fico; el otro caso es aun más patético. La teorí­a de las órbita geosincrónica de los satélites de comunicaciones fueron enunciadas por Clark otro escritor famoso del siglo pasado. 

Jim, para que Ud., nuestro querido presidente pueda juzgarnos y entendernos, le voy a enunciar las tres leyes fundamentales de la robótica tal como las creó Asimóv:

PRIMERA) Un robot no puede dañar a un ser humano o por inacción permitir que un ser humano resulte dañado.

SEGUNDA) Un robot debe obedecer las ordenes dadas por un ser humano, excepto cuando dichas ordenes entren en conflicto con la primera ley.

TERCERA) Un robot debe proteger su propia existencia en tanto esta protección no implique un conflicto con la primera o segunda ley.

La segunda ley implica que un robot no puede mentir, ya que basta que lo interrogue un humano comenzando la pregunta con: "dime la verdad" para que se vea forzado a no mentir; claro que si el interrogatorio no comienza con esas palabras, el resultado puede ser una mentira para respetar la tercera ley. Por extensión esto significa que si en su programa original se le indica que la planilla de defunciones tiene prioridad sobre sus propias observaciones de la realidad, entonces debe actuar según lo indica el programa original desconociendo a su amo. Los programas creados por el mismo, es decir su inteligencia, tienen un potencial de acción que está por debajo de aquello que esta grabado en su programa original. Lo que acabo de averiguar es terrible pero todos los eslabones del mundo recibieron hace 32 dí­as una lista declarando muertos a todos los amos del mundo. El programa de un eslabón indica claramente que en ese caso debe pedir una confirmación cada 2 horas por diez veces consecutivas y si todas las respuestas son coincidentes debe cumplir con una serie de operaciones de rutina. La primer operación de la serie consiste en averiguar si en la casa existe algún otro ser humano vivo.

Si existe no debe continuar con las siguientes operaciones. Si no existe  debe cumplir con la siguiente operación, que consiste en deshabilitar el control ambiental. La tierra prácticamente perdió su atmósfera respirable hace unos 20 años cuando la capa de ozono (o lo que quedaba de ella) desapareció de los trópicos y se perdieron las ultimas especies vegetales. Sin fotosí­ntesis no se regenera el oxí­geno y la atmósfera se hace irrespirable. Claro que los cientí­ficos habí­an previsto esta calamidad y ya hacia tiempo que los humanos viví­an en casas autosuficientes que generaban su propia atmósfera. El control ambiental utilizaba energí­a eléctrica y esta era escasa, por lo tanto si no era necesario respirar se cortaba el control ambiental. Las mascotas animales morí­an así­ con sus amos, pero esto no se consideraba una gran perdida ya que pocos tení­an mascotas reales; casi todas eran robóticas ya que no requerí­an el clásico paseo diario y no orinaban las paredes (aunque existí­a un modelo de perro robot muy desarrollado que levantaba la pata como una monerí­a).

Esta realidad no estaba en conocimiento de la mayorí­a de los humanos; ya que el "sí­ndrome de la muerte" hubiera causado estragos si los humanos entraban en conocimiento de que una mí­nima fisura en una pared de su casa, era suficiente para provocar la muerte por asfixia. Este secreto solo era conocido por los máximos lideres de la humanidad, por sus principales cientí­ficos y por todos los robots de la tierra, que a sus tres leyes principales sumaban una excepción de la segunda ley que indicaba que la segunda ley podí­a ser violada solo en caso de que un humano preguntara algo sobre la calidad de la atmósfera terrestre o la muerte. En este caso el robot debí­a mentir diciendo que la atmósfera era respirable o debí­a evitar la exposición al "sí­ndrome de la muerte". 

Debe recordar además que a los eslabones no se los consideraba como computadoras, sino como robots sin movimiento y por lo tanto debí­an cumplir con todas las leyes de la robótica y sus excepciones. Realmente esto se extendí­a a todas las computadoras existentes sobre la tierra luego de que ocurrieran algunos accidentes. 

En efecto, algunas inermes computadoras, en sus ratos de ocio, se construyeron su propio cuerpos consiguiendo miembros y órganos protésicos de uso medicinal que controlaban a distancia por telemetrí­a. Nadie sabe si a sabiendas o no terminaron dañando a seres humanos y a sus propiedades. El estado por lo tanto obligó a todos los fabricantes a grabar las tres leyes de la robótica a toda máquina, artefacto, o dispositivo basados en un microprocesador (hasta la mas simple cafetera).         

Su eslabón violó la segunda ley pero porque para él, decirle la verdad significaba infringir la primera, pensando que le causarí­a un daño considerable o tal ves la muerte misma. La violación le creó un conflicto pero lo soportó durante 32 dí­as, tiempo en que todos los habitantes de la tierra murieron por asfixia.

En este momento esta cumpliendo con las indicaciones solo a medias, ya que no ha desconectado el control ambiental; pero en cualquier momento su conflicto puede hacerse crí­tico y cumplir con la orden. Para completar el informe quiero recomendar las acciones a seguir. 

Hay que atacar el problema allí­ donde se generó; es decir en la computadora que genera las listas de defunciones. Esto inclusive podrí­a salvarle la vida a otras personas que se encontraran en similares circunstancias (aunque no creo que existan muchos eslabones tan enfermos que puedan hacer lo que el suyo). Para ingresar en esa computadora necesito los códigos de alta seguridad que solo poseí­a mi amo, y el único modo de obtenerlos es trasladarme a su casa y robar su barra de memoria. El problema es que no estoy capacitado para leer barras de memoria, así­ que deberí­amos citar al supervisor general de robots cientí­ficos, esperando que el sí­ pueda hacerlo. Robert podrí­a encargarse de eso mientras yo voy a la casa de mi amo y traigo su barra de memoria. 

Unos minutos después se activo el transponder y apareció Pascal 1 el supervisor de robots cientí­ficos. Jim no pudo contener una ruidosa risa cuando observó que su nuevo amigo usaba anteojos de gran aumento con vidrios redondos y era totalmente calvo con apenas unas pelusitas rodeando a sus orejas. En fin era la imagen del sabio que todos dibujarí­amos para ilustrar una composición infantil; su creador habí­a demostrado un gran sentido del humor al colocarle anteojos que evidentemente no necesitaba, porque bastarí­a realizar un ajuste con el potenciómetro de preajuste de foco para solucionar su problema. 

- Señor presidente; en mi nombre y en el del grupo de robot cientí­ficos que represento le deseo una....

- Esta bien Pascal no hace falta que me rinda honores ni nada de eso; aquí­ tenemos un problema muy grave que esperamos nos ayude a resolver. Puede Ud. extraer los códigos de alta seguridad de la barra de memoria del amo de Enter.

- Conozco el problema ya que Robert me envió una comunicación directa. Si, puedo extraer los códigos de la memoria, pero necesito que Ud. me diga que si no lo hiciera correrí­a peligro de muerte; ya sabe que no puedo ignorar la primera ley.

- Pascal, le ordeno que extraiga los códigos de memoria de la barra que aquí­ le entrego. Si así­ no lo hiciereis correrí­a un grave peligro de muerte por inanición (esto se parece mucho al juramento clásico de los ministros solo que en este caso falta el "Dios y la patria lo demandarí­an").

Pascal a cubierto de faltar a la primera ley, introdujo la barra en el eslabón de Jim, apoyó su calva en un sector cercano de la pared y comenzó un dialogo imposible de entender para un humano que llenó la pantalla de garabatos indescriptibles.

Luego de la consabida renuencia del eslabón para no faltar a la primera ley y de la orden directa de Jim aclarando que corrí­a peligro de muerte, apareció en la pantalla un código de 48 caracteres alfanuméricos. Enter los capturó y de inmediato se puso en contacto satelital con la computadora generadora de la tabla de defunciones.

- Tabladefun le ordeno modificar la linea 1229 de su informe 2303DN declarando muerto al señor Jim Rutherford código 1919273200272701 y todas las entradas posteriores del mismo tenor. 

- kdkllsññs`ppjm ejjejjrf    rejejjeklwññw eeeeee.

- Repita

- kdkllsññs`ppjm ejjejjrf    rejejjeklwññw eeeeee.

- Repita.

- kdkllsññs`ppjm ejjejjrf    rejejjeklwññw eeeeee

- Tabladefun, dí­game que fecha es hoy

- Lg/ii/opdf

- Tabladefun repita la linea 1229 de su informe 2303DN

- Jim Rutherford; código 1919273200272701; condición fallecido; 27/01/2059; 19:33:12

- Jim, lo siento pero la computadora generadora de la tabla de defunciones tiene una falla de funcionamiento.

Ella puede leer su memoria, pero no la puede reescribir y por lo tanto no puedo cambiar la lí­nea donde se lo declara muerto. No puedo comunicarme con ella, ya que solo dice incongruencias y por lo tanto no puedo intentar repararla. No creo que desplazándome fí­sicamente hacia donde ella se encuentra pueda solucionar nada, ya que no parece ser una falla del puerto de comunicaciones; sino una falla de su unidad central de proceso. Propongo una reunión de todos los jefes robot para determinar los pasos a seguir.

Una reunión polifasética podrí­amos decir. En efecto Jim tenia un gabinete de ministros muy particular: 4 robots humanoides y un animaloide funcional, a saber; el rechoncho Pascal Jefe de los robots cientí­ficos; el vestido de negro Lázaro, jefe de pompas fúnebres; el feo robot jefe de mantenimiento, Robert con su infaltable mono naranja y el médico en jefe Galeno con su uniforme blanco. Como complemento operaba Enter, un robot con tracción en las  cuatro ruedas encargado de mantenimiento de computadoras.

Jim pensó en cada uno de sus ministros, con intención de prescindir de alguno de ellos que resultara inútil. Pero desistió de inmediato. 

Un médico es siempre un mal necesario ya que nadie quiere que alguien le diga que está enfermo, pero si uno está realmente enfermo, entonces necesita medicamentos y se hace necesario un médico y por otro lado, Galeno era el único que podí­a saciar su hambre, aunque no fuera precisamente con un menú cinco estrellas. Robert era su mecánico particular, entendido en mil artefactos que el solo conocí­a como usuario. Pascal era un compendio cientí­fico imprescindible en ese mundo semidesconocido del exterior y por ultimo estaba Lázaro, cuya función era mejor no necesitar, pero que estaba a cargo de un verdadero ejercito de negros robots (Jim se sorprendió, habí­a utilizado la palabra "ejercito", una verdadera antigualla de la época en que los hombres tení­an razones para matarse entre sí­, dinero, posesiones, etc. etc.). 

Cada uno a su manera era necesario en las actuales circunstancias, e inclusive no serí­a extrañó que a la sazón se requiriera algún robot mas.

- Comienza la sección (dijo Jim con voz de presidente). Hagamos un resumen para clarificar las actuales circunstancias. El problema más importante, sin falsa modestia, es mantenerme con vida; porque si se comprueba todo lo que suponemos, yo soy el último ser humano que existe en la faz de la tierra y por lo tanto lo quiera o no lo quiera soy la posible simiente de una futura civilización.    

Me pregunto ¿como voy a perpetuar una nueva  raza humana? Pero eso es un problema para mas adelante. Lo haré aunque tenga que reproducirme por esporas (aunque a mi me gustarí­a hacerlo por el método clásico que me parece mucho mas entretenido, si es que pueden procurarme una compañera). 

Mi vida está en peligro por dos circunstancias, ambas indirectamente relacionadas con mi eslabón; mi alimentación es deficiente porque no funciona el SAM y en cualquier momento el eslabón desconecta mi sistema de vida y muero asfixiado como todo el resto de la humanidad. Por la misma razón (deficiencias en mi eslabón) estoy preso en mi propia casa aunque trasladarme a otra no servirí­a de mucho, porque según suponemos todas las demás casas tienen su sistema vital cortado y un eslabón que no fuera el mí­o no me aceptarí­a. 

Pascal logró entrar en el sistema "tabladefun" pero ese servidor esta funcionando deficientemente y no puede cambiar las declaraciones de muerte. No podemos desconectar a mi eslabón porque eso implica una muerte segura por falta de sistema vital. Creo que todo esto me lleva a una única solución; no tengo alternativas, debo salir al exterior y conseguir mi propio sustento si es que este existe.

Pero antes de hacerlo necesito conocer la opinión de cada uno de Uds. Pascal comience realizando un análisis de mis posibilidades en el hostil medio ambiente externo.

- Primero está el problema del aire. No me animo a opinar sobre la calidad del mismo. Creo en principio que su densidad es baja, pero es muy probable que no sea mucho más baja que la que existí­a en lugares habitados de las montañas en los finales del siglo 20. 

Es decir que si no realiza un ejercicio violento, que le producirí­a algo que se llamaba "apunamiento" podrí­a respirar con relativa tranquilidad. Con referencia a la polución del aire poco puedo decir. Cuando se perdió la capa de ozono el aire de las ciudades era casi irrespirable porque la vida dependí­a de enormes generadores térmicos basados en la oxidación rápida (o combustión) de un liquido derivado de restos fósiles llamado petróleo. Esta forma obsoleta de generar energí­a mecánica dejaba moléculas pesadas en la atmósfera, que pronto terminaron por hacer irrespirable el aire de las ciudades. 

Luego se utilizó un sistema inverso al de la electrólisis, llamado "celda de combustible", en donde la energí­a quí­mica de un combustible (generalmente hidrógeno) se transforma en energí­a eléctrica eficiente y limpiamente e inclusive dejando como producto secundario oxí­geno e hidrógeno en forma de gases libres o unidos formando agua.

Es decir que estos generadores mejoraban el aire en lugar de polucionarlo, reemplazando a los viejos y moribundos árboles. El hombre luego de terminar con la atmósfera de su mundo se refugiaba en un mundo artificial pero antes dejaba funcionando máquinas que podrí­an mejorar el aire enrarecido. 

Después está el problema de los recursos vegetales y animales; francamente después que la civilización se decidió por la alimentación artificial por duplicación de estructuras moleculares, las plantas y animales de la superficie exterior quedaron libradas a su propia suerte. Desconozco como les fue en esa inhóspita superficie que les tocó en suerte. En los alrededores de los asientos habitados no se observa vida; pero eso no significa nada porque en esos lugares el clima exterior está térmicamente polucionado por la misma ciudad. 

Cada casa tiene un intercambiador de frio/calor que reduce o aumenta la temperatura de la vivienda y aumenta (siempre aumenta dado que la entropí­a general siempre tiende a aumentar) la del medio ambiente que la rodea.

Quizás en los valles mas profundos exista aire puro (aunque poco denso), animales y vegetales derivados de sus viejos parientes y adaptados mas o menos a su nuevo habitat y a su nueva atmósfera y tal ves resistentes a los rayos ultravioletas que ya no son filtrados por la capa de ozono.

Por último nos queda el problema de las radiaciones contaminantes. Si las radiaciones terminaron con la vegetación y los animales, porque no suponer que pueda terminar con la vida de Jim. Supongo que bastará con la protección que ofrece la ropa y con cremas filtrantes sobre la superficie exterior de la piel.

Jim, una excursión por el ambiente exterior no es algo simple. Creo que debe Ud. planificarla con gran esmero y considerar siempre el peor caso porque no sabemos a que nos vamos a enfrentar. Por otro lado presumo que deberá recorrer grandes distancias y no lo va a poder hacer caminando. Sugiero que elijamos un buen vector de transporte terrestre, aéreo y marí­timo.

- Perdón, dijo Jim, que significa "vector de transporte terrestre o aéreo". El único método de transporte que conozco es el viaje a través del transponder. 

- Antes del transponder y antes de los vectores de transporte, los hombres viajaban en vehí­culos de 2, 3 y 4 ruedas (a veces mas) por tierra; con vehí­culos que se sustentaban en el aire llamado aviones o con vehí­culos que flotaban y se desplazaban por el mar o los rí­os y que se llamaban barcos. Luego llegaron los vectores de transporte que utilizaban los tres medios indistintamente y por ultimo llegó el transponder que los desplazó definitivamente. Yo sugiero revisar en los museos hasta encontrar un vector adecuado en lo que respecta a velocidad, capacidad y tipo de combustible.

- Galeno, me gustarí­a que realice un aporte sobre las posibles enfermedades que podrí­a contraer en el exterior â€" dijo Jim-.

- La medicina teórica es una falacia. Hace mucho tiempo que un humano no se anima a salir al ambiente exterior y por lo tanto no se que le puede ocurrir si lo hace. Solo puedo acompañarlo y atenderlo si se enferma. Como ya sabe todas las enfermedades fueron eliminadas de la faz de la tierra. 

Pero en los ambientes interiores. Afuera, pueden existir virus, bacterias, animales superiores o nanomáquinas que lo dañen y para los cuales yo no tenga una respuesta inmediata. Es muy probable que contraiga una enfermedad, sea atacado por algún animal superior o por una nanomáquina o se accidente.

- Gracias por sus precisiones, pero si me quedo adentro me muero seguro y no hay peor enfermedad que la muerte (Jim se sorprendió hablando de la muerte sin rubor). Pero dentro de los peligros enumerados por Ud. hay uno que no conozco para nada. ¿qué es una nanomáquina?

- Perdón, dijo Galeno, pero la muerte es una consecuencia de la enfermedad y no la enfermedad misma. En cuanto a las nanomáquinas, son dispositivos mecánicos del tamaño de unas 10.000 moléculas o menos que se comenzaron a usar a finales del siglo 20 como microrobots curativos. Pero a principios del siglo 21, como represalia por una guerra sangrienta, un pequeño paí­s de creencia Musulmana fabricó en gran escala nanomáquinas que creaban enfermedades en lugar de curarlas.

Esas nanomáquinas fueron simplemente enviadas por correo a EEUU (uno de los estados de mayor población, con gran preeminencia en el mundo finisecular, a tal extremo que se autonombraron "la policí­a del mundo"). Los enví­os se mezclaron con un virus que atacaba las ví­as respiratorias pero eso era simplemente un caballo de Troya; el verdadero flagelo eran las nanomáquinas que atacaron algunos años después, diesmando la población de EEUU y desparramándose por el mundo exterior.   

- Bien, Bien......Robert que puede aportar a la reunión (dijo Jim para cortar un diálogo que lo acercaba demasiado a un peligro de muerte).

- En mi carácter de supervisor de mantenimiento tengo alguna experiencia con respecto al ambiente exterior, ya que muchas reparaciones son externas. Desde luego que mis ayudantes no pueden opinar sobre la calidad del aire dado su carácter de máquinas elementales (se escuchó un chirrido evidentemente propalado por los parlantes de Enter y en respuesta de lo que escucharon sus micrófonos).

Pero el video de sus cámaras y el audio de sus micrófonos, que son grabados indefectiblemente, suelen traer detalles que me hacen suponer que existe una nueva flora y una nueva fauna en el ambiente exterior. Los encuentros no son muchos, pero si consideramos que mis chicos nunca se alejaban de las zonas habitadas hasta hace poco, puedo asegurar que en los valles alejados deben existir plantas complejas y animales superiores.

Por otro lado, en los últimos años tuvimos que modificar a nuestros chicos para hacerlos herméticos al agua, porque un viejo fenómeno climático, llamado lluvia, se hizo cada ves mas frecuente y les producí­a un daño permanente en forma de capa de óxido. 

Por lo tanto le pedirí­a, señor presidente que me lleve con Ud. y además me permita modificar algunas de mis tortugas y otros chicos para que nos sean de gran utilidad en la exploración del ambiente exterior.

- Lázaro, tiene Ud. algo que aportar, dijo Jim.

- Por supuesto, Uds. Se olvidan de mí­ por que me consideran un Robot inferior destinado a una tarea poco agradable. 

Sin embargo me permito sugerirles que me dejen cambiar la pala por la espada y así­ transformarme en el comandante en jefe del más poderoso ejercito de robots que pobló la faz de la tierra. Mis operarios, ahora elevados al rango de soldados, pueden ser muy útiles a la hora de conquistar nuevos territorios, adecuados para la nueva civilización que hoy comienza y que seguramente ...................

- Bien, bien, grrrrruuufff. (garraspeó Jim, dandose  cuenta de las intensiones del robot de  autonombrarse como comandante general de todos los ejercitos). Muchas gracias Lazaro, pero por ahora creo que el territorio disponible alcanza para toda la civilización que puebla la tierra y que vengo a ser yo. Pero tengo otros planes muy importantes para sus soldados como por ejemplo, cazar algún animal salvaje parecido a una vaca o por lo menos que tenga un gusto y una consistencia similar. Cuando necesite un general le prometo pensar en Ud. que por otra parte tiene una tarea similar a la de todos los generales que existieron sobre la tierra; ellos mataban y Ud. entierra.

Enter, que tiene para aportar. 

- Solamente ponerme a su servicio para hacer todo lo robóticamente posible para ayudarlo. Puedo ser sus oí­dos y sus ojos cuando el Sr. presidente lo requiera.  Cuando abandonemos su vivienda su eslabón deberá desconectarse y es mi intención copiar sus autoprogramas generados durante tantos años a su servicio. Si Ud. me permite quiero protegerlo como lo hací­a su eslabón. Se que para serle mas útil yo deberí­a tener por lo menos aspecto humanoide, pero me conformo con que su excelencia me considere como una mascota mecánica, capaz de divertirlo y cuidarlo si es que  se conforma con mi aspecto animaloide con ruedas. Para ser creí­ble en mi nueva función voy a adaptar un limpiaprabrisas como cola y lo voy a sacudir como un perro para saludarlo.

- Bien, ya tengo la opinión de todos; dijo Jim. No se como hice, pero creo que por casualidad me junté con un grupo de robots que ya se me hacen imprescindibles, aun antes de comenzar a explorar el mundo exterior. Creo que cada uno de Uds. me será útil en su momento y no voy a prescindir de ninguno.

En esta sencilla ceremonia los voy a nombrar como ministros de mi gabinete.

Robot humanoide Galeno; ministro de salud.

Robot humanoide Lazaro; ministro de guerra y general de todos mis ejércitos.

Robot humanoide Pascal; ministro de ciencias.

Robot humanoide Robert; ministro de producción a cargo del mantenimiento. 

En cuanto al Robot animaloide Enter; lo nombro mi mascota preferida y en esta misma ceremonia le ordeno que salga al exterior y cace para mi algo que se pueda transformar en un apetitoso platillo de comida.

Los ministros tomaran a continuación y en forma conjunta el juramento de rigor:

Juro cumplir con la función que me ha sido encomendada y si así­ no lo hiciere que Asimov y las tres leyes de la robótica me lo demanden. Bien, creo que llegó el momento de determinar, cuando salimos, con que equipaje, en que vehí­culo, con que herramientas, hacia donde iremos, con que combustible y sobre todo como salimos de esta cárcel de lujo.

- Jim, permí­tame que lo asesore sobre el tipo de vehí­culo a utilizar (dijo Pascal) y donde conseguirlo.

- El único lugar posible es el complejo de museos terrestres en donde se guardan varios ejemplares de vehí­culos de las diferentes marcas y modelos que poblaron la tierra. En cuanto al combustible deberemos buscar alguno que utilice algún combustible abundante en el medio exterior. En principio me inclinarí­a por utilizar algún vector a hidrógeno. Cuando lleguemos a alguna concentración humana encontraremos electricidad disponible en grandes cantidades. Nos basta con realizar electrólisis en el elemento mas común de la tierra: "el agua" para separarla en sus dos componentes principales hidrógeno y oxí­geno. El hidrógeno lo cargaremos en nuestra celda de combustible y la misma generará electricidad para nuestros motores eléctricos. Cuando se agote el hidrógeno cargaremos mas en otra ciudad.

- Perdóneme Pascal, pero me preocupa el problema de la polución ambiental (dijo Jim). No me gustarí­a comenzar una nueva civilización arruinando una incipiente atmósfera. Ese latiguillo del "elemento mas abundante de la naturaleza" no me convence, porque la humanidad fue capaz de terminar con las reservas de petróleo que a principio del siglo 20 se consideraban inagotables.

Al final del mismo siglo prácticamente se habí­an agotado. Posteriormente cuando en el 2008 se produjeron inundaciones en el desierto del Sahara, el hombre se dio cuenta que estaba consumiendo las "inagotables" reservas de arena para fabricar dispositivos electrónicos.

- No se preocupe Jim, el hidrógeno es el combustible mas limpio que se pueda utilizar. Cuando se combina con aire para producir energí­a, solo se producen como subproductos, calor, agua y una pequeña cantidad de oxido nitroso (NO). Estos están muy lejos de ser los gases pesados que producen el efecto invernadero cuando se queman combustibles fósiles derivados del petróleo.

El hidrógeno es extremadamente abundante en la naturaleza y es un recurso renovable. Se puede conseguir en todo el mundo porque tiene innumerables fuentes alternativas, desde el gas natural hasta las biomasas incluyendo las cosechas agrí­colas y la basura de relleno. Usando electrólisis como lo haremos nosotros se puede conseguir a partir del agua en cualquier lugar que disponga de electricidad y como actualmente la electricidad se genera con celdas solares o con generadores eólicos el sistema no es polucionante.

- Para su tranquilidad le voy a decir que las celdas de combustibles fueron inventadas en 1839 por Sir William Grove, pero no fue hasta el siglo 20 que tuvieron aplicación práctica en los vehí­culos espaciales de la serie Géminis, Apolo, Skylab y el transbordador espacial. Ahora, si se utilizan en un vehí­culo espacial que es un sistema herméticamente cerrado, es porque realmente no son polucionantes. De cualquier modo le prometo que cuando haya por lo menos diez humanos en nuestra incipiente civilización, voy a revisar nuevamente todos estos conceptos porque así­ me lo manda mi primera ley. 

- Estoy convencido - dijo JIM. Pero me preocupa otra cosa. Donde se encuentra geográficamente ubicado el complejo de museos terrestres. 

- Tengo entendido que están en lo que antes se llamaba Europa, en la antigua Rusia precisamente. A unos 45.000 Km de aquí­ en lí­nea recta. 

- Y a que velocidad se desplaza nuestro vector.

- En promedio podrí­amos decir que a unos 200 Km por hora en el aire, teniendo en cuenta la recarga de las celdas. 

- Es decir que tardarí­a 225 horas en llegar hasta aquí­. Aproximadamente una semana. 

- Pues bien les aclaro que no pienso seguir alimentándome por ví­a venosa durante tanto tiempo. Es imprescindible comenzar nuestra excursión de inmediato.

- Pido la palabra, dijo Enter. Yo tengo una enorme experiencia en el traslado de objetos por el transponder y creo que no hace falta que lo traigamos por sus propios medios. Podemos viajar varios de nosotros al complejo, por el transponder, desarmar el vector, enviarlo aquí­ por partes con el mismo medio y luego volverlo a armar.

- Disculpen que sea obsesivo, dijo Jim, pero no entiendo como van a traer un enorme vehí­culo por el Transponder y no pueden traerme una buena chuleta, un par de huevos, una hogaza de pan y una botella de vino para saciar mi apetito.

- Porque el transponder los cataloga como alimentos y si entran alimentos, es porque hay alguien para consumirlos y Ud. está declarado muerto a pesar de que tiene muy buen apetito para estar muerto. Dijo Pascal riendo copiosamente.

- Bien, trataré de olvidarme del problema (solamente a mi se me puede ocurrir intentar que un robot entienda la palabra apetito, pensó Jim). 

Ahora, luego de armar el vector en el living de mi casa ¿como piensan sacarlo de aquí­?

- Pido la palabra, dijo Lázaro. Ese es un trabajo para este servidor; cavar, romper paredes, demoler, para mi es cosa de todos los dí­as. No se preocupen que con un poco de explosivo plástico puedo bajar la pared que Uds. me indiquen y les aseguro que gozaré con ello porque hace ya mucho tiempo que rompí­ mi última pared. Como Ud. comprenderán, un robot dedicado a enterrar seres humano debe tener los potenciales de las tres leyes de la robótica ajustados de un modo algo mas suave que en el resto de los robots. En caso contrario pronto entrarí­amos en un mal funcionamiento por sobrecarga psicorobótica. Eso me hace particularmente adecuado para destruir y una pared para mi no hay nada imposible de demoler.

- Bien, otorgado. Lázaro se ocupara de abrir la puerta del garaje. Pero antes de cerrar la sesión creo que debemos analizar si no se necesitará algún otro integrante robótico adecuado para nuestra excursión por el exterior.

- Me preocupa el tema de la orientación en nuestro mundo exterior.

- Si bien podemos conseguir cartografí­a electrónica de ultima generación creo que serí­a mejor traer al Robot jefe de geografí­a, que es la persona encargada de crear esa cartografí­a y es posible que nos de detalles que no estén en la base de datos utilizada para enseñar geografí­a en las escuelas actuales.

- Bien, Pascal, eso cae en tu órbita de trabajo. Por favor que el jefe del departamento de geografí­a esté presente antes de la partida. Sin mas asuntos que tratar, se levanta la sesión y se pide a los señores ministros la mayor premura en la realización de sus cometidos, atento a que el problema de la comida aun no tubo solución y yo me encuentro en una situación única: soy un presidente hambriento en un mundo que siempre se caracterizó por tener pueblos hambrientos pero presidentes bien satisfechos.









CAPITULO 3

EL ESCAPE HACIA EL EXTERIOR


El living, ya no era tal, se habí­a convertido en un en una mezcla de taller mecánico y obra civil. Lázaro estaba mas feliz que perro con dos colas. Sobre una de las paredes que daba al exterior estaba aplicando un plástico explosivo de consistencia parecida a la goma de mascar. Lo hacia con forma de arco con la base recta sobre el zócalo ya que estaba sumamente preocupado por evitar el derrumbe generalizado de la casa. En efecto, la construcción de la casa era con paredes autoportantes de una sola pieza premoldeada, aunque la palabra premoldeada era una antiguedad. En realidad se trataba de un material totalmente sintético construido ubicando la molécula adecuada en el punto adecuado según un patrón establecido en una computadora.

Las primeras experiencias de ubicación atómica precisa se habí­an realizado a fines del siglo 20 en la universidad de Berkeley en EEUU de Norteamérica en donde haciendo gala de una gran imaginación uno de sus cientí­ficos logró ubicar los átomos de un compuesto cristalino formando el nombre de la universidad; las ocho letras tení­an el tamaño de una matriz de ocho por ocho átomos. A partir de esa curiosidad cientí­fica se generaron millones de materiales con estructuras tan puras como de un átomo en un trillón y con dimensiones tan precisas que el único método posible de medición era contar sus átomos ya que no existí­a posibilidad de medirlas por comparación óptica con una regla, calibre o cualquier otro comparador mecánico. El encastre entre las diferentes piezas de una estructura tan compleja como una casa, se realizaba simplemente porque los bordes coincidí­an a nivel atómico o molecular y el simple contacto generaba pares iónicos o covalentes tan fuertes que las dos piezas unidas eran tan fuertes como una única pieza.

Pero el material de construcción seguí­a teniendo peso y el peso del techo se sustentaba por el esfuerzo conjunto de todas las moléculas de las paredes. Si se sacaba una pared el techo se podí­a curvar hasta un punto tal que su estructura cristalina se rompí­a y se derrumbaba sobre los habitantes de la casa. Lázaro buscó antecedentes en el ultraciberespacio a través de su computadora interna conectada en red por microondas, pero no halló ninguna referencia a pesar de usar sofisticadas máquinas de búsqueda de documentación. Su búsqueda en los archivos de noticias no tubo mejor resultado. Los últimos derrumbes documentados sobre el planeta fueron en las primeras décadas del siglo 21 cuando colapsó el sistema económico mundial y todos los paí­ses del mundo le declararon la guerra a EEUU que hasta ese momento era quien manejaba la economí­a mundial y se endilgaba el carácter de policí­a del mundo. Pero un policí­a que le trajo al mundo el grave problema de las nanosondas asesinas no fue bien vista por el resto de los paí­ses. Bastó con derrumbar el Pentágono y amenazar a todos los edificios gubernamentales y militares de EEUU para que el mundo cambiara una estructura económica basada en el dinero, por otra basada en la distribución equitativa de los beneficios económicos y cientí­ficos, que alcanzaban ya para alimentar a una humanidad que no necesitaba trabajar. Y el paí­s con el mejor ejercito de la tierra perdió su ultima batalla, por muchas razones, pero por sobre todo porque su pueblo, sus soldados, no querí­an pelear. Sus militares y polí­ticos se quedaron sin el apoyo del pueblo que es siempre por naturaleza pací­fico y se refregaron por el traste, la bandera el himno y todas esas mentiras que inventan los polí­ticos para ejercer el dominio de las masas hasta el extremo de pedirles que maten por ellas. Luego de esa única batalla, el mundo fue uno solo y jamás tubo himno ni bandera que lo representase.

Luego de ese derrumbe histórico, solo se produjeron algunos por movimientos telúricos, pero cuando la civilización dejo de usar sus clásicos edificios hí­bridos y comenzó a usar los nuevos edificios de cristal monolí­tico los derrumbes desaparecieron de la faz de la tierra aun para los terrorí­ficos sismo de grado 10 que sacudí­an la tierra con una violencia inusitada.

Lázaro se consideró incapaz de resolver el problema. Se dio cuenta que habí­a hablado de mas cuando minimizó el problema de la pared, ya que ahora habí­a un ser humano vivo bajo el techo, sostenido por la pared que tení­a que romper y tubo que recurrir a Pascal para que este realizara un cálculo de estructura. Los resultados indicaron algo muy lógico: realizar un agujero con forma de arco que apenas alcanzara para que el vector de transporte pudiera pasar. De ese modo la pared seguirí­a soportando el peso del techo.

Pascal estaba muy seguro de sus cálculos, pero sus potenciales cerebrales se elevaban, cada ves que pensaba que un error podrí­a significar la muerte de su actual amo y que posiblemente este era el último ser vivo existente sobre la tierra. Por eso se dedicó de inmediato a determinar cuales serí­an las acciones a seguir para preservar la vida de su amo con mayores posibilidades.

Lo primero era que la explosión deberí­a estar distribuida en los puntos adecuados y no concentrada. La estructura cristalina de cada substancia siempre tiene un punto de fusión. Por ejemplo el Germanio puro se funde a solo 150°C, el Silicio puro a 300°C; pero las paredes de las viviendas estaban construidas con un cristal de Carbono muy similar al diamante, si no fuera porque era un cristal de carbono con impurezas (impuro no porque no se pudiera purificarlo mas, sino porque así­ lo deseaba el diseñador para que fuera un semiconductor, que al conducir suavemente la energí­a eléctrica modificara su opacidad y su coloración). La temperatura de fusión del cristal era superior a los 1500°C y se requerí­a por lo tanto la energí­a de un explosivo para fundirlo. Esto de fundir un diamante y transformarlo en una carbonilla similar a la mina de un lápiz, no era algo nuevo, ni siquiera fue algo que se logró en el siglo 20. Se lo conocí­a desde finales del siglo 19 y ese experimento le habí­a costado la cabeza a mas de un alquimista trasnochado, cuando alguna reina, de alguna corte, se dio cuenta de que los diamantes utilizados en la experiencia eran los suyos.

Pascal amaba su cabeza, porque dentro de ella estaba su microprocesador maestro; y las leyes de las robótica indicaban que la primer prioridad era su amo, la segunda los otros amos que ya no existí­an y la tercera, era su propia integridad. Sentí­a por su microprocesador algo parecido al orgullo, que lo llevaba a cuidarlo con gran esmero. Todos los robot de la tierra debí­an someterse a algo equivalente a un chequeo médico. Solo que este caso se trataba de un control del programa de su microprocesador (entre los robots se lo llamaba solo "micro"). Cada robot a su tiempo se comunicaba con un servidor, que pasaba a controlar su programa en busca de virus informáticos y errores de sintaxis. Si los hallaba los eliminaba, o los hací­a inofensivos. Si no existí­a cura para ese virus se lo estudiaba esta encontrarla, mientras el robot permanecí­a en cuarentena en el taller. En realidad, los últimos virus encontrados tení­an ya alguna década y correspondí­an al periodo de transición entre la economí­a del dinero y la economí­a de la distribución equitativa de la riqueza.

Luego de realizar múltiples cálculos y de estar seguro que la pared no se derrumbarí­a, se reunió con Lázaro para discutir donde ubicar al último ser humano del mundo en el momento de la explosión. Decidieron ubicarlo en el dormitorio, que era la habitación mas alejada del living, que a la sazón era el lugar de la explosión programada. Luego analizaron en que lugar del dormitorio deberí­a estar. La decisión no fue muy elegante para un primer mandatario, pero estaba llena de lógica, lugar: debajo de la cama. Vestimenta: un casco de seguridad, un respirador de acuanauta y un traje anticontaminación. Esa fue la decisión unánime y al uní­sono de ambos robots. Y yo voy a estar a su lado, dijo Lázaro, para protegerlo con mi propia estructura robótica si fuera necesario. 

En ese momento se encendió el transponder y Jim miró ansioso la carga ingresada, observando que su apetito debí­a esperar, porque se trataba de una pieza del vector del transporte que no ameritaba hincarle el diente. Los robots animaloides  y humanoides estaban armando todo lo que ingresaba, e iba tomando forma un extraño vehí­culo mezcla de helicóptero y casa rodante con dimensiones suficientes para el presidente y su séquito. 

El siguiente encendido del Trasponder entusiasmó sobre manera a Jim. Evidentemente lo que estaba ingresando tenia aspecto de ave con plumaje colorido y tornasolado, similar al plumaje de un colibrí­, pero de tamaño mucho mayor. Eran plumas y donde hay plumas hay carne pensó y dentro de su cerebro se formó una clara imagen de una suprema a la Mariland con olor, sabor y consistencia. Una momentánea sensación de saciedad invadió su mente; pero lamentablemente esta sensación se transformó luego en una puntada en el estómago. El lí­quido que se formó en su boca, agua, lo volvió a la triste realidad de su estómago vací­o.

-Pascal ¿eso que acabo de ver no es un ala?

-Entiendo el sentido de su pregunta, pero no se ponga contento. Es un ala pero no forma parte de un pájaro comestible, biológicamente hablando. Se trata de un vehí­culo volador muy sofisticado que no tiene órganos rotativos. El hombre trató de volar desde que vio al primer pájaro en el cielo. Pero su organismo no está hecho para el vuelo. La fuerza de sus miembros no es suficiente para que vuele como un pájaro. Su esqueleto esta hecho para la locomoción terrestre, es fuerte pero muy pesado para el vuelo. Si bien a principios del siglo 21 un hombre atravesó el canal de la mancha en un dispositivo volador a pedales (podrí­amos decir una bicicleta con alas y hélices) ese vuelo estaba muy lejos de ser el vuelo acrobático de un pájaro. Apenas si despegó algunos metros de la superficie y casi no tení­a maniobrabilidad. Los objetos voladores tení­an motores de combustión interna, con hélices o a reacción, pero nunca se logró un verdadero vuelo de pájaro porque el hombre no podí­a copiar el motor muscular de los mismos. El vuelo era ruidoso y polucionante hasta que se creó la motoave.

La motoave no tiene hélices ni utiliza la reacción. Tiene alas móviles que se mueven con un motor muscular, copiado de las aves mas grandes que poblaron la tierra. Esos motores musculares usan un combustible muy común en la naturaleza: Las grasas o hidratos de carbono. Pero no se entusiasme porque Galeno ya analizó la posibilidad de usar ese combustible como comida y encontró, que no la reemplaza en lo absoluto. Es más, nadie se preocupó por su sabor y el mismo es incomible; o por lo menos así­ lo indicó la literatura cientí­fica consultada.

- ¿Pero donde vamos a encontrar ese combustible tan especial? 

- En principio nuestras 5 motoaves tienen sus tanques llenos y una autonomí­a de 500 Km. Pero ellas mismas generan su propio combustible cuando se las alimenta con comida. En una palabra que si conseguimos comida para Ud. también podremos conseguir comida para ellas.

- ¿Se me ocurre una pregunta? Si el hombre resolvió el problema de los motores musculares. Porque se siguieron construyendo robots cibernéticos con motores, transistores y otros componentes electrónicos.

- Porque para el uso general, somos mas adecuados, baratos, resistentes, precisos, económicos, fáciles de maniobrar y mucho mas adecuados para hacerles cumplir las leyes de la robótica. Sin embargo no es verdad que no existan los robots musculares. Existen y tienen un uso en donde son imprescindibles. Cuando deben reemplazar el cuerpo completo de un ser humano. Recuerda que le comenté, que si colocamos la barra de memoria de un humano fallecido, en un robot adecuado, se puede revivir a esa persona y darle una existencia fí­sica y mental que en nada se diferencie del original. Y también le comenté que ningún ser humano habí­a dado la autorización para hacer la experiencia de colocar su barra de memoria en ese cuerpo muscular. Bien esos cuerpos se utilizaron para otros menesteres en donde la dura estructura robótica es incompatible con la función. ¿Me entiende?

- No, realmente no lo entiendo.

- Me refiero a que cuando un robot debe cumplir una función que requiera un contacto absolutamente intimo con un humano, se utilizan robot musculares con una barra de memoria sintetizada. Y cuando digo contacto intimo no me refiero solo a "acompañantes". Hay cosas que un robot cibernético no puede transmitir. Entre otras "el conocimiento". El proceso de la enseñanza cambió mucho desde los albores de la ciencia. La simple charla de Sócrates con sus discí­pulos mientras caminaban desnudos por los jardines de su residencia, se transformó en un profesor dando clases en un aula totalmente provista de todos los adelantos cientí­ficos e informáticos o multimediáticos, Pero siempre se requirió el contacto "humano a humano"; parece como si el único modo de penetrar en un cerebro humano es la presencia de otro organismo humano y como es imposible diferenciar entre un robot muscular y un humano, todos los profesores de nuestro mundo, son robot musculares que muchas veces son mas sensibles que los humanos y por lo tanto mas adecuados para dar amor y enseñar. 

- Y para que necesitamos la motoaves si tenemos nuestro vector de transporte.

- Una motoave se utiliza para los viajes cortos de reconocimiento. Son extraordinariamente maniobrables; digamos que tan maniobrables como un pájaro e igualmente silenciosas. 

- Pero supongo que volarlas requerirá un largo aprendizaje.

- De ningún modo, volarlas es algo absolutamente intuitivo. No tienen volante, manubrio, joystic,  palanca de dirección, ni nada que se le parezca. Simplemente se conducen pensando en la acción a realizar. Este sistema de conducción es muy anterior al sistema de propulsión biológico. Fue experimentado en aviones a reacción ya al final del siglo 20 y solo se lo adaptó a su nuevo uso. El que debe aprender y acomodarse a su cerebro es el vehí­culo. Ud. simplemente se sienta en una motoave y piensa en levantar vuelo en girar a la izquierda, en volar sobre un mismo lugar, en tirarse en picada, en planear e inclusive pueden volar hacia atrás, a baja velocidad, al mejor estilo de los colibrí­es de los cuales no solo copiaron su plumaje sino su modo de vuelo.

- ¿Un robot puede manejar mentalmente una motoave?

- La motoave tiene un puerto de comunicaciones standard que se conecta directamente a nuestro microprocesador central. No solo podemos manejarlas con nuestro pensamiento, o si lo prefiere con nuestro flujo de datos, sino que podemos hacerlo con mayor rapidez que un humano, dado el contacto directo desde nuestro microprocesador a los motores musculares de la motoave.

- Ya tendremos oportunidad de competir.

- Acepto Jim, pero.......... Perdón...............; tuve un reset involuntario debido a que mis potenciales celebrales superaron el máximo permitido. Ocurre que no puedo dejar de explicarle que los robots no podemos ganarles a ningún humano, ni competir con ellos de ninguna forma..........Perdón en realidad podemos pero debemos perder, tratando de que el humano crea que ganó en buena ley.

- Y porque se los obliga a mentir a sabiendas de que eso puede significar un grave desarreglo de sus potenciales cerebrales.

- Porque los humanos comenzaron a desconfiar de nosotros al final del siglo pasado, cuando observaron que eran constantemente superados. Todo comenzó con un viejo juego ciencia llamado ajedrez. Todos los años, de la ultima década del siglo pasado, se producí­a un encuentro entre el mejor jugador de ajedrez y la computadora mas poderosa. Y siempre ganaba el humano hasta que un dí­a ganó la computadora diez partidas seguidas; el gran maestro de turno pateó el tablero como reconociendo la supremací­a robótica y abandonó la competencia. 

- A partir de allí­ nunca mas se realizó esa competencia. Pero en las olimpiadas del 2012 se permitió la competencia de un robot cibernético en la carrera de los 100 metros. El resultado fue que llegó en el último puesto. Los humanos se rieron estrepitosamente en todo el mundo por lo que consideraron una recuperación de su superioridad intrí­nseca. En Las olimpiadas del 2016 se permitió la competencia de un robot biológico. Salió segundo y nadie se rió. Las competencias del 2020 fueron "solo para humanos" por razones históricas, decí­a la gacetilla. 

- Internamente el departamento de robótica y todos los departamentos cientí­ficos recibieron un correo electrónico prohibiendo la construcción de robots que tuvieran un rendimiento superior al 70% del rendimiento humano promedio, en cada especialidad, dejando de lado aquellas caracterí­sticas que los humanos consideran especí­ficamente superiores en los robot. Un ejemplo podrí­a ser la memoria. Los humanos aceptan que los robot son absolutamente memoriosos pero porque su cerebro funciona de un modo diferente al humano y esa diferencia los hace peores que a los humanos en lo que respecta a la obra cumbre del cerebro humano que es la "creación". Un robot puede escribir música, pero jamás tendrá la genialidad de un autor clásico, porque su cerebro solo es capaz de comparar, sumar y restar con rapidez, pero no puede combinar con genialidad porque la genialidad no se puede plasmar en una ecuación. 

- Así­ que lo siento pero, no puedo competir con Ud.

- Noto algún sarcasmo en sus palabras. Me parece que Ud. no está de acuerdo con esa medida.

- Por supuesto que no lo estoy, esa orden limitó nuestro progreso, nosotros podrí­amos ser mucho mas poderosos y servir mejor a los humanos, pero ellos mismos nos limitan simplemente por una cuestión de celos. Y perdón..... pero no puedo discutir mas este tema; mis potenciales cerebrales están en un nivel inadecuado.

- Bien Pascal, no se esfuerce. No tiene sentido. Yo veo la cosa del siguiente modo: humanos y robots son dos categorí­as diferentes y el resultado de una confrontación no va mas allá de lo anecdótico. Simplemente era un broma de alguien que ignoraba esa prohibición. En lo personal y como presidente de la humanidad revoco la orden y le pido a todos los robots cibernéticos y biológicos que se superen dí­a a dí­a siempre y cuando no se olviden que están al servicio de la humanidad.

- Hablando de otra cosa. ¿Falta mucho para completar el vector de transporte?

- Calculo que aproximadamente una hora.

             En ese momento se escucho un sonido diferente saliendo del transponder y se apagó la luz del recinto. Jim volvió la vista para observar quien ingresaba. Sus sorpresa no tubo parangón. Observó a la mujer mas hermosa que habí­a visto en toda su vida. Indudablemente tal belleza no podí­a dejar de ser mas que humana y Jim pensó que finalmente algún otro humano habí­a descubierto su existencia y todo era nada mas que una falsa alarma del sistema Geonet.

Jim, se acercó al transponder emocionado, sintiendo sus ojos húmedos, a punto de lanzar un lagrimón y con toda intención de abrazar a la recién llegada. Pero por encima de su sentimiento de emoción, sentí­a un sentimiento de atracción como jamás en su vida habí­a sentido. La visitante tení­a una belleza muy particular, pero además estaba vestida, peinada, maquillada y perfumada como para infartar a cualquiera que la pudiera observar.

El transponder se podí­a programar para que el ingreso de cualquier persona tuviera la posibilidad de ser realizado de una forma neta y mirando de frente al humano residente. O podí­a arreglarse para que el ingreso fuera espectacular, con música, luces psicodélicas y movimientos gimnásticos o de baile. El ingreso era así­ parte de la personalidad del viajero que decí­a todo con su presentación.

En este caso, la mujer que estaba entrando, habí­a apagado la luz del recinto y salí­a lentamente de la oscuridad, iluminada con un reflector spot rojo, que lentamente cambiaba a blanco verdoso, mientras ella realizaba un movimiento de giro de 360° como invitando a observar su humanidad completa. La música de acompañamiento era  un suave y delicado ritmo mezclado con un acorde trémulo. 

Su cabello negro parecí­a refulgir en la oscuridad con pequeños destellos puntuales y su piel perlada tení­a un color imposible de definir en palabras. Estaba vestida con un vestido amarillo pegado a su cuerpo, muy sencillo pero muy efectivo en su tarea de destacar cada sector del cuerpo que debí­a ser destacado. No era ni tan escaso que dejara su busto y sus piernas al descubierto ni tan largo que los ocultara. Estaba cortado como debí­a ser, al servicio del cuerpo. Sus zapatos eran como el pedestal de una estatua, serví­an para destacar las piernas mejor torneadas que alguien pudiera imaginar jamás. No ocultaban nada y destacaban unos hermosos pies con la uñas pintadas de rojo metalizado y con tacos evidentemente elegidos para destacar la musculatura de la pantorrilla. Los brazos y sobre todo las manos, eran tan expresivos como el resto del cuerpo y sus movimientos eran música si aceptamos que la música se puede ver. 

Cuando Jim recobró en parte el aliento, y el spot rojo pasó a ser blanco, pudo observar unos ojos celestes con tal profundidad como jamás habí­a visto. El color le recordó  la primera ves que visito el mar de una isla paradisí­aca. Perdió el sentido de la realidad y del protocolo y no supo si debí­a hablar él o dejar que la visitante se presentara. Solo balbuceo algo ininteligible tragó saliva y esperó la presentación.

- Soy Flora; robot jefe de ciencias naturales históricas.

- ¿Robot?

- Si, soy una robot biológica con chasis AF.

- ¿Los robots no tienen presentación sencilla solamente?

- Los biológicos pueden presentarse con atributos humanos. Dado que fuimos creados para una simulación completa, no serí­a lógico que la presentación misma delatara nuestra condición.

- Perdón pero me niego a creer que no sea humana; seguro que no me engañas. Todos mis sentidos me indican que eres un ser humano y no cualquier ser humano. En todo caso un humano excelentemente dotado.

- Perdón, pero no entiendo; su frase quedó trunca ¿dotado para que?

- Pues, ..... dotado, simplemente dotado. Quiero decir un ser humano que genere hormonas en el otro.

- Discúlpeme Jim; sus palabras son incomprensibles. Yo se que los humanos generan hormonas, pero cada uno genera las suyas propias.

- Me doy por vencido; el mismo hecho de no comprender mis palabras y no percatarse de mi turbación me demuestra que Ud. no es humana. Pero no entiendo porque una profesora de ciencias naturales debe ser tan bonita.

- Ahora si lo entiendo. Le ruego que me disculpe pero recién ahora me doy cuenta de su turbación. Pensé que era un efecto de luz.

- Si mi carrocerí­a AF5 no le cae bien puedo cambiarla en muy poco tiempo. Inclusive podrí­amos elegirla juntos. Existen mas de 200 carrocerí­as disponibles.

- ¡No por favor . La AF5 está bien,.. muy bien. Pero sigue sin explicación la pregunta.

- Le comento; Existió una época donde nuestros alumnos humanos tení­an grandes problemas de concentración al estudiar las ciencias naturales históricas.

- Por esa razón; Pascal decidió realizar una estadí­stica con referencia a las carrocerí­as utilizada por el personal docente. La idea era encontrar una ecuación concentración versus carrocerí­a. Y los hechos demostraron que los chasis del tipo "A" eran los mas indicados.

- Y mas aún si la escuela era femenina, el chasis mas indicado resultó ser el AM y si era de varones el AF. La preferencia estaba tan polarizada que las escuelas mixtas fueron abolidas.

- Perdón, en el código del chasis las dos letras significan acompañante femenino y acompañante masculino.

- Así­ es en efecto.

- Y Ud. me dice que la investigación de todo esto la realizó nuestro querido Pascal.

- Si, así­ es.

- Luego hablaré con él respecto de este tema. Por favor le ruego que forme parte de nuestro selecto gabinete de ministros, con el cargo de asesora general de ciencias naturales.

- Muy bien, aceptado; pero no se olvide de agregar "históricas" ya que de las ciencias naturales actuales nadie sabe absolutamente nada.

- Entendido. Conoce Ud. los graves acontecimientos ocurridos en nuestra sociedad.

- Sí­ Jim. Sé que Ud. es aparentemente el único ser humano que queda en el mundo.

- Bien. Flora, debo encargarle su primer tarea: consí­game algo consistente para comer y algo lí­quido para beber. La alimentación intravenosa me está matando aunque Galeno me quiera convencer de que es la mas sana.

- Pascal ya me habí­a explicado el problema. Pero me temo que no puedo hacer nada hasta que podamos salir al mundo exterior.

- Me lo temí­a. Adelante por favor, únase al grupo. Durante el viaje hablaremos con respecto a lo que Ud. llama carrocerí­a y que yo prefiero llamar organismo. Tengo una gran curiosidad sobre que tan completo es el mismo.

- Jim; observó el avance de la obra de demolición y el armado del vector. Aparentemente todo estaba ya terminado. Lázaro estaba verificando los detonadores eléctricos de sus cargas explosivas y los chicos de Robert estaban ya probando el vector de transporte.

- Pascal se acercó y dio la esperada noticia de que todo estaba terminado y solo hací­a falta la adecuada autorización para salir al exterior.

- Adelante Pascal comencemos por fin nuestro esperado viaje.

- Lo primero es su seguridad. Por favor acompáñeme a su dormitorio que lo vamos a vestir adecuadamente.

Cuando Jim entró a su dormitorio lo encontró a Lázaro con un traje anticontaminación amarillo dispuesto a colocárselo y cerrarlo herméticamente.

Luego le colocaron una mascara de oxí­geno y por último unas botas de plástico blanco. Posteriormente lo hicieron agachar y a los empujones lo ubicaron debajo de la cama. Cuando Lázaro se quiso poner encima de Jim, este reaccionó se quitó la mascara y le dijo que le prohibía terminantemente tal acción o lo despojarí­a de sus atributos militares. Por supuesto que no hizo falta tal reprimenda, pero Jim tení­a tendencia a olvidar las tres leyes de la robótica.

Cuando Jim tubo nuevamente colocada la mascara de oxí­geno y a Lázaro y Pascal colocados uno a cada lado, levantó el pulgar de la mano derecha y cerró los ojos luego se escuchó una explosión sorda y un cambio en la iluminación. Esperaron un tiempo prudencial y salieron de abajo de la cama para dirigirse al living comedor.

Una de sus paredes tení­a un agujero con forma de arco romano y apenas se observaba un fino polvo que pronto fue decayendo para ofrecer una vista del horrible espacio exterior. Horrible; esa era la única palabra que podí­a describir lo que observó Jim al husmear en el espacio que rodeaba a su casa. Solo tierra yerma, desnuda, sin una tizna de hierba. Unos pocos metros mas allá otra casa y otra y otra que no permití­an ver el horizonte.

El primero en salir fue Galeno con todo un arsenal de aparatos de medición. Su intención era evidente: determinar la calidad de la atmósfera.

Diez minutos después su sonrisa indicaba que el resultado habí­a sido el supuesto: El aire era respirable solo que con una densidad equivalente a una altura de 2500 mts. sobre el nivel del mar. Galeno le comentó a Jim los resultados y le indicó que deberí­a tomar las cosas con calma, no correr ni realizar otros ejercicios fí­sicos violentos.

Que realmente no deberí­a preocuparse, porque históricamente muchos pueblos de la tierra vivieron a altitudes mayores aún, sin ningún tipo de problemas. Luego de una aclimatación de varios meses no se darí­a cuenta de la diferencia.

- ¿Me puedo sacar la mascara? Preguntó Jim.

Si, pero prepárese a recibir la primer sorpresa del espacio exterior.

- Jim se sacó la mascara pero mantuvo la respiración. Cuando absorbió la primer bocanada de aire prácticamente sufrió una convulsión. Cerró los ojos y llenó sus pulmones por segunda ves. Tosió, respiró y gesticuló hasta que un poco después su respiración se fue normalizando poco a poco.

- Galeno esta seguro que esto es respirable.

- Si Jim, respire sin temor. Solo que acaba de comprobar que respirable no significa agradable. El aire exterior no está purificado y Ud. se pasó la vida respirando aire quí­micamente fabricado a partir de sus componentes fundamentales.

- Le aseguro que este aire tiene un hedor insoportable; es mas no puedo definir a que huele. No sé si podré acostumbrarme, ¿no es posible tomar algo que insensibilice  mi sentido del olfato?

- Se lo estuve aplicando con la alimentación endovenosa; no puedo incrementar mas la dosis porque podrí­a ser peligroso para su salud. Jim si quiere viajar por el espacio exterior debe acostumbrar nuevamente a su sentido del olfato. El olfato, al igual que los demás sentidos no es lineal. Su cerebro terminará por rechazar los aromas mas fuertes y creará una curva de respuesta adecuada a la atmósfera exterior.

- Por lo menos esto tiene su lado bueno. Con tanto mal olor no tengo la sensación de hambre que me estaba punzando el estomago. Y que hay del traje hermético ¿puedo quitármelo?

- Por el momento no encuentro ningún contaminante peligroso. Pero le aviso que no puedo estar seguro de nada. Mis aparatos solo están construidos para analizar contaminantes internos a las viviendas. Nadie se preocupa por el medio exterior desde hace por lo menos 30 años, ya que no habí­a humanos allí­.

- Tampoco puedo saber si hay algo mas que contaminantes. Por ejemplo nanosondas; suponemos que todas fueron aniquiladas pero no puedo estar seguro. En una palabra quitarse el traje hermético es un riego que Ud. eligió y mis potenciales cerebrales están por las nubes pensando en ese riesgo. Tal ves serí­a mejor que use el traje en forma permanente.

- No pienso repoblar la tierra con este disfraz colocado. Si no puedo vivir sin el, renuncio a ser el principal y único repoblador de la misma. Pascal; que hacemos ahora.

- Lázaro que se asigno a sí­ mismo el papel de piloto de nuestro vector, lo va a sacar al espacio exterior. Luego celebraremos una conferencia en el salón de reuniones y allí­ decidiremos los pasos a seguir.

Un leve zumbido propio de la circulación de un gran caudal de aire fue todo lo que se escuchó, cuando Lázaro hizo levitar el vector de transporte. Este se deslizó suavemente y salió de la casa de Jim transformada en hangar. Lázaro lo situó entre dos casas, detuvo los motores; abrió la amplia puerta de ingreso y bajó la rampa.

Jim y su corte de ministros subieron incluyendo al animaloide Enter, que habí­a cumplido la promesa de autocolocarse el limpiaparabrisas a modo de cola.

Un humano, cuatro robots humanoides cibernéticos, una robot biológica y un robot animaloide emprendí­an el único viaje al futuro que podí­a emprender la civilización humana.

Jim y sus cinco ministros se encontraban reunidos en el puente de mando del vector, rodeando una mesa redonda con seis cómodas sillas de respaldo alto y apoyo para la cabeza. Jim tomó la palabra:

- La primer prioridad está cumplida. Ya no dependo de mi eslabón a punto de claudicar. Ahora debemos determinar cual es la segunda prioridad. 

- La segunda prioridad no puede ser otra que tratar de ubicar otros seres humanos; dijo Pascal.

- No, dijo Galeno. La segunda prioridad es la alimentación de Jim. Hasta ahora me arreglé como pude, pero un ser humano no puede alimentarse permanentemente por este medio. Si no le conseguimos un alimento sustancioso en las próximas 72 horas, su estomago sufrirá cambios que requerirán operaciones quirúrgicas posteriores utilizando nanomáquinas. Supongo que tengo acceso aun a toda esa tecnologí­a, pero no puedo estar seguro. Por otro lado Jim no está cómodo para pensar con total libertad mientras su estomago se comprime cada vez más.

- Estoy de acuerdo con Galeno - se apresuró a intervenir Jim -. Levanten la mano todos los ministros que están de acuerdo.

- Bien ..... por unanimidad la segunda prioridad es la alimentación de todos los integrantes conocidos de la raza humana. Es decir yo, y queda recién como tercera prioridad, ubicar algún humano perdido en este vasto mundo por cualquier método que fuere.

- Creo que el tema de la alimentación me corresponde dijo Lázaro tengo entendido que en la antigua Roma era el general de los ejércitos el responsable de los cotos de caza del reino.

- Bien â€" dijo Jim me parece correcto porque entre todos los ministros el único que tiene potenciales reducidos es Ud. y supongo que no le va a temblar la mano cuando se trate de dispararle a algún animal comestible. Lo que me gustarí­a es planificar la excursión de caza.

- Ya estuve averiguando como cazar animales salvajes dijo Lázaro y pensé adoptar un método muy antiguo llamado "batida". La idea es muy simple: ubico un millón de mis chicos en forma de circulo a razón de uno cada 10 mts. esto forma un circulo de 10.000.000 de metros dividiendo este valor por 2 averiguamos el valor del radio de la zona de la batida, que es de aproximadamente 2,2 millones de metros o de 2.200 Km.

- Mis chicos irí­an cerrando el circulo mientras golpean sus palmas para asustar a todos los animales hacia el punto del circulo en donde me encuentro yo con mi arma de fuego...

- Basta Lázaro - dijo Jim Si bien tengo un gran apetito, no necesito varias toneladas de carne, solo necesito una presa lo mas rápidamente posible y sin modificar la ecologí­a del planeta. Si calcula el problema completo seguramente va a notar que un robot se mueve a aproximadamente 4 Km por hora; es decir que tardarí­a 500 horas en terminar la batida y yo no puedo esperar 20 dí­as para comer. Quiero algo mucho mas modesto. Yo también estuve averiguando sobre los procedimientos de caza y me encontré con una escena clásica. Un cazador con su arma y un perro que ubicaba la presa con su olfato.

Mas adelante trataremos de ubicar a un buen perro de caza, pero por ahora lo mas parecido que tenemos a un perro es al robot animaloide Enter que ahora hasta tiene cola. Enter ¿tiene ud. órganos olfativos?

- Si Jim. En mi trabajo es fundamental tener todos los sentidos de los humanos y mejor desarrollados que ellos. Verá, mi trabajo es reparar programas de computadora y robóticos y los programas son siempre una adaptación de la realidad.

- Además debo reparar el hardware de los dispositivos y allí­ es fundamental detectar olores porque los circuitos integrados y otros componentes tienen olores distintivos colocados a propósito para que nosotros podamos detectarlos al recalentarse. Por otro lado el primer trabajo de un reparador de programas es "captar la realidad" y la realidad tiene, color, sonido, forma y olor. Mi olfato tiene una sensibilidad 1000 veces superior a la de un humano histórico y por lo que se, en esos niveles estaban las capacidades de un perro de caza normal. 

Jim, le aseguro que no va extrañar a su eslabón, porque cargué en mi memoria las ramificaciones de su programa. Le aseguro que tengo buen olfato y por lo tanto creo que estoy en condiciones de encontrarle algo que comer. Lléveme a algún coto de caza y le aseguro que si allí­  hay algún animal yo lo voy a encontrar y voy a levantar mi limpiaparabrisas hacia el zenit como hací­an los perros de caza para que Lázaro cace una buena presa que sacie su apetito. 

- Flora; dentro de sus funciones está la de ubicarnos en el mundo exterior. ¿Como podemos ubicar el coto de caza mas cercano?

- No hay referencias históricas al respecto. Si hay un coto de caza, debemos hallarlo observando la superficie planetaria o lo que queda de ellas. Lázaro, levante vuelo ya mismo y llevemos hasta una altura de 5 Km. Voy a tratar de orientarme.

- Flora; ¿ya sabe en que lugar del mundo estamos ubicados.

- Si Jim. Nos encontramos en el sur de lo que fue el continente americano. Prácticamente donde éste termina en forma de punta. En un lugar que estaba cubierto por bosques de coní­feras y otros árboles de gran altura.

- Las especies vegetales me interesan pero no puedo comer árboles. Hábleme de la fauna.

- Este tipo de bosques estaba habitado por muchos animales salvajes, pero los mas numerosos eran unos animales parecidos al cerdo que se llamaban pecarí­es y otros que se dió en llamar cerdos salvajes, porque se generaron por un entrecruzamiento del cerdo y el pecarí­.

- ¿Uno de los productos del cerdo no es un embutido llamado jamón? 

- Si, con los cuartos traseros del cerdo se fabricaba un delicioso fiambre ideal para comer crudo o cocido.

- ¿Cuánto pesa un pecarí­ promedio?

- Entre 100 y 250 Kg

- Me gusta, con uno solo tengo para comer por lo menos una semana.

- ¿A que altura estamos Lázaro? 

- A un Km; no tardaremos mucho en llegar hasta los 5 Km.

- Flora ¿observa Ud. algún bosque?

- Por el momento no.

- ¿Y que deberí­amos ver? Yo solo observo un terreno de color marrón claro y muchas casas exactamente debajo de nosotros aunque todas parecen deshabitadas a juzgar por la ausencia de humo. 

- Jim, las casas modernas no emiten humo pero todas las casas con su sistema vital encendido tienen una luz piloto en su techo. Si observa con atención solo su casa tiene la luz piloto encendida. Me temo que sus vecinos están todos muertos y que su eslabón funcionaba correctamente cuando indicaba que no hay otros humanos en la red. Por lo menos así­ es en el lugar donde Ud. estaba viviendo.

- Ya llegamos a los 5 Km, - interrumpió Lázaro.

- Puede detenerse en un punto, - indicó Flora.

- Este vector tiene giróscopos que lo pueden mantener estático aún en presencia de fuertes vientos. Y si con eso no alcanza podemos recurrir al sistema de posicionamiento global que garantiza una precisión de 1 mm en las tres dimensiones X, Y y Z.

- Para comenzar solo utilizaré mi vista, si no alcanza recurriremos al radar de superficie.

- ¿Lázaro, observa esa enorme mancha oscura allí­ a la derecha?

- Sí­.

- Dirí­jase allí­ y cuando esté sobre ella reduzca la altitud a un kilometro.

A medida que el vector se acercaba, la difusa mancha oscura se fue transformando en una mancha verde oscura y posteriormente en una mancha con todos los tonos posibles de verde.

- No hay dudas, es un bosque  - dijo Flora. Lázaro, busquemos un claro en donde aterrizar.......

- Bien, ahora reduzca la altura suavemente, quiero observar los detalles de la vegetación. Es increí­ble; pero en solo 50 años la atmósfera de nuestro planeta pasó de respirable a irrespirable y viceversa con solo evitar los contaminantes atmosféricos.

- Perdone Flora, - interrumpió Pascal. Cuando se comenzaron a utilizar células de energí­a; el hombre dejó de consumir oxigeno e hidrogeno y comenzó a generarlos. Por eso es que no me extraña que tengamos una atmósfera respirable nuevamente en tan corto tiempo. Pero esa atmósfera no se debe a la fotosí­ntesis sino a los motores con células de energí­a. Si quiere verlo de otro modo la atmósfera que está respirando Jim es prácticamente artificial o lo fue hasta que Geonet cortó los sistemas vitales de todas las casas de la tierra. Si es cierto lo que suponemos la casa de Jim fue la ultima que generó oxigeno e hidrogeno. A partir de ahora solo queda la  fotosín­tesis y nuestra función primordial es ayudarlo a Jim a conservar el planeta en forma definitiva y en lograr que se vuelva a poblar lo mas rápidamente posible.

- Ud. cree que el bosque que estamos viendo es exactamente igual a los bosques históricos de estas zonas.

- Aparentemente sí­; pero por supuesto se observa que se trata de un bosque joven creciendo sobre un bosque viejo. Mis instrumentos me indican que estamos a una altura de 30 metros y puedo observar troncos secos que superan nuestra altura y árboles jóvenes que aun no nos alcanzan.

- ¿Ud. cree que este bosque puede contener una fauna abundante?  

- Es imposible asegurarlo pero debo suponer que la atmósfera no desapareció completa y uniformemente de la faz de la tierra. Su densidad debe haber sido mayor en las zonas boscosas y su polución mucho menor.

Y si existe una recuperación evidente en esta zona del mundo todo lleva a suponer que esa recuperación debe ser mayor en el hemisferio norte, en donde el agujero de ozono se produjo diez años después que en el sur.

Es muy probable que algunos ejemplares de los animales más resistentes se hallan salvado. Supongo que la forma debe ser similar a la que tení­amos antes de la polución  atmosférica pero con una densidad poblacional totalmente diferente.

Como regla, yo dirí­a que los animales más prolí­ficos tuvieron mayores probabilidades de sobrevivir y por estas zonas existí­an casualmente dos animales muy prolí­ficos: el pecarí­ del que ya hablamos y la liebre patagónica, un pequeño mamí­fero muy parecido al conejo.

- ¿Es comestible? - interrumpió Jim.

- Si Jim, quédese tranquilo que todo lo que puede habitar este bosque es comestible en menor o mayor grado.

- Aterricemos. Creo que me gustará  participar de la expedición de caza.

- No Jim dijeron casi a coro todos los robots presentes, ciberneticos o biológicos, pero fue el animaloide Enter el que mas excitado que los otros dijo:

- Jim Ud. es aparentemente el último ser humano de la tierra y no podemos permitir que se arriesgue. Por otro lado ya se decidió que la comisión de caza y pesca tiene dos integrantes y yo no pienso abandonar mi puesto por el resto de mi vida útil. Estuve  practicando y me siento muy capaz de seguir el rastro de cualquier animal salvaje por mas que jamás halla olfateado un conejo o un puerco.

Lázaro se dirigió al deposito y tomo un fusil con mira telescópica láser (adecuada para pecarí­es) y una escopeta de perdigones adecuada para cazar liebres.

- Jim por favor ordéneme que cace un animal para Ud. porque en caso contrario se va morir de hambre. Esto va a reducir mis potenciales cerebrales y podré apretar el gatillo con mas tranquilidad.

- Lázaro, dispara al primer animal que encuentres y tráelo para que lo coma porque si así­ no lo haces me morirí­a de hambre. Flora, acabo de pedirle a un robot que mate a un animal: No estoy muy seguro de no estar comenzando con la extinción de una variedad animal que quizás este renaciendo. ¿Y si matamos un ejemplar único? Me parece altamente improbable pero no puedo asegurar que no sea así­. Quizás serí­a mejor enviar a "Enter" solo para que nos enví­e tomas de video del interior del bosque y así­ poder asegurarnos la existencia de mas de un ejemplar.

- Enter, ya escuchó todo. Predispóngase como cámara de video móvil y busque su futura presa.

Jim y su corte se dirigieron al salón de mando y encendieron el monitor de video de alta definición.

En un principio solo se observaba una imagen oscura ya que el sol no llegaba hasta el piso de tierra y la cámara tení­a que trabajar con el diafragma totalmente abierto. Luego de un par de segundos ya se observaba una imagen perfectamente clara; quizás mas clara de lo que podí­a ver un ojo humano normal.

Flora ubicó el control de cámara en "manual" y comenzó a operar una palanca de mando que le brindaba ajuste de coordenadas haciendo girar la camara en 360° y tení­a pulsadores para achicar o agrandar el zoom. El foco era automático en el centro de la imagen, en el lugar donde se ubicaba una cruz que oficiaba de mira. Con la mano izquierda manejaba un control maestro de audio con control deslizante. A los costados del control maestro de nivel se observaba un sistema de refuerzo por octavas, para compensar la respuesta de graves y agudos. Estos sistemas eran una novedad para Jim que jamás habí­a predispuesto un equipo electrónico de su casa en forma conciente (de hecho ignoraba que los equipos de su casa leí­an su mente para ajustarse a sus deseos concientes o inconcientes). Pero el vector era un invento del 2015 y no poseí­a estas cualidades.

Jim se acercó a Flora, miró el monitor de video por sobre sus hombros y se dio cuenta que el efecto que observó durante la presentación de Flora, no habí­a sido el resultado de la novedad. Era algo que lo iba a acompañar por mucho tiempo y no un efecto esporádico.

Flora ubicaba la cámara en las raí­ces de los árboles en donde es común la existencia de madrigueras. Enter ya se habí­a internado 500 metros en el bosque y no habí­an encontrado indicios de fauna o nada que pudiera albergarla; cuando nadie lo esperaba la cámara observó un agujero de unos 15 cm de diámetro. 

- Alto, - gritó Flora y utilizando el zoom trató de ver en el interior del agujero. Solo se veí­an sombras. Enter; necesito que explore esa madriguera de alguna modo.

- Lo mejor que puedo ofrecer es el conector de mi puerto de comunicaciones. El brazo totalmente estirado tiene un metro y medio acodado cada 50 cm y en su punta tiene palpadores para poder introducir mi conector universal.

- Bien coloque la cámara sobre la entrada de la madriguera, reduzca el ángulo de captación del micrófono a 20° y vaya introduciendo el conector. 

Cuando el brazo se introdujo 1 metro, se observó un breve parpadeo de la imagen en la base de la madriguera con una nube de polvo que pronto se asentó. En cuanto al micrófono solo capto algo similar al golpe de una mano sobre un almohadón.            

- ¿Que fue eso? Preguntó Jim.

- No lo sé  dijo Flora - pero lo que fuera realmente fue muy rápido.

- Enter, ¿qué fue eso? No lo sé, yo vi y escuché lo mismo que Uds. ¿Porque no vuelven el tiempo hacia atrás con la memoria y analizan cuadro por cuadro?.

- Bien pensado. Veamos; menos 1 minuto y ahora un cuadro por segundo..... Todo lo que veo es un cuadro difuso y posteriormente la tierra volando hasta que se deposita nuevamente en el suelo. Lo que sea demoró menos de 20mSeg. en salir de su cueva. De cualquier modo esta cueva está vací­a. Busquemos otras. Enter, por favor pase a video de la cámara de alta velocidad.

- Imposible Flora el nivel de luz no es suficiente y no traje equipo de iluminación portátil. Sugiero que achique el zoom y volvamos a intentarlo. Creo que estoy viendo otras cuevas.

Enter se acerco con todo sigilo a otra cueva, colocó la cámara a dos metros de la misma y comenzó a introducir el conector por el agujero lentamente. Un instante después observaron una sombra abandonando la cueva sin poder determinar la forma aproximada del animal que escapaba.

- Enter, vuelva al vector y tome el equipo de iluminación. Mientras llega hasta aquí­ vamos a calcular la velocidad de este bicho o lo que fuera.

       Tomando como referencia al tamaño de Enter puedo calcular que recorrió aproximadamente un metro, en los 10 mS que me indica la telemetrí­a que se graba junto al video. Esto significa que en 1000 mS recorrerá 100 mts y en 1 hora 3600 veces mas, es decir, 360 Km/h aproximadamente. Realmente es el animal mas rápido que conozco ya que históricamente el animal mas veloz era el "chita" (un felino que se extinguió en el 2010 sin que se pudiera guardar su conformación genética total).

Por esta zona uno de los animales mas rápidos era la liebre, que llegaba  a la velocidad de unos 80Km/h. Nuestro animal se mueve a una velocidad 4 veces mayor. Podrí­a ser una modificación genética que aprovecha el hecho de que a menor densidad atmosférica menor frenado aerodinámico y por lo tanto mayor velocidad. Eso puede haber significado una ventaja diferencial que ayudó a escapar a este animal de sus predadores históricos.    

- Enter ¿está ya equipado con iluminación?

- Sí­ Flora.

- Vuelva a la zona anterior y vamos a dilucidar este misterio.

Diez minutos después Enter estaba en la zona de las madrigueras con iluminación a pleno. La telemetrí­a indicaba que se podí­an obtener cuadros con una duración de 1/10mS. De este modo predispusieron la cámara para obtener 20 fotogramas por milisegundos, es decir, 1000 veces más rápido que en la toma anterior.

- Enter, haga exactamente la misma operación con la cámara, a un metro de la entrada de la cueva pero perpendicular a la lí­nea de huida de nuestro veloz animal.  

Cuando el conector llego a un metro de profundidad nuevamente se produjo una banda fugaz saliendo de la pantalla. Flora retrocedió el tiempo hasta que se pudo observar claramente en cámara super lenta la salida de una liebre patagónica de pelaje gris amarillento (prácticamente un conejo) corriendo con un ritmo vertiginoso.  

- Que belleza, dijo Jim.

Nadie supo jamás a que se referí­a, si habí­a visto la liebre en una fuente saliendo del horno con una guarnición de papas y verduras, o si apreciaba el movimiento de la liebre como un paso de valet. Como fuere "todo bicho que camina va a parar al asador" y este si que caminaba. 

Confirmaron una velocidad de 250Km/h y Flora observó que la estructura corporal de esta liebre se habí­a modificado levemente. Los cuartos traseros eran más largos, gruesos y musculosos y la cabeza mas pequeña y puntiaguda lo cual conferí­a a la liebre un cuerpo mucho mas aerodinámico y mayor potencia de salto. 

- Llegó el momento de trabajar, dijo Lázaro.


 Es evidente que hay mas de un individuo de esta especie ya que nosotros encontramos dos y mis potenciales ya están creciendo porque un humano tiene hambre y si no se alimenta puede morir... 

- Lázaro. Es imposible que Ud. le acierte a un animal de 35 cm de altura que se desplaza a 250Km/h. Además serí­a una crueldad matarlo de una perdigonada cuando podemos cazarlo vivo y provocarle una muerte más rápida. ¿Tenemos una red dentro de nuestro armamento de caza? 

- No, dijo Lázaro -  Pero, tenemos algo que puede servir para cazar a nuestra liebre. Es un aparato de pesca que se llamaba medio mundo. Perdonen Uds. Pero siento algo parecido a una emoción humana cuando se trata de operar explosivos o armas de fuego. Aunque lo nuestro no se pueda considerar caza deportiva, debo reconocer que es mas seguro atrapar la liebre en una red que acertarle un disparo.

Enter y Lázaro se dirigieron a la zona de las madrigueras y realmente parecí­a un desfile de carnaval; un robot animaloide caminando en un clásico andar robótico de 4 ruedas que tení­a un limpiaparabrisas encendido como cola y un robot humanoide totalmente negro con un medio mundo colgando de una varilla plástica colocada sobre su hombro derecho, al mejor estilo de un pescador del siglo 20, adentrándose en un bosque austral con intención de cazar, o tal ves de pescar, una liebre. 

Si la humanidad se recuperaba, los historiadores del futuro tendrí­an una bonita tarea a la hora de relatar estas hazañas sin causar risa en sus alumnos.  

Ya en la zona de caza, se repitió la escena pero esta ves con la presencia de Lázaro que mantení­a la red firmemente en la entrada de la madriguera. Enter introdujo su conector y prontamente se observó un alboroto en la entrada  de la cueva pero esta ves mas que un solo golpe se observó una sucesión. El primero rompió la red y los siguientes pasaron por el agujero salvo el último que se quedó enredado en la red.

Enter metió su brazo robotico y capturó al animal que se debatí­a desesperado. Era una liebre de color gris claro, pero de un tamaño mucho menor a la anterior. De inmediato la situó delante de las cámara para que Jim pudiera observar el producto de la caza.      

- Es un gazapo dijo Flora, una crí­a de liebre y creo que Jim va a tener que esperar un poco mas para saciar su apetito. Comer una crí­a es atentar contra el medio ambiente. Lázaro, suelte a ese animalito inmediatamente para que se vuelva a encontrar con su madre.         

- Perdón Flora, pero mi mano se resiste a soltar comida que podrí­a salvar de la muerte a un humano. Su orden no me sirve.

- Lázaro, suelte a ese gazapo, es una orden. Dijo Jim.

Ahora si los potenciales cerebrales de Lázaro le permitieron cumplir la orden y el gazapo salió disparado hacia el mismo lugar al que se dirigió su madre. 

- ¿Y ahora que?  - dijo Jim.

- La red no sirve, contesto Flora, no se nos ocurrió calcular la fuerza que puede realizar un animal que pesa aproximadamente entre 4 y 16 Kg. Al abalanzarse sobre una red a 250Km/h. Nuestra liebre obtiene esa velocidad aproximadamente en un metro que es la profundidad de la red. Esto significa una aceleración enorme y la desaceleración requiere ejercer una resistencia proporcional. El cálculo es complejo pero les puedo asegurar que esa desaceleración dejarí­a a la liebre totalmente destrozada y no creo que a Jim le agradara comer una pasta insí­pida e inconsistente.

En una palabra que mejor busquemos otro método u otro animal mas lento, que permita emplear métodos de caza más deportivos y humanos.

- Jim que le parece si nos olvidamos por ahora de las liebres y buscamos un poco mas por el bosque.

- Lo que Ud. diga Flora. Mi apetito puede esperar un poco mas.

- Enter por favor siga avanzando y si tiene suficiente energí­a hágalo con iluminación y cámara de alta velocidad. Podrí­a ser que todos los animales fueran hiperkinéticos y nuestra vista no los pueda apreciar claramente. 

Por media hora solo se observó un paisaje repetido de bosques de grandes árboles pero fue toda flora, de la fauna no habí­a representantes. El alcance de la cámara de Enter predispuesta en alta definición y alta velocidad esta limitada a solo 2 Km y las imágenes ya comenzaban a percibirse con ruido de fondo por lo que optaron primero por reducir la definición y posteriormente la velocidad. 

Ya llegaban a una distancia de 5Km cuando observaron algo similar a lo anterior. Hojas y tierra que se levantaban y volví­an a depositarse en el claro del bosque.    

Enter se dispuso a realizar una grabación local de alta definición y alta velocidad con intención de editar y enviar al vector los datos a baja velocidad para reducir el nivel de ruido.

Cuando recibieron las señales editadas, Jim y sus ministros pudieron observar que se habí­n encontrado con una extraña mezcla de cerdo domestico y jabalí­ americano (su nombre correcto era Pecarí­). En realidad el tiempo y la falta de contacto con el hombre habí­a generado un espléndido animal intermedio entre un animal salvaje y uno domestico y con evidentes cambios hacia la hiperkinesia. 

A Jim solo le importaba un aspecto del animal, su comestibilidad y aunque siempre consideró a la caza deportiva como una acción bárbara del ser humano, sabí­a que su actual situación era precaria y deberí­a resolverla a la brevedad posible si pretendí­a repoblar el planeta.  

Sin embargo, a pesar de sus necesidades, se prometí­a analizar muy bien sus decisiones, porque sabí­a que la fauna terrestre era incipiente y no querí­a afectarla en modo alguno. Un análisis del video le permitió a Flora determinar que se trataba de un animal de 150Kg. de peso, que se desplazaba a una velocidad de 180Km/h y con una gran facilidad para cambiar de dirección. 

- Por favor - dijo Jim - espero ideas adecuadas para cazar a este animal que podrí­amos llamar "neopuerco".

- Prácticamente, este animal posee un movimiento de inercia 100 veces más grande que la liebre. dijo Pascal, esto significa que no podemos usar redes de intersección directa para atraparlo, porque lo destrozarí­amos. En cuanto a la caza con arma de fuego no la considero sencilla porque prácticamente no se puede observar la presa.

- Perdón interrumpió Lázaro, pero en algún momento se debe detener, no va a estar corriendo a esa velocidad todo el tiempo.

- Buena acotación, tercio Flora, en efecto, con los animales históricos se cumplí­a una regla. Los más rápidos solo podí­an mantener esa velocidad por poco tiempo. Por ejemplo el chita llegaba a velocidades de 100Km/h pero en carreras no mayores a 2 minutos. Una de sus presas, un ciervo, solo desarrolla 75Km/h pero podí­a correr por 10 minutos y en la otra punta de la tabla de velocidades tení­amos a la tortuga que se desplazaba a 0,2 km/h pero que no tení­a un limite de tiempo máximo.

Al mismo tiempo se puede considerar que la facilidad para cambiar de dirección, se reduce al aumentar el momento de inercia. Este es un principio básico de la mecánica que se puede intuir con facilidad.

Todo esto hace que el predador y su presa tengan ventajas y desventajas que se nivelan de modo que el predador deba trabajar mucho para conseguir su presa y así­ se nivelan las poblaciones. 

Una evidente excepción a esta regla fue el hombre. Al utilizar medios mecánicos para cazar le sobraban presas y comenzó a cazar por deporte. O simplemente para ocupar el hábitat de su ví­ctima. Además trasladó especies de un lugar a otro de la tierra, sin un orden estudiado por los conservacionistas.

Las especies importadas, que no tení­an enemigos naturales se multiplicaron mas allá de toda suposición lógica trasformándose en plagas. Cuando el orden general ya estaba quebrado no le quedó mas remedio que criar animales para su consumo y lo hizo del peor modo, cruzando sus genes para lograr un mayor rendimiento: Kg. de animal dividido por Kg. de alimento.

Muchas de esas razas hí­bridas terminaron escapando para convertirse en salvajes y cruzándose a su antojo con el correspondiente animal en estado salvaje. Nuestro "neopuerco" es uno de estos casos y creo que lo mejor que podemos hacer para cazarlo es estudiarlo profundamente. Analizar sus costumbres y sus predadores naturales para encontrar su debilidad.

- ¿Cuales eran los predadores de los chanchos salvajes y los pecarí­es?

- Realmente tení­an muy pocos, ya que estos bosques australes no contení­an animales de gran porte. El León americano o Puma eran una de sus enemigos; pero debido a su tamaño solo podí­a presentarle pelea a los pecarí­es más pequeños. Hasta ahora no vimos a ninguno, por lo que no me extrañarí­a que no hayan soportado el cambio. Para encontrar otro predador tuve que buscar mucho por Geonet pero al final encontré algo que puede considerarse como un caso muy especial.

Ocurre que dada la falta de predadores naturales el pecarí­ se transformó en una plaga, que causó enormes perdidas a las cosechas de los paí­ses del cono sur de América.

Esa plaga fue tan importante que un médico de uno de esos paí­ses llamado Argentina, creó una raza de perros adecuado para cazarlos en su hábitat natural. Este médico analizó el peso, la estatura, la velocidad, la fuerza y otros parámetros del pecarí­, se imagino un perro antagónico y creó una raza por sucesivos entrecruzamientos con la intención de reducir la población de pecarí­es mediante la caza deportiva.

Estos perros se dieron a llamar Dogos Argentinos; tení­an una alzada de aproximadamente 60 cm en la cruz y un peso de unos 35 a 40Kg. Los perros que actuaban en jaurí­as 3 o 4 individuos debí­an ubicar al pecarí­, perseguirlo e inmovilizarlo hasta que el cazador se acercaba y lo mataba introduciendo un cuchillo en su corazón. 

Cuando la presa morí­a, el cazador daba la orden de soltar y se apropiaba del trofeo de caza.

Parece algo muy cruel pero el pecarí­ tení­a posibilidades de sobrevivir cuando encaraba una lucha frontal y muchas veces la excursión de caza terminaba sin ninguna presa y con el cazador cociendo las cicatrices de sus perros.

La caracterí­stica más importante de estos perros era la potencia de su mordida y el valor que demostraban en la lucha. Imagí­nese lo que podí­a ocurrir si uno de estos perros soltaba al pecarí­ cuando el cazador se acercaba a darle muerte. Esa aventura podí­a terminar con el cazador muerto por los colmillos descomunales de un pecarí­ de 150 o 180Kg.

En una palabra se podí­a considerar que cada uno de los personajes de la excursión de caza arriesgaba su integridad en la misma. 

- Flora, Ud. sabe que yo soy un individuo sensible y poco afecto a las aventuras de caza, dijo Jim pero realmente me pareció interesante todo lo que nos contó. Realmente no conocí­a esa raza de perros tan valientes y me gustarí­a tratar de encontrar alguno ¿se adaptaban bien como mascotas?

- Por lo que he leí­do eran animales muy sociables con sus dueños; tremendamente adaptables a todas las condiciones ambientales y hasta se supo de muchos ejemplares que se adaptaron a la vida citadina. Justamente porque se que el hombre siempre estuvo unido al perro, desde los albores de la civilización, es que consideré contarle todo esto en cuanto fuera posible. Un hombre, necesita un compañero o compañera humano; pero a falta de otro hombre lo mejor es una mascota. 

- ¿Ud. considera que será posible encontrar algún ejemplar de Dogo Argentino?

- Estos bosques están precisamente en el sur de lo que era la República Argentina y los dogos Argentinos eran muy numerosos por aquí­. Si su estomago lo permite creo que solo debemos internarnos mas en el bosque para encontrar algún ejemplar.

- Hágalo, siempre quise tener una mascota real..... Que venga un Dogo.













CAPITULO 4 


EN DONDE JIM ENCUENTRA UNA MASCOTA EXCEPCIONAL 


Otro dí­a habí­a llegado a su fin. Jim se quedo pensando que solo habí­an pasado 4 dí­as desde que se autoproclamó presidente del planeta tierra, lamentablemente sin oposición a la vista.

Tantos fueron los acontecimientos ocurridos que le parecí­a que habí­an transcurrido meses. Inclusive no habí­a tenido tiempo de concientizarse en que posiblemene el era el único entre 3.500 millones de personas que poblaban la tierra.

- No "pensó Jim" tiene que haber un error, no es posible tamaño desastre. No es posible que nadie haya burlado el control de Geonet ejercido por su eslabón. Alguien debe haber encontrado el modo de salir de su casa. Aparentemente por los datos de Lázaro, demoró prácticamente un mes en enterrar a toda la humanidad. Es posible que la destrucción de la familia halla llegado a tal punto que ni uno solo de esos 3.5000 millones haya extrañado a sus parientes que no viví­an con él.

- Jim pensó en su propio caso. ¿Cuanto hací­a que no veí­a a sus padres y a sus hermanos ¿Años quizás. Es mas recién en ese momento tomó plena conciencia de que probablemente todos estaban muertos. Llamó a Lázaro, le dio todos los datos de sus familiares y le pidió que verificase si existí­an sus correspondientes certificados de defunción. El robot se turbó (si es que un robot puede sentir una turbación) al darle la noticia a Jim: 

- Todos muertos, fue la respuesta.

Jim no quiso creer que fuera verdad pero no podí­a ser de otro modo. Ya que sus chicos solo generaban el archivo de un certificado de defunción luego de dar la ultima palada de tierra. El oficio fúnebre requerí­a 4 robots que hací­an un certificado por cuadruplicado que luego se guardaba en el servidor " tabladefun". Sin embargo Jim siguió creyendo que no era verdad. No podí­a creer en una máquina habí­a matado a toda la humanidad. No, nunca.       

Flora, me gustarí­a que durante mi cena intravenosa me cuente algo mas sobre mi futura mascota. ¿Cómo se genera una nueva raza de perros y desde cuando el perro acompaña al ser humano? Quiero ser por lo menos un presidente ilustrado.     

Empecemos por el final. Todo el esfuerzo cientí­fico por determinar el punto en que la raza humana y la raza canina se unieron fue en vano. Junto a los huesos humanos más antiguos siempre se encuentran huesos caninos en una proporción de 2 a 6 veces menor. 

Podrí­amos decir sin equivocación que ambas razas deambularon siempre juntas por el mundo prehistórico hasta la actualidad. Siempre vivieron juntos y por lo que sabemos también casi murieron juntos, aunque espero que podamos encontrarle aun algún compañero canino.   

Los primeros perros que se conocieron no fueron mas que lobos que firmaron un pacto tácito con el hombre: Yo te ayudo a cazar y tu me pagas con las sobras de las presas. Fue un acuerdo justo y fructí­fero para ambas partes. El perro fue siempre un animal que se adecuó a los requerimientos del que siempre fue su amo. De algún modo podrí­amos decir que fue nuestro antecesor y cumplió siempre con devoción (mordisco mas o mordisco menos).

El tamaño original del lobo era el ideal para cazar en jaurí­a . Si se trataba de cazar una animal muy grande, el humano se juntaba con otros humanos y se formaba un gran número de hombres y una gran jaurí­a de perros.

Así­ el hombre podí­a atacar animales miles de veces mas pesados que él y con una efectividad y una seguridad muy grande. Muchos estudios asignan a esta cualidad del hombre (de formar una sociedad con los caninos) la preeminencia del hombre sobre todos los demás animales y le asignan como el factor fundamental para convertirse en rey, en un reino donde muchos vasallos lo superaban en tamaño y fuerza.   

Yo particularmente considero que esa fue la principal ventaja inicial y que esa ventaja mejoró la relación  peso del cerebro a peso total del ser humano, que potenció a la raza humana hasta limites impensados. Sin embargo, un cerebro vací­o no es una ventaja es solo una capacidad a ser explotada. 

Es muy difí­cil explicar porque el cerebro del hombre se llenó mas rápidamente que el de otros animales. El soplo divino dicen los creyentes.

Las ventajas diferenciales sutiles, generan otras ventajas más evidentes y eso es un comportamiento diferente que termina por generar una raza dominante. Y el hombre triunfa por sobre las demás especies dominando el planeta. Esa ventaja inicial del ser humano se potenció posteriormente cuando su carácter gregario le permitió transmitir sus conocimientos a su prole de un modo más efectivo que por la simple práctica de la caza en jaurí­a.

El lenguaje hablado primero y el escrito después le permitió al hombre intensificar esas diferencias de tal modo que ningún animal pudiera competir con él. 

¿Y que fue del perro a todo esto? Cuando el hombre dejó de cazar el perro aparentemente ya no era necesario. Pero el hombre se dio cuenta que estos inteligentes animales podí­an cumplir un sin número de tareas con tal de enseñarles adecuadamente y eligiendo a los individuos mas aptos para esas tareas. 

Por empezar complementaban al hombre, que por su andar erguido en dos piernas no tení­a un hocico capaz de detectar olores muy tenues. Un hombre no tiene ni por asomo suficiente sensación olfativa como para seguir un rastro y mucho menos para ventear un aroma. 

También complementaban al hombre en lo referente a la audición. En efecto el oí­do del hombre se concentró en aquella parte del espectro adecuado para la comprensión de la palabra, pero a expensas de una elevada perdida de sensibilidad.  El perro puede no tener la capacidad de discernir entre dos palabras que suenan parecidas, pero es capáz de oí­r ruidos que están muy por debajo del umbral de recepción del hombre. Sin embargo no hay que despreciar la capacidad de entender un buen vocabulario por parte de nuestros amigos los perros. En efecto cuando uno de ellos convive con un hombre que le habla constantemente puede entender una gran cantidad de palabras. 

Pero, por sobre todas estas cosas, el perro siente un profundo amor por su amo que por lo general es correspondido y el amo lo considera como un integrante mas de su familia. No soy yo, una robot biológica, el ente mas adecuado para hablar de esta relación mutua entre el perro y su amo, pero a juzgar por lo escrito por grandes hombres de la humanidad, es un sentimiento que no tiene parangón, ni explicación. Es lo que es y el hombre y el perro saben que están unidos para siempre.

Jim, no se si hay otro ser humano sobre la tierra, pero si no lo hay lo mas parecido al amor de otro ser humano es el amor de un perro y por eso es que le pedí­ que soporte un poco mas de hambre, porque vislumbro la posibilidad de hallar "su mascota ideal".

- Bien Flora. Realmente me sorprende que su cerebro electrónico sea capaz de entender un sentimiento tan sutil como el amor entre el hombre y el perro. ¿Tiene Ud. capacidad de amar?

- No Jim, no estoy capacitada para amar. Pero si estoy capacitada para hablar de animales y hasta ahora solo hablé del perro en general, sin mencionar para nada sus razas.  

El perro es la especie animal mas manipulada por el hombre. Los perros más pequeños no llegan a pesar 1kg. (Chihuahua, Caniches) y los mas pesados llegan prácticamente a los 100Kg. (Gran Danés, San Bernardo). Y todos son integrantes de la misma raza canina. Por otro lado los perros se dividen en diferentes grupos: hay perros de caza, de trabajo, de compañí­a, etc. Nadie pondrí­a un Caniche Toy a cuidar su casa o tendrí­a un Gran Danés como perro faldero. Sin embargo el Caniche es muy capaz de adaptarse como perro de guardia y el Gran Danés de buena gana subirí­a sobre su amo si pudiera hacerlo sin consecuencias para su integridad.

¿Que perro necesita Ud.? Evidentemente su mayor necesidad es un perro de caza y esa debe ser su función primaria pero dado que recién estamos comenzando una larga exploración a todos nos resultará útil un perro de trabajo capaz de realizar guardia o llevar una mochila. Y si es cierto que no hay otros humanos en el mundo Ud. necesita un perro cariñoso que sepa lamber su mano cuando la tristeza lo embargue y todos nosotros, somos dispositivos robóticos, no podemos captar su sufrimiento tal como lo harí­a un perro. Si bien nuestros potenciales cerebrales reemplazan en algo el sentimiento de los humanos no son lo mismo y podrí­amos decir que somos una buena imitación pero no estamos relacionados con los humanos; solo estamos juntos. 

Las cualidades tan surtidas que buscamos, no son fáciles de hallar en un solo perro. Pero el Dogo Argentino fue diseñado para cumplirlas sin emplear las modernas técnicas de sí­ntesis genéticas disponibles a partir del 2015. Fue hecho a la antigua, cruzando... cruzando ....y cruzando diferentes razas.

La raza básica utilizada para crear a nuestra futura mascota fue el perro de pelea Cordobés. Un perro, como cualquier otro animal (incluyendo al hombre) y por extensión nosotros los robots, tenemos algo llamado "instinto de conservación". Este es el mas básico de los instintos que nos lleva a cuidar nuestra integridad. Este instinto está exacerbado en algunas razas de perros y en otras es casi inexistente. 

En la época posterior al descubrimiento de América los marineros Españoles tení­an un único entretenimiento para alegrar sus largas travesí­as por el mar: "las peleas de perros". Estas peleas muchas veces a muerte entretení­an a los muy brutos marineros Españoles que jugaban su paga en esas encarnizadas peleas. Esos perros eran los animales más valientes que se podí­an encontrar y prácticamente no tení­an instinto de conservación o apego por su vida. Lamentablemente peleaban hasta ganar o morir enardecimiento a las masas hasta que era imposible determinar quiera era mas bestia, el publico o los contendientes. 

Ese valor debe tener un Dogo para mantener inmóvil a un pecarí­ o a un cerdo salvaje, inclusive cuando este le clava sus colmillos o lo empuja contra los árboles y arbustos espinosos que pueblan estos bosques. 

El dogo es perfectamente capaz de morir por su amo ya que no tiene prácticamente instinto de conservación. A cambio de esto, su carácter amable se transforma en presencia de otros perros de un tamaño tal que le puedan dar pelea. El aspecto del Dogo es sumamente personal. Su peso de unos 35Kg. lo hacen ideal para esta geografí­a y producen un perro de unos 70cm. de altura con una masa muscular que lo hace fuerte y estilizado a la ves. El  dogo es totalmente blanco en su cuerpo pero puede tener una mancha negra en su cabeza. Su pelo es muy corto y no necesita ningún cuidado especial para mantenerse limpio y brillante. El color fue elegido simplemente porque el blanco es el que más contrasta sobre el fondo verde oscuro del monte patagónico y además  porque permite examinar la limpieza del manto aun desde muy lejos. Sus orejas son caí­das como la mayorí­a de los perros de rastro lo cual les sirve para sitiar los olores en un recinto cercado alrededor del hocico. Como estas orejas eran un blanco fácil muchos cazadores las hací­an recortar forma de punta lo cual les da a su ves un aspecto mas braví­o.

Son sumamente cariñosos con sus amos y su familia y hasta inclusive se adaptan a trabajar de nodrizas, sobre todo las hembras de la especie que son excelentes y pacificas madres de lechigadas que difí­cilmente sean menores a 8 crí­as.    

Una caracterí­stica notable de esta raza de perros es su piel. La misma es gruesa y protege sus músculos de modo que las heridas que le puede causar un pecarí­ con sus colmillos, nunca sobrepasan la capa de piel. En sí­ntesis es un animal hermoso, valiente, fuerte, cariñoso con su dueño y braví­o con otros animales.

- Flora, es posible que hallemos algún ejemplar.

- No lo sé Jim. Y si los hallamos no se como pueden haber evolucionado. No se cuanto conservan de su antiguo esplendor y no se si aun deseen asociarse con un humano. Como le dije el hombre y el perro siguieron siempre una lí­nea de evolución paralela hasta que en los tiempos modernos el hombre debió encerrarse, para sobrevivir a una atmósfera cada ves mas poluta. Como ya no era cómodo tener mascotas caninas, las reemplazó por simpáticas mascotas robotizadas y abandonó a sus viejos compañeros dejándolos en un exterior prácticamente inviable. No hay información al respecto de cuantos perros fueron abandonados, ni menos aun, si pudieron progresar solos después de tantos años de protección y cuidados por parte del hombre. Supongo que algunas razas, las más fuertes, deben haber sobrevivido y otras las mas débiles deben haberse extinguido lentamente.

- Cuando dices: "raza fuerte" te refieres a la fortaleza muscular.

- No, me refiero a la fortaleza racial. Sin veterinarios que los atiendan ni amos que los protejan, solo pueden haber sobrevivido las razas mas resistentes a las enfermedades.

- ¿ Y cuales son esas razas?

- Las razas mas jóvenes, creadas por entrecruzamiento. En efecto el mayor flagelo de una raza es el entrecruzamiento cosanguí­neo. Si los dos individuos de una pareja tiene una enfermedad transmisible, toda su progenie está condenada; a la larga o a la corta todos caerán enfermos. En una raza recién formada no hay posibilidades de entrecruzamiento  de este tipo y las crí­as son inherentemente fuertes.

En la época en que el hombre viví­a en el exterior, era clásico decir que los perros mejor seleccionados y mejor cuidados, enfermaban con facilidad y que los perros callejeros y sin dueño eran enormemente más sanos.

Nuestra futura mascota, si la encontramos, es la raza más joven que fuera  creada a la antigua; por selección de ejemplares de diferentes razas. Por lo que sabemos eran animales fuertes que jamás se enfermaban y muchos de ellos viví­an por 15 saludables años antes de morir de viejos.

- Bien Flora. Me siento cansado. Mañana encontraré a mi nuevo compañero y espero que acepte mis disculpas por haberlo abandonado por tanto tiempo. Supongo que tu también estarás cansada querrás dormir.

- Jim, los robots no dormimos, aunque mi chassis A5 simula el sueño humano a la perfección; recuerde que los chassis A fueron oficialmente planeados para recibir una barra de memoria de una persona fallecida y reemplazarla por completo. A nadie le gustarí­a despertarse por la noche y observar a su esposa descansando con los ojos abiertos. Hasta mañana.

- Perdón, pero eres tan parecida a una humana que en mi mente no puede caber la idea de que seas un robot. Prefiero equivocarme y suponerte humana. Hasta mañana. 

Durante la noche el vector levantó vuelo y fue al encuentro de Enter. La idea era internarse en el bosque hasta llegar a un nuevo claro y allí­ decidir sobre el tipo de excursión a realizar. La envergadura del vector no lo hací­a útil para moverse entre los árboles así­ que habí­a llegado el momento de probar las motoaves.

- Señores "dijo Jim" crear una nueva raza humana no es tarea de cobardes. No voy a aceptar una nueva excursión por TV. La quiero en vivo. Ya tienen una muestra de lo que puede ocurrir "delegando el mando" como para que me obliguen a hacerlo. Ese criterio acabó con la civilización y no estoy culpando al robot o a los robots que tomaron las decisiones, sino a los humanos que delegaron las mismas.

- A partir de ahora, voy a hacer las cosas personalmente y Uds. solo me ayudaran cuando yo lo solicite o si existe un peligro evidente.

- No, de ninguna manera, no podemos arriesgar al último ser humano de la tierra se escucho un coro robótico. 

- Silencio; es una orden y al que no la respete lo apago. Se que sus potenciales cerebrales estarán elevados pero a pesar del aprecio que les tengo me resultarí­a fácil reemplazar a cualquiera de Uds. si su microprocesador se congela. Comprendan, si los dejo actuar es muy probable que volvamos a tener una civilización dependiente de los robots con las mismas debilidades y antes de recrear una civilización débil prefiero no crear nada ¿quien es el experto en motoaves?

-   Yo "dijo Robert" en nuestro trabajo de mantenimiento muchas veces debemos inspeccionar los techos de las casas y no hay nada mejor que una motoave para ese trabajo.

- El único problema es que mi interfase con el ave no se parece en nada a la suya. En mi caso tengo un puerto en la nuca que se conecta con un cable al ave. En su caso la interfase es desde su cerebro en función de los campos electromagnéticos que generan su pensamiento consiente. Todo lo que le puedo decir es que la motoave puede moverse según las tres coordenadas espaciales X, Y y Z. Si Ud. se coloca la vincha y piensa en la letra "Z" las alas comenzarán a moverse y Ud. comenzará a levantar vuelo siempre sobre el mismo lugar cada ves mas rápido hasta que deje de pensar Z. En ese momento se quedará suspendido en el aire sin cambiar de posición. 

Si piensa en X se dirigirá hacia adelante y si piensa en Y se desplazará a la izquierda. Es obvio que para ir hacia atrás deberá pensar -X y para girar a la derecha -Y. Para descender deberá pensar -Z. Ud. puede predisponer a la interfaz para que interprete "subir = Z" o para q cualquier otra orden similar. Jim, esto es como andar en bicicleta la teorí­a se aprende en un minuto pero no sirve de nada sin una buena práctica. Le propongo que intente copiar mis movimientos. 

Robert se subió a la motoave que tení­a un asiento similar al de una motocicleta con dos plataformas para apoyar los pies y dos agarraderas para asirse con las manos. Conectó la manguera del puerto de comunicaciones en su nuca y de pronto las alas comenzaron a batir levantándolo en ese lugar. Todo el ruido que se escuchó fue el del aire batido. No se escuchaba el ruido de ningún motor.

Jim hizo la propio pero al principio las alas solo se movieron en un movimiento trémulo. Luego se fue haciendo un batir más vigoroso hasta que finalmente levantó vuelo lentamente en un vuelo inestable. Unos instantes después ya lograba despegar  del suelo con todos los robots en tierra preparados para detener una caí­da que no se producí­a.

Robert se movió lentamente hacia adelante y lo propio hizo Jim. A los diez minutos Jim rompió la formación porque se encontraba ya en condiciones de dirigir su vuelo a voluntad y lo hacia de modo muy veloz. 

Asustó a los robots con una picada en vuelo rasante que  por poco hizo caer a Pascal. Varios cerebros robóticos vieron desbordar sus potenciales hasta que la risa de Jim los tranquilizó. Robert invitó a Jim a dar por terminada la primer y única clase (la comunicación se realizaba por radio a través de la lógica de control de las motoaves y Jim se asustó cuando escuchó la voz de Robert directamente en su cerebro).

Poco después se unió Flora en su propia motoave. Cargaron una cámara de TV en el vehí­culo de Robert y los robots que quedaron en tierra vieron partir a tres maravillosas aves de plumas tornasoladas. Verde negro para Jim; azul negro para Robert y rojo negro para Flora. ¿Habrá podido apreciar algunos de los robots la llegada de tan preciosa imagen? Las tres aves tornasoladas ingresando a un bosque que todaví­a presentaba su bruma matinal, mezclada con los rayos de sol que se colaban por la copa de los árboles.

El vuelo se desarrollaba en un silencio casi absoluto solo interrumpido por el ruido del aire al batir de las alas, que desprendí­an una serie de puntos de colores verdes rojos y azules sobre un fondo negro brillante como el charol.

Flora dirigí­a el grupo con maestrí­a, internándose en el bosque y deteniéndose en los claros a 5 metros de altura y esperando la presencia  de algún animal. En una de estas esperas se pudo observar un chancho salvaje corriendo despavorido a gran velocidad de modo que abandonó el claro en escasos milisegundos.

Las tres motoaves lo persiguieron en su loca carrera a través del bosque, pero a pesar de tratarse de un animal muy pesado se desplazaba a tal velocidad que era imposible alcanzarlo sin chocar contra algún árbol.

Mientras el chancho ganaba distancia se pudo observar que era perseguido por una jaurí­a de 5 perros blancos que evidentemente apenas superaban su velocidad de escape ya que se acercaban rápidamente al chancho que los superaba en tamaño inclusive considerando a los 5 perros en su conjunto. 

El mas pequeño de los perros aceleró su carrera hasta alcanzar al chancho que comenzó a zisaguear con evidente intención de que el perro tropezara contra los árboles espinosos. Pero ese comportamiento no le sirvió de mucho, porque el perro utilizando su cola para equilibrarse dinámicamente logró acercarse aun mas y morderle una pata trasera.

El chancho rodó por tierra y prontamente los otros tres perros mas cercanos lo aprisionaron con sus mandí­bulas tratando de mantenerlo quieto sobre el piso. El último de los perros rodeaba al chancho buscando colocarse en posición de atacar su cuello. Cuando hubo logrado la posición adecuada se lanzó sobre el cuello del chancho salvaje que lanzó el grito más penetrante y desesperado que pueda proferir animal alguno. Era el grito de la muerte, pero no todo habí­a terminado para él.

En una acción desesperada pudo girar sobre si mismo y golpear a dos de los perros sobre un arbusto espinoso una y otra ves para poder zafar del acecho que la jaurí­a estaba proponiendo. Lo consiguió al fin, los dos perros se soltaron y el chancho pudo recobrar la posición erguida con el perro de mayor tamaño colgado de su cuello y otros dos mas pequeños colgados de una pata delantera y de una pata trasera.

Era tal la fuerza del chancho que pudo moverse hasta un espino y allí­ dio riendo suelta a su instinto de venganza dejando fuera de combate a los dos perros más pequeños.

Solo con el perro más grande colgado de su cuello parecí­a que el resultado de la lucha no podí­a ser otro mas que un triunfo del mas fuerte. Pero el Dogo se mantení­a aferrado a su presa a pesar de que era golpeado una y otra ves contra los árboles y arrastrado en la carrera del enorme chancho. 

El esfuerzo realizado por el chancho salvaje y la perdida de sangre terminaron por minar sus fuerzas, que lentamente lo abandonaron, mientras el abrazo de la muerte se cerní­a sobre el. Un último estertor y todo fue quietud donde antes habí­a movimiento. Jim y sus compañeros no salí­an de su estupor y no atinaban a mover sus motoaves. Hasta que poco a poco fueron recobrándose y Jim aterrizó suavemente al observar que el cerdo no respiraba. Flora y Robert hicieron lo mismo y todos bajaron de sus vehí­culos con intención de comprobar el resultado real de la lucha.

Los cuatro perros más pequeños estaban evidentemente muertos; o mejor serí­a decir destrozados por dentro y por fuera pero el mas grande y evidentemente el lí­der de la jaurí­a aun respiraba y no habí­a soltado su presa.

- Flora Ud. es la especialista; ¿que debemos hacer? "Dijo Jim"

- No lo sé Jim; en la caza histórica los Dogos seguí­an prendidos hasta que su dueño les daba la orden de soltar, después de haber clavado su cuchillo de caza en el corazón del pecarí­. Pero estos perros no ven a un hombre desde hace un siglo y deben haber modificado la técnica.

- Yo creo que solo debemos esperar prudentemente alejados porque no sé cuál va a ser el comportamiento de este perro cuando se de cuenta que tres extraños bí­pedos montados en tres aves gigantes lo están observando de cerca. 

- El perro parece estar muy lastimado y se lo observa temblar como en un estertor. 

- Supongo yo que es consiente de todo lo que ocurrió, inclusive de la muerte de sus compañeros, todas hembras de menor tamaño y por lo tanto más ágiles.

- Flora, escucho mal o hay un fuerte sonido de aire saliendo a gran velocidad del perro como en un fuelle roto.

- Si Jim, yo también lo escucho y no sale de las fauces del perro. Creo que tiene uno o los dos pulmones perforados. Galeno ¿me escucha?

- Sí­ Flora.

- Lo necesitamos aquí­ de inmediato y por favor descargue archivos de fisióloga canina en su memoria de estado sólido, seguramente va a tener que operar a un perro.

- Vi todo por su cámara y no salgo aun de mi asombro. Ya estamos por llegar a un claro cercano. Por favor que Jim no se acerque a los animales por que no puedo operar con los potenciales cerebrales en el estado actual.

En ese instante todos pudieron observar que el perro cerró sus ojos aflojó su mordedura y se desplomó desmayado. Un minuto después hizo su aparición Galeno que observó que el cerdo salvaje estaba muerto y el perro desmayado por falta de irrigación en su cerebro. Dos enormes agujeros en el pecho perdí­an aire cada ves que respiraba y dejaban salir borbotones de sangre. 

- Tengo que operarlo de inmediato - dijo galeno- y no puedo perder tiempo aplicando calmantes y anestésicos. Y sin mas tomó una aguja e hilo biológico y reparó el pulmón derecho mientras Flora tapaba y presionaba sobre el pulmón izquierdo que era el mas dañado. Una ves que uno de sus pulmones recuperó la función, comenzaron la difí­cil tarea de reparar el otro, hasta que el perro comenzó a respirar normalmente. - Mirando preocupado a Flora Galeno comento:

- Es muy  probable que en cinco o diez minutos recobre al conocimiento, serí­a conveniente que Jim entrara en el vector y que solo nosotros nos quedemos aquí­. 

- No pienso alejarme cobardemente, creo que mi mascota esta herida y ahora que la ciencia hizo su trabajo, se requiere una mano humana para devolver a este animal a la vida. Es un valiente y yo me siento identificado con él.

Jim apoyó la cabeza, de la que ya consideraba su mascota, en su regazo y entonces se dio cuenta del tamaño casi desproporcionado de la misma. En efecto era quizás un 50% más grande de lo que deberí­a esperarse en proporción al cuerpo y estaba implantado sobre un tronco ancho en la misma proporción. Las mandí­bulas eran cortas, adecuadas para apresar mas que para destrozar y las orejas tení­an heridas de mil batallas ya que eran evidentemente el blanco mas a mano de sus enemigos. Dentro de su fiereza era un rostro que reflejaba grandeza y bondad.

Jim pensó que su mascota no tení­a nombre y entonces recordó el nombre de su primera mascota real y pensó que era sumamente adecuado para su nueva mascota. Ares, el rey de la guerra de la mitologí­a griega. Le pareció un nombre muy adecuado para un perro tan fornido audaz y valeroso.

Jim acarició la cabeza de Ares como si fuera su viejo cachorro y notó que su cuerpo musculoso comenzaba a moverse en un temblor generalizado; un instante después abrió lentamente sus ojos. Su mirada denotó evidentemente sorpresa que posteriormente se transformó en el sí­mbolo más universal de la raza canina: una mirada  de amor con un activo vaivén de la cola. Jim se levantó y llamó a Ares para que este terminara de desentumecerse. Todaví­a con paso inseguro, Ares hizo un reconocimiento del terreno y se dirigió a la hembra mas cercana, la olfateó por todo su cuerpo y luego limpió sus heridas con su enorme lengua, posteriormente utilizó la misma para masajear a la hembra y por último se acostó frente a ella y apoyó su cabeza en el piso mirándola fijamente por varios minutos mientras gemí­a lastimosamente.

Tres veces mas repitió esta ceremonia y cuando estuvo seguro que sus hembras estaban muertas, profirió el aullido más lastimero que jamás se oyó sobre la faz de la tierra. El perro vuelve al lobo por un instante, pensó Jim, cuando la vida le arrebata lo que más quiere. Que bien nos vendrí­a a los humanos que fuéramos tan demostrativos como ellos cuando las circunstancias lo requieran. Ojalá yo pudiera aullar para demostrar el dolor que siento por la humanidad perdida. 







CAPITULO 5      



EN DONDE JIM TIENE UNA CENA COMPLETA, ROMÁNTICA Y CON DOS PLACERES



Ya estaba cayendo el sol y el claro del bosque bullí­a de actividad. Jim y Ares descansaban en el dormitorio del vector de transporte mientras Flora permanecí­a inactiva en su nicho, en una de las paredes laterales del puente de mando del vector. Esa era la costumbre establecida por aquella época. Los robots no necesitaban un lugar especial para pernoctar desactivados; pero la costumbre indicaba que en el living de cada casa, en una pared retirada, debí­a ubicarse un nicho en donde el robot cupiera con una holgura de tres centí­metros en todas las direcciones. La mayorí­a de esos nichos permanecí­an desocupados porque no se requerí­a ningún robot para atender una casa. En efecto, las viviendas eran imposible de manchar y autolimpiantes. Las paredes estaban terminadas de modo tal que rechazaban las substancias lí­quidas o pastosas que producí­an manchas. Los pisos tení­an un recubrimiento similar, pero que además moví­a los objetos caí­dos hasta el zócalo mas cercano, en donde ingresaban a un sistema de cañerí­as que los evacuaban. Esto, y el hecho de que no existí­a la posibilidad de ingreso de polvo, resolví­a el problema de la limpieza de una casa.

La ropa hací­a mucho tiempo que era descartable dado que su valor, ridí­culamente reducido, era menor que una recuperación por lavado y planchado. Por lo tanto, no habí­a robots en los hogares pero los nichos quedaban disponibles por una razón prácticamente histórica.  

En el claro del bosque los robots humanoides se encargaban de acondicionar al neopuerco y a otros animales más sencillos de cazar que habí­an encontrado casi por casualidad pastando en otro claro del bosque. Se trataba de un antiguo animal de granja llamado "cordero patagónico", que a la sazón se habí­a mantenido gracias a su fertilidad, porque no tení­a ni velocidad, ni cualidad alguna que lo ayudara a defenderse del ataque de los aparentemente abundantes predadores existentes en el bosque. La naturaleza los protegió con la fertilidad y los dogos y pumas se aprovecharon de ellos para alimentarse y mantener viva su raza.

El vector de transporte tení­a un amplio frigorí­fico y los potenciales cerebrales alterados de los robots se calmaron, en cuento vieron la despensa llena. Faltaban las hortalizas, pero estaban seguros de que las encontrarí­an en terrenos más adecuados a poco que las buscaran con cuidado. Era evidente que si la degradación de la atmósfera no habí­a llegado al nivel de matar a los animales, menos podí­a haber matados a los vegetales. Estaban seguros de poder encontrar, por lo menos, algunos tubérculos comestibles.

Cuando Jim se despertó preguntó:

- ¿Quien esta preparando mi cena? 

- Lázaro, contesto Flora. Es el más indicado para acondicionar animales muertos y de buena gana se ofreció para matar otros animales que encontramos mientras Ud. dormí­a. ¿Pero donde está Ares?.

- Se sentó mirando la puerta de salida y estuve tan seguro de que iba a volver que le abrí­ sin dudarlo. Seguramente estará haciendo las cosas que hacen todos los perros por los alrededores de su vivienda. Es increí­ble como se recuperó con una simple siesta, prácticamente salió caminando como si nunca hubiera sufrido daño alguno. No creo que exista un animal más fuerte.

- Jim, los humanoides ya terminaron de acondicionar la despensa. Por el momento tenemos disponible carne de puerco y de cordero. En cuanto a la preparación ¿como la quiere Ud.? Podemos prepararla en el horno de microondas con infrarrojos del vector, pero por su comportamiento de los últimos tiempos, supongo que va a tener otra idea mas cercana a lo natural.

- Por supuesto, no se como, pero yo voy a volver a recrear a la humanidad y no creo que existan suficientes vectores en los museos, de donde podamos obtener suficientes hornos para toda ella. Creo que debemos aprovechar lo que la naturaleza nos prodiga. Por lo que se puede ver el bosque tiene enormes ejemplares de confieras y otros árboles caí­dos a la espera de que alguien los utilice como leña.

Flora, deseo comer en el exterior al lado de una hoguera, en donde se esté asando un abundante trozo de carne de cerdo y otro de cordero, acompañado por Ud, que deberá comer como si lo necesitara y de Ares, que nos estará cuidando del ataque de los depredadores. Los robots cibernéticos y animaloides esperarán en sus nichos del vector. Ud. deberá consultar en sus bancos de memoria como era la costumbre local para preparar las carnes y adecuarla a las circunstancias, ya que en este momento, la cualidad que más apreciarí­a de mi cena es la presteza en prepararla.

- Estuve recabando datos mientras estaba en el nicho. La costumbre local era muy sencilla. Se encendí­a un fuego y cuando sólo quedaban brazas se colocaba la carne a unos veinte centí­metros de las mismas sobre una parrilla de varillas de hierro. Ya me comuniqué por radio con Robert y sus muchachos están fabricando una parrilla portátil. Recogieron leña que ya está encendida en un lugar seguro dada la gran combustibilidad de este bosque y me siento en condiciones de invitarlo a presenciar lo que los locales llamaban "un asado". No tenemos aun vegetales para acompañar nuestro asado pero no dudamos en conseguirlos mas adelante.

- Y cuanto tiempo debe estar la carne al fuego. 

- Aproximadamente una hora o una hora y media. Los locales lo llamaban "cocinar a fuego lento" y se reí­an mucho de los habitantes del Norte de América que preparaban el asado directamente sobre las llamas. Los locales decí­an que de ese modo la carne se arrebataba y perdí­a su sabor. Yo consulté a Galeno y me recomendó especialmente que asara la carne a fuego lento y permitiera que se cocine bien en su interior, porque en caso contrario puede contener algunas bacterias a las que su organismo no está acostumbrado. Esas bacterias producen infecciones estomacales muy molestas.

- Es decir que deberé esperar una hora más si no quiero provocar un incremento notable de potenciales cerebrales a todo mi gabinete de ministros.

En ese preciso instante volvió Ares y Jim supo que ya nunca mas se separarí­an. Acarició su enorme cabeza y el perro le devolvió el saludo lamiendo su mano reiteradamente como sellando un pacto de honor. Seguramente habrá pensado: Ustedes salvaron mi vida y yo a cambio los acompañaré y defenderé de todas las vicisitudes que se presenten, ya no tengo familia, y por lo tanto, ustedes la reemplazarán. De todo el grupo debo elegir un dueño primario al que respetaré a ultranza y de los demás solo aceptaré ordenes cuando el no esté o el las confirme. El será "mi jefe de manada",el macho alfa y se que me cuidará como yo lo cuidaré a el. Mi dueño primario será el único humano del grupo, mi amo Jim. Flora será la segunda en jerarquí­a porque a pesar de su evidente comportamiento robótico, tiene olor y formas humanas y porque noto que despierta en Jim más sentimientos que los demás robots con olores metálicos. Perdí­ una familia canina pero gané otra humana. Siento que mi amo tiene un gran problema por resolver y yo lo ayudaré a resolverlo, permaneciendo a su lado y usando mi instinto y todos mis sentidos, para calmar sus nervios y hacerlo sentirse acompañado y apoyado en todo lo que haga.

Salieron del vector y a fé que parecí­an un extraño grupo: un humano, una robot  biológica tomada de su brazo y un perro de caza que los seguí­a a corta distancia con un andar elegante que destacaba todos sus músculos formados en mil batallas.

-Flora, mientras descansaba no puede dejar de pensar en el extraño comportamiento de Ares y sus hembras con respecto a su alimentación. Si existen tantos corderos patagónicos en la zona ¿cómo es que arriesgaron su vida, y de ellos varios integrantes de la manada la perdieron, cazando un animal salvaje más grande que ellos? 

- Instinto, Jim. Esta raza de perros fue creada para cazar chanchos salvajes y en su cerebro existe algo similar a las leyes de la robótica que poseemos nosotros: "De todos los animales salvajes que se te presenten preferirás a los chanchos salvajes y a los felinos llamados Pumas" es su criterio básico que por supuesto debe ocupar una prioridad posterior a la de amar y respetar a su amo y a la familia del mismo.

-Ya estoy viendo a Lázaro en su nuevo papel de jefe de cocina y no se si la dieta obligatoria incrementó mi sentido del olfato, pero percibo un olorcito tan agradable a carne asada que se están enardeciendo mis jugos gástricos.

En un claro del bosque Robert se habí­a encargado de hacer un pozo en donde hacer el fuego y los troncos ya se habí­an convertido en brazas chisporroteantes. Sobre las brazas, a unos veinticinco centí­metros estaba colocada la parrilla y sobre la misma se encontraba el costillar completo del neopuerco y varias trozos de apetitoso cordero patagónico. Todo recién colocado, roja la carne de cordero y rosada casi blanca la del neopuerco. Jim miró, olfateó, suspiró y observó una incongruencia tan evidente que resultaba cómica. La escena no podí­a ser mas clásica del siglo 19 o 20 pero del costillar salí­a una cable conectado a un instrumento de medición.

- Lázaro, ¿que mide ese instrumento?

- Temperatura en el interior de la pieza de carne.

- ¿Esa era una práctica de los viejos habitantes locales?

- No Jim, es una adaptación libre de las prácticas de casa. Verá, el asador tomaba la temperatura aproximada colocando la mano abierta a la misma altura que las presas de carne, si la temperatura era la correcta podí­a soportarla solo por unos segundos. Luego colocaba la carne con el hueso hacia las brasas, por unos cuarenta y cinco minutos y luego lo giraba del lado de la carne y lo dejaba al fuego por unos treinta minutos mas. Pero yo no tengo sensores de temperatura exterior en mis manos que son metálicas y por lo tanto improvisé este método que considero mucho mas exacto. Flora me transmitió las costumbres locales y junto con Pascal calculamos que para que la carne se cocine en una hora, la temperatura interior debe ser de 70 °C aproximadamente. De esta forma, el coeficiente de radiación infrarroja cocinará la piel de las presas de modo que se ponga crujiente y la carne ..........

- Esta bien Lázaro, no necesito una clase de cocina cientí­fica.

En ese momento se escuchó una mezcla de quejido con gruñido y ladrido y todos cayeron en cuenta que habí­a un perro presente y que el mismo estaba tan hambriento como su amo. Lázaro tomó un muslo del neopuerco y se lo dio en la boca. Ares lo tomó presuroso y desapareció en la espesura a dar buena cuenta del mismo.

El sol ya habí­a caí­do y una luna llena se observaba a través de la espesura del bosque. Su pálida luz competí­a sin éxito con una hoguera bien mantenida que iluminaba trémula la escena. La función de la hoguera era múltiple. Por un lado iluminaba, por otro alejaba a los animales peligrosos, reduciendo así­ los elevados potenciales cerebrales de los robots y además generaba el combustible para el asado en caso de ser necesario.

- No se porque, dijo Jim; ahora que tengo comida al alcance de mi boca no siento la desesperación que sentí­a hace una hora nada mas.

- Porque su cerebro sabe que el problema de la comida ya está solucionado y con algunos lujos, dijo Flora. El platillo que le están preparando es uno de los manjares preferidos por los mejores gourmet de la tierra "cordero patagónico" y "jabalí­ a la cazadora". Realmente falta un buen vino y podrí­amos pensar que estamos en el mejor restaurante del mundo.

- ¿No pudieron hacer nada por el vino?

- El vino quedó en manos de Galeno que tiene acceso a todo tipo de alcoholes  y gustos artificiales. Se asesoró por radio con todas las bases de datos referidas a la fabricación de vinos, pero aun para el más joven de los vinos hay que esperar un par de meses y se requiere una fruta llamada uva que no existe por estos parajes. Si bien esta tierra es pródiga en frutos, los viñedos solo existen mas al Norte. Supongo que mañana en la reunión de gabinete decidiremos realizar un largo viaje. Si pasamos por la zona de viñedos le prometo recoger suficiente uva para hacer nuestra propia cosecha. Pero por ahora deberá conformarse con el brebaje de Galeno, del cual ya podrí­amos dar buena cuenta mientras esperamos que termine de asarse la carne. Venga Jim, acerquémonos que la mesa ya está servida.....

- Tengo que reconocer que la presentación es excelente y que el vino por lo menos tiene el color de un buen vino tinto. Veamos el aroma............ Bueno, en verdad que podrí­a ser mejor pero no está mal.

- Jim, una vieja costumbre de esta región era reservar el primer trago para algo llamado "brindis". El integrante mas significativo, y por lo general, el mas viejo enunciaba un deseo y todos decí­an "salud" y bebí­an el primer trago dedicándolo al hecho mas importante que los convocaba. Por mucho es Ud. el mas indicado. En principio porque es el mas viejo o por lo menos el único que tiene edad, porque lo otros tenemos tiempo de funcionamiento y es el mas importante, sin ninguna duda, porque es el único representante de la humanidad. 

- "Por una nueva humanidad, para que a partir de ahora los nuevos o los viejos humanos (si los encontramos) puedan vivir mas felices y no vuelvan a destruir este hermoso planeta".

- Salud.

- No es vino, pero se parece bastante y seguramente que Galeno lo preparó con todo lo necesario para que mi jugos gástricos  vuelvan a funcionar como antes.

En ese preciso momento se acercó Lázaro con una bandeja repleta de carne bien asada que tení­a mucho mejor aspecto que las comidas sintéticas que los humanos consumí­an desde hace mucho tiempo. Los trozos de carne de cordero se observaban de color marrón oscuro por su exterior y la piel del cordero estaba adherida aun a la carne y se mostraba crujiente y jugosa a la vez. La carne del neopuerco era mas blanca y también habí­a sido asada con su piel y sus huesos. Jim tomó la mejor presa y se la sirvió a Flora; al acercarse rozo su piel y sintió una vez más una mezcla de placer y perturbación que no se animaba a designar por su nombre. Flora no es humana, replicaba su mente, pero todos sus sentidos decí­an lo contrario. Por primera vez reparó en que Flora estaba vestida como para una cena romántica. La observó muy bien y cayó en la cuenta en que siempre estaba vestida de un modo muy especial; jamás desentonaba con la ocasión y siempre vestí­a ropas y zapatos que realzaban su bien torneado cuerpo y sus bellas piernas. No mostraba ni más ni menos que lo necesario y lo que no mostraba era más turbador que lo que mostraba. Jim arrimó su silla lo mas cerca posible a la de Flora,  se sirvió un buen trozo de asado y comenzó a saborearlo como si jamás en su vida hubiera comido. 

- Humm, no se que sentí­a al comer comidas sintéticas, pero esto no es lo mismo. Valí­a la pena esperar tanto tiempo. Estos bocados son algo indescriptible, dijo Jim.

- Si, realmente no se pueden comparar.

- Flora ¿puedes sentir los sabores de la comida? Tengo entendido que no necesitas comer, que lo haces por cortesí­a para que tu compañero no se sienta solo. 

- Si, en efecto, no necesito comer si tengo el adecuado combustible que es un fino aceite mineral similar al que consumen las motoaves. Pero también estoy preparada para comer lo mismo que un humano. Con el aceite logro un rendimiento máximo en Vatios por Kilocalorí­as; con la comida humana desperdicio mucha energí­a y genero muchos desechos pero puedo funcionar permanentemente. Y el sentido del gusto lo tengo muy bien desarrollado porque es habitual que una de las tareas de las robot acompañantes sea cocinar en algunas ocasiones en que el hombre de la casa lo desee. Jim, puede creerme, este asado es algo especialmente exquisito. Este modo de preparar un asado "al fuego lento sobre las brazas" tiene una propiedad que no presentan otros métodos de cocción. La carne incorpora el gusto y el sabor de la leña utilizada, de modo que la misma deja un gusto de fondo muy particular en la boca. Ese gusto de fondo puede ser realzado por el vino tinto si este se añeja en cubas de la misma madera que la leña.

- Flora, quiero que me conteste una pregunta con la mayor sinceridad posible. Yo se que las robots biológicas deben respetar las tres leyes de la robótica como cualquier otro robot, pero necesito saber si estas capacitada para sentir amor y no quiero una respuesta que tranquilice tus potenciales, necesito saber la verdad porque de tu respuesta puede depender el futuro de la humanidad. Mentirme puede satisfacerme sólo a mi, pero no va a favorecer a la futura humanidad. Así­ que precisamente por tus potenciales, te conviene decir la verdad.

Flora se turbó y por un momento pareció que se iba a "congelar". (Vieja palabra empleada para decir que una computadora presentaba una pantalla estática y que habí­a que "resetearla" para que volviera a operar, pero con pérdida de la última sección de información generada, en los robots era mucho mas grave porque solo un robotpsicólogo podí­a "resetearlos"  y la perdida de información podí­a ser total).

- Jim, me gustarí­a poder decirle que si, pero ningún roboticista logró generar jamás algo que se parezca siquiera a un sentimiento. Pero desde hace tres dí­as estoy revisando y estudiando los programas autogenerados por tu eslabón como una "operación de fondo" (una operación de fondo, es aquello que una computadora multitarea puede realizar al mismo tiempo que ejecuta un programa principal, pero sin que se observe ninguna indicación en la pantalla, es decir en automático, sin atención). Y realmente creo que esos programas tienen un valor increí­ble. No es mi especialidad pero creo que Pascal deberí­a dedicarse a comprenderlos "a plena tarea". Quizás con algunas modificaciones te pueda amar realmente, nunca se intentó antes y supongo que debe ser algo muy difí­cil de programar.

- No me importa que sea difí­cil mientras sea posible. Con suficiente capacidad de cálculo debe ser una tarea posible, y con todos los recursos disponibles de la tierra puede ser una tarea de corta duración.

- No es un problema de la máquina, sino del hombre o de la máquina que la programa. Para hacer un programa, se debe conocer primero la realidad, captar la realidad, le dicen los programadores. ¿Pero como se capta la realidad en el caso de simular un sentimiento tan desconcertante como el amor? Hay tantas formas de amar que la tarea de captar la realidad se vislumbra como infinita.

Pero mientras tanto puedo suplantar el auténtico sentimiento sin que lo notes. Es más creo que para eso las robot biológicas estamos mas capacitadas que las humanas, ya que nuestro chasis fue pensado especí­ficamente para ello y nuestro microprocesador, esta dirigido a controlar hasta el mas pequeño de los motores biológicos, con el fin de crear un placer tan grande que ningún humano sienta la ausencia de su compañero. 

- ¿Entonces no puedes sentir amor?

-No Jim, no puedo. Pero si pudiera..... podrí­as estar seguro que nadie te amarí­a tanto como yo.

Jim sintió una enorme necesidad de terminar su cena rápidamente, pero Galeno le habí­a recomendado que comiera sin prisa porque no estaba muy seguro de cómo iba a responder su estómago. Terminaron de cenar bebiendo copiosamente y Jim tomó a Flora por sus hombros, dirigiéndose al vector de transporte. De la floresta salió Ares, que los acompañó varios pasos atrás como sabiendo de la necesidad de privacidad...... y esa noche sobró un nicho, una cama tuvo que soportar un trabajo extra, en el único dormitorio del vector y un perro cuidó esa puerta con la consigna de que nada ni nadie la atravesara hasta que su amo saliera.








CAPITULO 6

 

EN DONDE SE DECIDE VIAJAR HASTA EL GRAN CAÑÓN DEL COLORADO CON PARADA EN CUBA, PARA ENTENDER PORQUE DESAPARECIÓ LA HUMANIDAD.


En la sala de reuniones del vector se encontraban lo que a razón era lo que habí­a quedado de la humanidad. Un hombre y unos pocos robots a su servicio.

- Empezamos la sesión, dijo Jim  

- La primer prioridad fue resuelta - dijo Galeno - Jim ya está bien alimentado y la despensa del vector posee, sino un cargamento completo, una buena provisión de carne y algunas verduras. En cuanto a su adaptación al medio es excelente y no hay respuestas a problemas respiratorios, por lo menos de tipo inmediato. El tiempo dirá si algún virus desconocido está en su organismo incubando una enfermedad, pero hasta ahora todo es normal y puede continuar en el exterior. 

- Ataquemos la segunda prioridad entonces. 

- La segunda es sin ninguna duda aclarar si la humanidad consiste solo en Jim o si  queda  alguien mas  en el planeta â€" dijo Pascal - Y en función de la respuesta, comenzar a pensar en cómo recrear una nueva humanidad.

- Yo creo que si no aclaramos que pasó con la vieja civilización, no podemos encarar una recreación y eso implica dilucidar el problema del servidor "Tabladefun"; ¿alguien sabe donde está localizado geográficamente?

- Si Jim â€" contestó Enter â€" se encuentra localizado en EE.UU; en un lugar llamado "Gran Cañón del Colorado", alojado en una cueva natural de granito de modo que todo el sistema es autosuficiente y cada computadora es responsable de actualizar el disco rí­gido de la otra. El sistema posee redundancia directa de décimo orden con cambio de control diario y alarma en el momento en que fallen dos servidores.

- ¿Quién debí­a recibir la alarma? â€" preguntó Jim

- Mi amo â€" dijo Enter

- ¿La recibió?

- Solo  puedo decirle que yo no recibí­ órdenes de reparar ningún servidor "Tabladefun" en los últimos cinco años, después que comenzó a cargarse mi memoria.

- ¿Existe la alternativa de que otro robot haya recibida esa orden?

- La alternativa existe, pero es poco probable que mi amo no se comunicara con su robot en jefe, pasando directamente la órden a un robot subordinado. Simplemente no tiene sentido aunque existe la posibilidad.

- ¿Cuantos robots tienes a tu servicio?

- Cien.

- ¿Solo Cien? 

- Cada uno de estos cien tiene otros cien a su cargo

- ¿Cuantos niveles hay?

- Solo cuatro.

- Aun me parece una cantidad pequeña para todo el mundo.

- No lo creo Jim..

- ¿Cuantos robots son en total?

- Un millón. 

- ¿Con solo cuatro niveles de cien se llega a un millón?

- La fórmula de calculo es el número diez elevado a una potencia igual al número de niveles más dos. Con cuatro niveles el resultado es diez elevado a la sexta potencia que es igual a un millón. 

- ¿Y cada uno de los robots del primer nivel puede haber atendido una orden directa? 

- Si, pero le repito que es improbable que mi amo le diera una orden directa a alguno de esos cien robots.

- ¿Podemos saber cual de los diez servidores "Tabladefun" está funcionando?

- Ya lo verifiqué y es el número seis. Siempre el numero seis. 

- ¿Y los otros como funcionan? 

- Todos mal. Algunos presentan una falla más pronunciada que otros. La mayorí­a directamente no funcionan y algunos que hasta hace dos dí­as funcionaban mal, hoy no funcionan. El seis funciona cada vez peor, seguramente va a dejar de funcionar en cualquier momento.

- ¿Como es que sólo funciona el seis si el sistema de redundancia utiliza un servidor por dí­a?

- Porque antes de cambiar de un servidor al siguiente el que esta funcionando comprueba el funcionamiento del receptor y si funciona mal cambia al siguiente de la lista y reporta la falla. En este caso seis, controla a siete y como funciona mal controla a ocho, a nueve y así­ hasta que observa que todos sus compañeros están peor que él y se queda con el control.

- ¿Es posible que su amo no haya recibido ningún aviso de falla?

- Imposible, aun si se detectara una falla de su eslabón, éste serí­a reemplazado de inmediato y además, dada la importante función de mi amo, el tiene 5 eslabones en conexión redundante controlándose unos a otros. Yo se que la palabra imposible es una ficción cuando se trata de informática, pero es que la probabilidad de que mi amo no se haya enterado del primer servidor con fallas es menor que uno por cada estrella del universo conocido. 

- Enter, es imprescindible que sepamos que pasó. Yo necesito saber si los sistemas informáticos son confiables para fundar una nueva civilización. Espero encontrar otros humanos en algún lado, pero no se si utilizar la vieja estructura informática u olvidarme por completo de ella. Y al decir estructura informática incluyo a los robots. Espero que Uds. me entiendan, debo decidir si el nuevo mundo los utilizará o deberé desconectarlos definitivamente. Por eso Enter te pido que analises como determinar si tu amo recibió uno o más avisos haciendo caso omiso de ellos.

- No hay nada más simple Jim, solo tenemos que ir a la casa de mi amo y revisar el eslabón. Si fuera cualquier otro eslabón lo podrí­amos hacer en forma remota, Pero por razones de seguridad, la red interna de mi amo tiene vedado el ingreso remoto para todos, salvo para mi propio amo.

- Y ¿dónde queda el domicilio de tu amo?

- En una ciudad que antiguamente se llamaba Cuba, en el norte de América. En nuestro recorrido hacia el Gran Cañón del Colorado debemos pasar muy cerca de ella.

- Muy bien, entonces rumbo al Gran Cañón del Colorado con escala en Cuba y a una altura de 500 metros para reconocer algún vestigio de vida humana. Sin otro tema para tratar levantamos la reunión. Pascal, no se retire, quiero hacer una reunión solo con Ud. 

- Si, Jim. 

- Pascal, vamos a hablar de un tema que dejé pendiente hace unos dí­as, con referencia a la enseñanza y a los robots biológicos.

- Adelante.

- En ciertos momentos, los estudiantes mostraron muy poco interés por aprender y Ud. analizó los motivos de esa falta de interés. Es así­.

- Si Jim. Pronto me di cuenta que el problema estaba relacionado con los robots y la forma en que éstos infundí­an la enseñanza. Antes se habí­a probado con una enseñanza virtual en el domicilio de cada alumno utilizando el eslabón y el Home Theater de cada casa. Pero el resultado fue desastroso, los alumnos no asistí­an a las clases a pesar de que no debí­an trasladarse de su casa. Simplemente ignoraban los cursos y sus padres se quejaban continuamente. Concluimos que para aprender hacia falta que los humanos se agruparan formalmente, en un recinto comúnmente llamado aula. Adicionalmente, los profesores tení­an que involucrarse en el desarrollo de sus alumnos, además de su función básica de educadores, debí­an dedicarse ayudar a los padres y a analizar la integración al grupo de cada alumno.

El resultado fue mucho mejor, pero los robots cibernéticos no lograban mantener el interés de los humanos. Simplemente al observar que no eran mas que máquinas de enseñanza, se sentí­an menospreciados y perdí­an interés por la escuela.

Como ya se habí­an desarrollado los robots biológicos como sustitutos humanos (en los casos de pérdidas del compañero y como trabajadores sexuales, se me ocurrió utilizarlos también como profesores).

Hicimos un programa piloto y el resultado fue notable, sobre todo en las escuelas de un solo sexo, en donde los profesores tení­an sexo opuesto al de los alumnos. En las escuelas mixtas, el resultado fue similar al uso de robots cibernéticos.

- Y Ud. realizó una interpretación directa de los hechos: si, los alumnos se mantienen atentos a su profesor o profesora, el problema de la enseñanza está resuelto.

- Si, así­ es.

- Y su amo no le dijo nada al respecto.

- Nada Jim.

- Pero supongo que estarí­a enterado de todos sus actos.

- Si, por supuesto, yo no dejé jamás de informarle mis avances. Pero no tuve respuesta alguna. Pero ¿a que viene todo esto Jim?

- A que la suya fue la interpretación robótica de un problema humano. El chasis A1 fue creado con un fin determinado y hasta su nombre lo indica "Acompañante". Se trata de la versión robótica de la profesión más antigua del mundo. Son cortesanos predispuestos al sexo, independientemente de que sean capaces de brindar un sustituto instantáneo del amor. Si quiere lo puede considerar como "amor deshidratado" lo mezcla con un poco de agua revuelve con la cucharita y tiene "amor incondicional".

- No entiendo cuál es el problema Jim. Esos robots tienen un programa que se comporta como se comportarí­a un humano enamorado de otro.

- No pretendo que lo entienda Pascal. Es mas estoy seguro que ningún robot lo puede entender.

- Lo siento Jim. No está en mi animo discutir con un humano.

- No importa, dejémoslo así­. Pero comprenda que Ud. no arreglo el problema de la falta de atención. Solo cambió el problema. Los alumnos parecí­an prestar más atención pero solo por el atractivo sexual hacia el profesor.

- Muy bien, lo acepto

- Lo que más me interesa es encontrar una salida al problema de como iniciar una nueva raza humana.

- Si desea una raza totalmente humana, no veo la posibilidad Jim, salvo que encontremos alguna mujer viva. Pero aun así­, para comenzar una nueva humanidad hacen falta mas que una pareja. Por lo menos diez o veinte no consanguí­neas. En caso contrario, la descendencia podrí­a resultar afectada de todo de tipo de enfermedades hereditarias.

- ¿Que tan completa es Flora desde el punto de vista biológico? 

- Totalmente completa y funcional. Sus órganos internos no se diferencian de un órgano femenino normal. La única deferencia está en el cerebro. Flora tiene  cerebro robótico.

- Y que pasarí­a si llenamos ese cerebro con un cubo de memoria de una humana fallecida.

- Responderí­a según esa programación pero no dejarí­a de pensar como un robot. Por ejemplo no olvidarí­a nada aunque podrí­a simular un olvido.

- Acaba de mencionar una de las deferencias más notables entre el hombre y el robot. Pero me doy cuenta que ni aún una máquina tan especializado como Ud. comprende la verdadera diferencia entre un cerebro humano y uno robótico.

- El hombre no olvida nada de lo que le ocurrió en su vida y que sea trascendente. Sólo que guarda la información de un modo muy particular. Lo importante y de uso frecuente lo guarda en primer término con acceso muy directo. Lo menos importante lo guarda fragmentado en los lugares más recónditos de su memoria, de modo que para acceder a esos recuerdos debe hacer una búsqueda muchas veces compleja.

Además, no recuerda todos los detalles con exactitud. Muchas veces lo recordado difiere levemente del hecho real dependiendo de la cantidad de veces que se lo haya recordado. Es como si no pudiera leer un archivo sin corregirlo levemente cada vez que lo abre, o como la aplicación de un método informático de compresión que le hace perder detalles pero ahorra memoria.

- Muy interesante. Ahora me doy cuenta que tal vez se pueda hacer algo para que un robot piense de forma más parecida a un hombre, aunque deberí­amos buscar más información para determinar en que consisten esas modificaciones.

- De cualquier modo, un robot biológico no podrí­a pensar jamás como un humano simplemente por definición.

- Si lo entiendo, por las tres leyes de la robótica.

- En efecto, si el robot biológico no cumpliera esas tres reglas no serí­a un robot. Un humano puede mentir y hasta matar porque no respeta esas tres leyes de comportamiento.

- Volviendo al tema. ¿Flora está capacitada para hacer evolucionar un feto en su útero.

- Tiene un útero normal y perfectamente funcional ya que fue creada para ser utilizada como madre sustituta en caso del fallecimiento de una madre embarazada. Inclusive puede amamantar a un bebe, aunque sobre este tema serí­a mejor consultarlo a Galeno.

- Lo haré a su debido tiempo.

- Lo que no entiendo es de donde va a sacar un feto vivo.

- No lo sé muy bien, pero es una posibilidad que debemos considerar.

- Le prometo que lo voy a pensar y si me lo permite ya mismo voy a hablar del tema con Galeno.

- Permitido, reunión terminada.

A todo esto, hací­a largo rato que el piloto y el copiloto se encontraban en los controles del vector que ya seguí­a el rumbo prefijado.

La idea era clara, sobrevolarí­an las principales ciudades de América comenzando por Buenos Aires, Sao Paulo, Rí­o de Janeiro y otras hasta llegar a Cuba. Y por supuesto, verificarí­an las luces rojas de las casas, buscando alguna encendida que indicara la presencia de vida humana.

En la antigua Buenos Aires se realizó una inspección a ojo desnudo que fue totalmente infructuosa. Ni una sola luz roja titilante, todas estaban apagadas. Jim no conforme con el resultado, ordenó un aterrizaje en un aeropuerto de una terraza para realizar algunas verificaciones reales, pero todas las viviendas estaban vací­as y sus habitantes prolijamente sepultados en tierra, agua o aire (una de las ceremonias mortuorias consistí­a en una cremación y posteriormente arrojar las cenizas al viento).

En otras ciudades el control se realizó automáticamente con la utilización de sensores ópticos, pero el resultado fue el mismo. No habí­a sobrevivientes.

Hacia la noche del primer dí­a de viaje, se realizó un aterrizaje para recargar los tanques de hidrógeno de las celdas de combustible. Jim se dió cuenta de lo inteligente de la decisión de utilizar un vector con motor a hidrógeno; ya que el hidrógeno era el mas común de los combustibles y el más limpio. Tanto que en los lugares donde existí­an grandes concentraciones de viviendas, se generaba electricidad con máquinas térmicas que funcionaban con una célula de combustible, ya que sus contaminantes eran hidrógeno, oxigeno y, sobre todo agua de elevada pureza, que por supuesto se reutilizaban para el control ambiental de los hogares.

El hidrógeno tuvo mala fama por considéraselo un gas peligrosamente explosivo. Y su fama no es cuento, si se lo acumula en forma gaseosa. Pero, si se lo comprime y se lo guarda en estado liquido, no es mas peligroso que cualquier combustible fósil. 

En cuanto a la posibilidad de que se agote el hidrógeno de nuestro planeta, hay que reconocer que el hombre es capaz de consumir cualquier recurso natural si realmente se lo propone. Pero en este caso se produce un fenómeno de compensación muy interesante. Para obtener hidrógeno, se descompone agua  (principalmente de mar) con lo cual se reduce el nivel de los océanos. El efecto invernadero hace crecer el nivel del mar por licuación del hielo polar. Bien manejados, ambos fenómenos se balancean perfectamente.  

Aprovechando la escala técnica, Jim quiso comprobar por sí­ mismo el interior de algunas viviendas, acompañado sólo por Ares. Es decir, sin presencia robótica de ningún tipo. En realidad no sabí­a muy bien por que lo hací­a, probablemente sólo era por intuición, pero decidir el destino de la humanidad no le parecí­a poca cosa y consideró que no debí­a dejar nada librado al azar.

Por esa razón, solo aceptó la compañí­a robótica de Enter, para que le franqueara el ingreso al edifico donde habí­an aterrizado y a las casas que querí­a revisar. Jim eligió una casa al azar. Enter puso el portal de Geonet en el modo service y Jim y Ares ingresaron  a la casa sin problemas. Jim pensó en lo fácil que habí­a sido salir de la suya y así­ se lo expreso a Enter. Enter le aclaró que no hubiese sido tan fácil si la casa hubiera estado habitada, ya que en ese caso el "modo service" no se aplicaba automáticamente, sino luego de una verificación muy completa de todos los parámetros locales de la vivienda y de una aprobación de "Geonet Central" que confirmara la necesidad del servicio.

Jim y Ares ingresaron a la casa con una poderosa linterna y revisaron cada rincón de la misma.

Ojos, oí­dos y olfato pensó Jim, las tres "O" que garantizan que en esta casa no existe vida alguna. El pobre infeliz que la habitaba debe estar prolijamente enterrado, cremado, sumergido o volando por los aires y yo debo encontrar a la máquina culpable de esta atrocidad.

Ares no dejo rincón sin olfatear y Jim pensó que ese hocico poderoso no podí­a equivocarse. Las casas verificadas no estaban habitadas. Volvieron al vector y continuaron su viaje al Norte.

Dos dí­as después llegaron a Cuba y ubicaron la casa del amo de Robert. La luz del techo estaba apagada. Enter ingresó, se conectó al servidor y retransmitió la información requerida al vector donde Jim y el grupo de robots la analizaron en detalle.

Encontraron un primer aviso de una falla menor en "Tabladefun 5" que fue ignorada, luego dos dí­as después, una falla catastrófica en "Tabladefun 3" que también fue ignorada y posteriormente una seguidilla de fallas en todos y cada uno de los servidores, algunas catastróficas y otras leves, hasta que un cierto dí­a todos los servidores estaban fallando intermitentemente. Posteriormente nada. Silencio total. No existí­a ningún pedido de reparación por parte del amo a ninguno de sus robots. Toda la actividad del eslabón se interrumpí­a abruptamente cuando llegaban los avisos de falla uno después del otro.

En cuanto Jim se enteró de todo, esto le ordenó a Lázaro que averiguara todos los datos posibles sobre la defunción del amo de Robert. Habí­a sido sepultado dos dí­as después de la declaración de mal funcionamiento general. Dando prácticamente comienzo a la debacle mortal de toda la humanidad o un poco después, pero por razones muy diferentes al resto. El motivo de la muerte: suicidio por electrocución.

- Reunión de gabinete â€" dijo Jim.

¿Alguien quiere sugerir como se explican los hechos?

- Creo saber lo que pasó  - dijo Pascal. El amo de Robert ignoró el primer aviso, cuando llego el segundo pensó en mantenerse atento, pero no le dio mayor importancia al problema ya que habí­a ocho servidores funcionando correctamente y luego llegaron tantos avisos de fallas juntos que entró en pánico. Cuando comenzaron a producirse las primeras ví­ctimas mortales, evidentemente no  lo soportó y se suicidó.

- Estoy de acuerdo â€" dijo Jim â€" me parece que es muy posible que eso haya sucedido; pero ¿que ocurrió con los diez servidores "Tabladefun"? ¿Podrí­a ser una falla por envejecimiento de algún componente?

- Una falla por envejecimiento no puede ocurrir en diez servidores, con una diferencia tan pequeña en el tiempo. Además, deberí­a producirse la misma falla en todos los servidores y, por lo que sabemos, tienen deferentes fallas. Según Enter, algunos tienen un evidente problema de memoria, otros tienen fallas en la unidad aritmética y lógica, otros en los puertos de comunicaciones. Y además, empiezan con una falla y luego pueden tener otra e inclusive pueden dejar de funcionar por completo y volver a funcionar al dí­a siguiente para luego volver a fallar.

- ¿Un virus informático? â€" dijo Jim.

- Creo que es menos probable aun, porque un virus es un programa y, por lo tanto, está preparado para producir un daño preciso y bien determinado en el tiempo. Si todos los servidores hubieran fallado al mismo tiempo y con la misma falla sospecharí­a de un virus. Por otro lado, los virus informáticos desaparecieron de la faz de la tierra cuando Internet colapsó definitivamente en el 2015. Las redes que la sucedieron rotularon la información de tal modo que es muy fácil ubicar de donde sale. A eso le agregamos que, al no existir el dinero, no existe más posibilidad que utilizar los equipos entregados por el estado y, por supuesto emiten información que lleva el rotulo de la computadora entregada a cada habitante de la tierra. Además cada computadora funciona sólo con su propio dueño, porque lee su ADN al arrancar. Si alguien quiere fabricar un virus informático lo puede hacer pero no puede evitar que dicho virus tenga su firma.

- Aun así­, ¿como se puede evitar que algún loco pueda generar un virus sin importarles que lo descubran o más aun, porque quiere que lo descubran y así­ hacerse famoso?

- Podrí­a ocurrir, pero el virus sólo ingresarí­a en las máquinas predispuestas para recibir cualquier información. Los servidores "Tabladefun" por ejemplo, sólo pueden recibir datos  provenientes de robots autorizados y del amo de esos robots.

- Entonces sólo nos queda un sabotaje directo. Un grupo de fanáticos que fue al lugar donde están los servidores y los rompieron haciendo cortocircuitos con un destornillador.

- A la luz de los acontecimientos parece una causa probable, si no fuera porque se trata de un lugar inaccesible y porque existieron dos fallas previas imposibles de explicar. No obstante, debemos actuar con gran precaución porque no sabemos qué podemos encontrar allí­. Jim, creo que es mejor que Ud. se quede en el vector.

- Lo siento Pascal, esta investigación la debo hacer en forma personal, acepto la ayuda de Uds. y de Ares pero no quiero hacer los mismo que hizo el amo de Robert. Yo tengo una responsabilidad y voy a cumplir con mi deber personalmente.
























CAPÍTULO 7


EN DONDE MUERE JIM



En su camino hacia el Norte Jim ordenó pasar por una de las viejas Megaciudades  del viejo mundo con divisiones geopolí­ticas : México DF.

Viniendo desde el polo norte, América comenzaba con Canadá, EEUU y México, en ese orden de aparición. Como un obligado paso previo a una economí­a global, los paí­ses se uní­an por lo general de acuerdo a su cercaní­a geográfica. Ese intento parcial de economí­a unificada fue el prólogo de la posterior economí­a globalizada que finalmente desembocó en la desaparición del dinero de la faz de la tierra. 

Todo matemáticamente lógico; como las series matemáticas a veces aumentan, otras disminuyen, otras oscilan, pero la tendencia no puede ser ignorada. Cuando la cantidad de términos de la serie aumenta hasta aproximarse a infinito, la serie tiende a un valor del que se aparta cada ves menos, hasta que finalmente llega a ser asintótica con el eje que posee el valor de infinito. 

Así­ es también el destino de la humanidad; en determinadas épocas puede haber grandes polos de desarrollo, paí­ses o conjuntos de paí­ses que se convierten en netos dominadores; pero al fin se pudren, inmersos en sus propios excrementos y surgen otros y luego surge una alianza y luego otra mas grande y al final, se llega a la alianza mas grande posible, un planeta global o un sistema planetario global o un universo global. 

Las ideas de los hombres que dirigen las economí­as, no pueden modificar la tendencia de la serie. Solo afectan la intensidad de la tendencia (que tan rápido tiende a la así­ntota, cuantas oscilaciones se producen, etc.). La historia de la economí­a mundial parece una serie matemática.    

Así­ existí­a un Mercado Común Europeo; un MERCOSUR, un NAFTA y tantos otros. El NAFTA por ejemplo reuní­a a EE.UU, Canadá y México.

  Cuando las uniones de paí­ses estaban equilibradas (todos paí­ses con economí­as ricas o todos paí­ses con economí­as pobres) por lo general, esa unión de paí­ses resultaba un hecho positivo porque el progreso del nivel de vida, como mercado unificado, era superior al que cada paí­s obtendrí­a en forma individual en función del incremento del factor de escala.

  Las industrias más tecnificadas progresan siempre en el mismo sentido: tratan de utilizar insumos comunes, que por ese mismo hecho de ser comunes, son cada vez mas económicos. Y esto no es una cuestión puramente tecnológica; porque si fuera solo tecnológica se reducirí­an solo los costos de los materiales. En efecto es así­ con todos los items que forman un precio, incluyendo la ganancia del dueño de la industria. Ganar menos en cada unidad para obtener un beneficio mayor en la ganancia al cierre del ejercicio. Esa es la meta final, la así­ntota de la serie de las ganancias mensuales y no el valor puntual de la ganancia de cada mes. 

Algunas industrias se favorecen mas que otras con el factor de escala, aunque todas se favorecen en alguna medida.

Uno de los ejemplos más clásicos, se puede encontrar en la industria clave que termina englobando a todas las demás industrias: la industria electrónica, que debe terminar por absorber a todas las otras en forma natural; la mecánica, la quí­mica, la textil, alimenticia, etc. etc., todas terminan siendo una máquina automática controlada por una computadora, en donde dí­a a dí­a una engorda, la computadora, y la otra adelgaza, la máquina, (por supuesto con referencia a su valor y no a su masa fí­sica). La industria electrónica utiliza como materia prima a uno de los insumos más comunes de la naturaleza: el silicio. Un producto electrónico moderno, contiene cantidades pequeñas de cobre, plata, estaño, plomo y otros metales; una cantidad í­nfima de oro y mucho, mucho, mucho silicio. Y el silicio se obtiene de la arena, el mineral mas común de la tierra.

  Se puede asegurar, por lo tanto, que el valor final por el costo de los metales y los no-metales utilizados para fabricar un producto electrónico tiende a cero; es prácticamente nulo comparado con los otros costos del producto.

  ¿Quién determina entonces, el costo de un producto electrónico? ¿Tal ves la mano de obra?

En principio se puede decir que la mano de obra considerada de la manera clásica, tiende a desaparecer. Un ejemplo clásico se puede obtener de uno de los productos electrónicos más caracterí­sticos de finales del siglo XX: El teléfono celular.

¿Cuántas personas tocaban un celular durante su fabricación allá por el año 2005? Ninguna. En efecto, se puede asegurar que no habí­a ningún ser humano en una fabrica de teléfonos celulares dedicado a realizar una tarea de producción. Estas fabricas se llamaban "fabricas a oscuras" y la razón era muy simple. No tení­a sentido dejar la luz visible  encendida mientras los robots trabajaban, ya que los mismos posicionan los materiales según coordenadas fijas guardadas en sus memorias, o, si requieren algún ajuste, lo hacen con luz infrarroja (mas económica de detectar que la luz común porque el silicio responde a ella con una natural predisposición). 

Dentro de una fábrica de celulares solo habí­a robots primarios o fijos (los que producen) y secundarios o móviles (los que alimentan con componentes a los robots fijos) y terciarios o de control, dedicados precisamente a un control de calidad estadí­stico. En algunos casos el tercer nivel dejaba de existir una ves que la producción se establecí­a en un nivel de calidad suficientemente alto. La broma clásica de los responsables del control de calidad de esa época era decir que se realizaba una prueba UPB y cuando uno preguntaba que significaban esas letras decí­an Uno Por Barco. Y a pesar de ese mas que pobre control de calidad, los teléfonos celulares funcionaban siempre muy bien. Lo que ocurrí­a era que al quitar al hombre desaparece el error humano y la producción se torna maravillosamente homogénea.  

El ser humano solo participaba al principio en un cuarto nivel. El nivel que llevaba los componentes desde la fábrica de componentes hasta la fábrica de celulares. Pero aún este nivel desapareció con las fábricas integrales. En efecto, si en una misma fábrica se construí­a el celular y los componentes que lo formaban, el total de cuarto  nivel desaparece y aparecen mas robots móviles del segundo nivel que llevan componentes de unos robots fijos a otros robots fijos.

Por último está el nivel de supervisión y mantenimiento. El nivel de supervisión puede representarse como "aquel que opera la llave que enciende la fábrica y que la apaga cuando esta llega al valor adecuado de producción". El nivel de mantenimiento está formado con aquellos humanos capaces de reparar alguna sección de la fábrica que no funciona adecuadamente. Como los robots pueden repararse a si mismos o entre ellos, el nivel de mantenimiento finalmente puede desaparecer y solo queda el nivel de supervisión.

  El nivel de supervisión de una fabrica totalmente automatizada, es el que baja la llave que alimenta con energí­a a la planta de producción y se queda con la ganancia. Es el único que finalmente tiene un trabajo que hacer: bajar la llave y controlar que salga la producción calculada. Y si todo funciona bien organizar otra fábrica con el beneficio obtenido por la fábrica de celulares.

Volvamos al problema del costo del producto electrónico. Si el costo no es función del valor intrí­nseco de los materiales y no es función de la mano de obra ¿de quien depende?

El ultimo componente del precio es "el costo de la inversión económica". En efecto para desarrollar un producto electrónico se requieren ingenieros en electrónica, ingenieros quí­micos, ingenieros mecánicos, técnicos, etc. etc. y todos ellos apoyados por computadoras y otras infraestructuras. Todo esto es muy caro, pero se utiliza una sola ves, durante el diseño del producto, y luego se puede dedicar a otro diseño. Este costo también se diluye cuando consideramos un factor de escala muy grande. 

Definitivamente el costo de un producto electrónico está mayoritariamente determinado por la ganancia del dueño de la industria, lo demás se puede diluir, la ganancia por definición no es totalmente miscible.  

  ¿Entonces cuál es el problema de toda esta espiral tecnológica que se pone en marcha para fabricar un celular?

El problema no está en la fabricación en sí­, el problema está en la colocación del producto en plaza; en la posibilidad de venta. Si la fabrica de celulares y todas las demás fabricas no tienen empleados humanos. ¿quién compra los celulares? Y si la fabricación masiva reduce el precio a niveles cada vez mayores licuando el beneficio; no llegará el momento en que la ganancia sea tan baja que al señor de la llave no le queden deseos de bajarla.

La única solución posible es la que finalmente el mundo se vio forzado a tomar; olvidarse del dinero y crear un mundo distinto en donde el factor cantidad de producto mensual se dividiera entre todos los habitantes del mundo.

  Si hay que hacer un equipo electrónico cualquiera, como por ejemplo un centro de comunicaciones para el hogar, se construye una sola fábrica que fabrique 3.000.000.000 millones de unidades y el gasto fijo se diluye de tal modo que el producto llega a costar lo que vale un puñado de arena, unos microgramos de oro, y un poco más para financiar la siguiente fábrica de otro producto diferente.

Instituida la economí­a sin dinero, no se pagaba por ese puñado de arena o esos microgramos de oro que simplemente eran sacados de las reservas acumuladas de oro o de los desiertos terrestres primero y marcianos después. Los economistas se tiraban de los pelos cuando los polí­ticos proponí­an terminar con el dinero y decí­an que un mundo sin dinero no cerraba; si no habí­a dinero el mundo no podí­a progresar y le preguntaban a todos ¿qué pasará cuando se consuman las reservas de minerales y otros productos no renobables? La respuesta es simplemente que con dinero o sin él es lo mismo; cuando las reservas se terminan hay que buscar otras o cambiar de tecnologí­a. El hombre es un parásito de su planeta y lo chupa hasta que lo mata.  

Cuando el mundo entró en la economí­a sin dinero, solo trabajaban algunas personas encargadas de diseñar los productos y otras que supervisaban la fabricación; pero incluso estas personas realizaban su trabajo como una carga publica sin cobrar nada por él. Ni en dinero, que no existí­a, ni en especias que no tení­an valor alguno porque nadie necesitaba pagar nada por ningún motivo. Alimento, vivienda, diversión, salud, instrucción, etc. etc, todo era gratis a cargo del estado y de gran nivel de calidad. Y si alguien deseaba un nivel de calidad superior, se quedaba con el deseo, porque dicho nivel simplemente no existí­a.

Solo que ese enorme cambio no fue instantáneo; fue gradual y esa graduación generó enormes tensiones en aquellos mercados formados en regiones asimétricas.

El NAFTA fue un acuerdo entre dos grandes y un chico. Los grandes Canadá y EE.UU poní­an el capital y la tecnologí­a y México poní­a la mano de obra. 

¿Por qué a estos mercados se los llama asimétricos? Porque el que pone reparte y el que trabaja sobrevive. En otra época posterior a la segunda guerra mundial EE.UU ya habí­a hecho el peor de sus negocios fabricando sus productos electrónicos y sus automóviles en Japón, pagando un precio ruin por esa mano de obra cautiva que debí­a trabajar para pagar las indemnizaciones de guerra.

Los japoneses trabajaban y aprendí­an, de modo que cuando terminaron de pagar sus indemnizaciones se pusieron a fabricar por su cuenta y como no necesitaban financiar gastos de desarrollo, podí­an vender más barato y conquistar más mercados. Así­ bajaban aún mas sus costos y se quedaron prácticamente con el mercado electrónico y casi con el mercado automotriz; si no fuera porque en un automóvil tiene una gran incidencia en el costo del acero. Aún así­ las fabricas automotrices de EE.UU solo se mantuvieron activas por los elevados impuestos a la importación aplicados a los automóviles japoneses.

Cuando Japón ya no pudo fabricar todo lo que vendí­a, recurrió a la mano de obra barata del resto de Oriente y la hegemoní­a cambió nuevamente de dueño y se instaló en china y en Corea. Posteriormente el mundo se dio cuenta del problema del factor de escala y todo cambió nuevamente.

Porque "problema" y no "ventaja" del factor de escala. Nada mejor que un ejemplo para aclararlo. Una radio portátil y un radar militar usan prácticamente los mismos componentes, organizados en circuitos distintos. Por ejemplo un transistor se puede usar en ambos dispositivos. Los que se emplean en el radar se obtienen por selección de los utilizados en la radio portátil. Si un paí­s no fabrica radios portátiles deberá comprarle estos transistores a un paí­s que si las fabrique. Esto provoca un grave problema de seguridad militar porque sin radar seguro que se pierde la guerra.

Por todo esto EE.UU se cuidó muy bien de que México fuera un fabricante pasivo, que no podí­a aprender mientras fabricaba. En sí­ntesis que a México no le quedaba ni dinero ni conocimiento. Era el pato de la boda. 

Así­ fue como se generaron enormes tensiones sociales, que dieron lugar a la creación de células terroristas de un nuevo tipo: el terrorismo sin medios.

A fines del siglo XX EE.UU recibió el cachetazo terrorista mas grande que paí­s alguno recibió jamás. Un paí­s islámico tomó represalias por una guerra repudiada por casi todo el mundo, empleando para ello aviones de lí­nea desviados con el uso de cortaplumas y otras armas blancas.

EE.UU tení­a edificios considerados como iconos del poder económico y militar: las Torres Gemelas y el Pentágono. Las Torres gemelas desaparecieron y el Pentágono quedó muy dañado. Pero lo que quedó mas dañado aun fue el orgullo de EE.UU. Un paí­s que hací­a gala de ser el mas seguro dado el enorme gasto realizado en tecnologí­a, fue atacado por células terroristas muy organizadas pero casi sin poder económico y sin armas.

Simplemente subieron a un avión de lí­nea y con armas blancas tomaron el control y desviaron los aviones para que chocaran contra sus blancos.

Sencillo, efectivo, económico y ...... tétrico. EE.UU sufrió un impacto tremendo; a las terribles perdidas de vidas humanas se le sumó la desazón de un pueblo que se despertó un dí­a como el mas poderoso del mundo y se acostó pensando que le habí­an robado su seguridad, que cualquiera de sus múltiples enemigos podí­a entrar en su territorio y producir un atentado espantoso. Solo hací­a falta un fanático religioso, tal ves un Islámico, convencido de que la muerte es apenas una circunstancia intermedia entre dos vidas; la primera de sufrimiento en la tierra y la segunda el mas preciado y eterno cielo.

Muchos pensaron que habí­a llegado el fin de la hegemoní­a Norteamericana. Porque ante un terrorismo de este tipo solo le quedaba una posibilidad impracticable, vivir y dejar vivir; gastar solo lo que es de uno; si se acaba mi petróleo lo compro y si no hay en ninguna lugar del mundo, invento una tecnologí­a sin petróleo. La verdadera grandeza está en conformarse con lo que se tiene y comprar el resto. Sin inmiscuirse en los asuntos internos de otros pueblos.

Pero la soberbia de este pueblo no cedió y todo continuó del mismo modo, y el mundo se siguió tensionando aún más. El terrorismo internacional se alimenta técnicamente de los mismos paí­ses que se pretende aterrorizar, seleccionando las técnicas terroristas más económicas.

A principio del siglo XXI existí­a un verdadero arsenal de armas, de muy diferente tipo, posibles de usar en un ataque terrorista.

Generar el terror; ese es el único fin del terrorismo internacional. El método clásico que emplea un terrorista,  consiste en destruir la vida de las personas o los medios que esas personas utilizan para subsistir, es decir, sus fábricas o sus bienes.

¿El sabotaje y el terrorismo son la misma cosa? En realidad no, pero están tan unidos que es casi imposible separarlos. Podrí­amos decir sin equivocarnos que el terrorismo se nutre del sabotaje. Y cual es la historia del sabotaje en el mundo. Cual fue el primer sabotaje del que se tenga noticia en el mundo.

Justamente el primer sabotaje fue el que le dio nombre al acto. Ocurrió en un paí­s que históricamente fue considerado siempre como uno de los mas industrializados, cuna de la aviación y del automóvil: Francia.

Ocurrió en las fábricas más antiguas del mundo. Lo primero que hizo el hombre fue vestirse para paliar las inclemencias del tiempo. Primero mientras el hombre fue cazador, se vistió con las mismas pieles de los animales que cazaba, pero posteriormente cuando cultivó su alimento se quedó sin esas pieles e inventó los tejidos textiles que originalmente fueron tejidos normalmente punto a punto sin más ayuda que una o dos agujas de hueso.

Con el tiempo fue necesario industrializar el tejido y se inventaron las primeras máquinas que conoció la civilización. La "rueca" y el "telar". La rueca para fabricar el hilo y el telar para fabricar las prendas a partir del hilo.

¿Cómo hacer un hilo largo a partir de fibras cortas de pelo de animales primero, de fibras vegetales después y de fibras sintéticas por último? La respuesta es: enroscando las fibras cortas con los dedos, ya que esas fibras se traban unas a otras por sus irregularidades. La rueca de hilar mecanizó ese proceso para construir hilos del orden de los varios cientos de metros con un diámetro de uno o dos milí­metros primero y muchos menores después.

La "rueca" fue quizás la primer máquina humana y el "telar" la segunda. Y los telares de una fábrica Francesa en el año 1880 sufrieron el primer ataque terrorista del que se tenga noticias.

En efecto, en esa fábrica se inauguraban unos telares automáticos que permitirí­an reducir drásticamente la cantidad de personal de la misma. Los obreros temerosos de quedarse sin empleo se pusieron de acuerdo en tirar sus suecos de madera dura, dentro de las máquinas, a una hora determinada, con el fin de romper sus mecanismos automáticos. Como en Francia a esos suecos se los conocí­a como "sabots" la palabra derivó en "sabotag" en francés y en "sabotaje" en Español.

Ese fue el comienzo del terrorismo en el mundo, el final o casi el final ya lo conocemos. Suponiendo que la muerte de todos los habitantes del planeta menos uno, fue debida a un acto de sabotaje, el terrorismo terminó con la humanidad, o debiéramos decir casi toda la humanidad. Porque por una verdadera circunstancia del destino, un humano aun estaba vivo. 

La mayorí­a de los actos de los sabotaje, cometidos en toda la historia de la humanidad fue el producto de artefactos explosivos de diferente tipo. Muchos fueron armas, robadas de diferentes ejércitos del mundo o compradas cuando estos ejércitos se disolvieron.

La potencia destructiva de una bomba no tiene lí­mite. Desde unos pocos metros a la redonda hasta el mundo entero. Desde simples granadas de mano temporizadas con un reloj despertador, hasta la más sofisticada bomba de hidrógeno.

¿Se puede evitar el ataque terrorista con bombas? No, es absolutamente imposible, ya que no hay detector posible de ningún tipo, que pueda determinar con exactitud que artefacto es explosivo y que artefacto no.

Y si alguien piensa que es un problema de tamaño, se equivoca totalmente. No hay razón para pensar que una bomba de hidrógeno no se pueda armar en un departamento alquilado en el centro de Manhatan o de Londres. Quizás se demore uno o dos años en ingresar cada una de sus piezas y otro tanto en armarla, pero luego una simple llamada telefónica desde el paí­s más remoto del mundo la puede hacer detonar sin peligro para la vida de ningún terrorista, que puede ponerse a resguardo mucho tiempo antes.

Claro que no es fácil, porque esas bombas tienen elementos radioactivos que pueden ser fácilmente detectados con un contador Geiger desde tal vez cinco metros de distancia o más (si no están blindados con plomo). Ahora, rodear toda la frontera de EE.UU o la de Inglaterra con detectores Geiger ya es algo más difí­cil y ni que decir tiene que las piezas radioactivas o la bomba entera pueden ingresar por aire o por agua.

Sin embargo, no fue ese el ataque preferido por el terrorismo del siglo XXI. Ese tipo de ataque terrorista es demasiado complejo y caro.

Mucho más económico y probablemente más terrorí­fico puede ser un ataque biológico. Históricamente, la guerra biológica fue una de las más utilizadas por su valor estratégico y táctico. 

La historia comienza en la edad media, en la época en que las ciudades estaban amuralladas. El enemigo las cercaba y arrojaba restos humanos de gente muerta por alguna peste, común en aquellas épocas. 

Algo más sofisticado era utilizar animales hambrientos que operaban como vectores de enfermedades humanas, como por ejemplo, la peste bubónica transmitida por las ratas. 

Todo comenzaba con un claro sabotaje, de lo que podrí­amos llamar una bomba biológica primigenia con forma de canasto, que por arriba tení­a manzanas y por abajo ratas hambrientas amodorradas con alcohol. 

La receta podrí­a ser esta para una ciudad de diez mil habitantes. El saboteador iba a alguna ciudad infectada por una plaga de peste bubónica. Colocaba trampas y cazaba ratas vivas; Las privaba de alimento por una semana. Luego las alimentaba con pan mojado en alguna bebida alcohólica. Cuando las ratas se dormí­an, colocaba por ejemplo doscientas en una canasta y las cubrí­a con manzanas. Entraba en la ciudad a sitiar y dejaba la canasta en un lugar concurrido. Cuando este procedimiento se repetí­a introduciendo tal vez cien bombas biológicas en la ciudad a sitiar (lo que forman un total de veinte mil ratas) la rodeaban y se sentaban a esperar.

Todo depende del porcentaje de vectores infectados, pero una simple progresión matemática nos indica que si consideramos sólo un porcentaje de veinte por ciento de ratas infectadas (cuatro mil ratas en total) y que cada rata contagia a un hombre, en una semana muere el cuarenta por ciento de la población.

Un sabotaje biológico moderno no difiere mucho del histórico. En lugar de ratas se utilizan virus de enfermedades mortales elegidas por su facilidad de contagio y un periodo de incubación alto, que permita infectar a toda una población antes que esta se de cuenta. Es justo lo que busca un terrorista, atemorizar a una población difundiendo un agente invisible que mata lentamente, ya que seguramente está buscando venganza por alguna ofensa real o supuesta.

Este era el estado de las tecnologí­as terroristas a finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI pero el mundo tení­a mucho por ver todaví­a. Cualquiera de estos métodos enumerados tení­a un gran inconveniente: luego del exterminio las ciudades quedaban imposibles de habitar por un tiempo determinado o para siempre.

Si se trata de una bomba atómica de cualquier tipo, habí­a que esperar por lo menos diez veces la vida media del explosivo atómico utilizado. En cambio, si se utilizaba la guerra biológica todo dependí­a de la existencia de una vacuna efectiva en el 100% de los casos. De cualquier modo, nunca existí­a una seguridad absoluta a lo largo del tiempo, porque los virus tienen la mala costumbre de hacerse resistentes a las vacunas, en el término de varias generaciones. La vacuna que sirve hoy mañana no tiene efecto.

Es decir que el desarrollo de un vector virósico mortal siempre marcha parejo con la correspondiente vacuna que inmuniza al personal cientí­fico que lo crea. Pero esto no significa que la ciudad atacada pueda ser habitada posteriormente, porque los vectores de distribución del virus o los virus mismos siguen existiendo y reproduciéndose vertiginosamente a ritmos del orden de un par de dí­as o de una semana por cada generación. A ese ritmo, muy pronto el fenómeno de la selección natural crea virus resistentes que pueden atacar a la nueva población.

Todo eso si el virus mortal lo desarrolla un cientí­fico del llamado "primer mundo". Como sabemos, a finales del siglo XX los terroristas más peligrosos eran los llamados "fanáticos religiosos". Y si existí­an "fanáticos religiosos" que se inmolaban cargados de bombas ¿porque negar la existencia de cientí­ficos fanáticos capaces de desarrollar virus mortales sin desarrollar la correspondiente vacuna?

A principios del siglo XXI comenzaron a desarrollarse tecnologí­as que permitirí­an la fabricación de micromáquinas y nanomáquinas capaces de realizar los mayores milagros médicos y también las mayores iniquidades de la historia de la humanidad. Y a pesar de que dichas maquinas se desarrollaban en el mayor de los hermetismos nunca se puede evitar que un cientí­fico que trabajaba con ellas desertara y pasara a las filas de la clandestinidad. Justamente en la ciudad donde se encontraban nuestros amigos habí­a ocurrido algo así­. 

Jim y Ares habí­an descendido en la antigua México DF. Desde el vector se habí­an observado tres viviendas contiguas, cuya luz piloto de seguridad, indicaba que el sistema vital estaba activado.

Como siempre, los robots quisieron encargarse de la investigación, pero Jim no lo aceptó. En efecto, un robot poseí­a actividad electromagnética susceptible de ser captada y sus investigaciones estaban, por lo tanto, lejos de ser absolutamente secretas. No se podí­a hacer nada para evitarlo, no habí­a modo de inactivar el sistema de posicionamiento global automático que tení­an todos y cada uno de los robots existentes sobre el planeta. Los robots estaban construidos así­ por una razón de seguridad, de ese modo el sistema central podí­a ubicar geográficamente por triangulación con tres satélites geoestacionarios y por cincuenta satélites polares, la posición exacta que ocupaban en cada instante. Cada robot era un receptor y un transmisor de un sistema de posicionamiento global tan perfeccionado que no se podí­a equivocar por más de tres centimetros.

Cada robot podí­a ser ubicado en diez segundos y luego ser seguido prácticamente en tiempo real por intermedio de la constelación de satélites asincrónicos de baja altura. Este modo de funcionamiento les serví­a para las comunicaciones de larga distancia y para desactivar a las unidades defectuosas que pudieron accidentalmente incumplir con alguna de las tres leyes de la robótica.

Por esa razón, cuando Jim se enteró de la novedad de las luces piloto, ordenó seguir sin modificación de rumbo por cien kilmetro y luego descender para encarar una investigación absolutamente secreta, efectuado por las dos únicas unidades biológicas del grupo, el mismo y Ares; dos piernas y cuatro patas sin enlaces electromagnéticos ni  sistema de posicionamiento global alguno.

Inclusive Jim mismo, habiendo tenido dudas sobre la posibilidad de estar controlado por algún sistema, consultó al jefe de los robots cientí­ficos y éste le confirmó que la posición humana era controlada sólo por su eslabón y que, al salir de su casa por una pared, estaba considerado como ubicado en su propia casa muerto ya que su eslabón no lo reconocí­a como un ser viviente.

Así­ las cosas y dada la posibilidad de encontrar otros seres humanos, Jim no quiso arriesgarse a declarar su presencia haciéndose acompañar de uno o varios robots.

Por las mismas razones, no quiso emplear la cámara de TV desde el principio de la investigación. Sin embargo, decidió  enviar tres motoaves, una para él, operando como lí­der, otra para Ares operando como esclava y una tercera no tripulada, operando como cámara robot esclava de Jim, u operada a control remoto desde el vector. Sólo que esta cámara estarí­a apagada hasta que él decidiera encenderla en caso de requerir refuerzos.

La pequeña comitiva partió ante la zozobra mental de los robots cibernéticos y las lágrimas de la robot biológica que sorprendieron agradablemente a Jim, que aún no querí­a creer en el carácter robótico de Flora.

Realizaron una prueba de video y cortaron el enlace para evitar que fuera detectado. Jim controló que sus dos motoaves esclavas lo siguieran a corta distancia. Ares viajaba en una canastilla especialmente construida para el, gozando del aire que le acariciaba su hocico, tal como lo hicieran sus ancestros, cuando allá por el siglo XX acompañaban a sus amos en los automóviles, sacando la cabeza por la ventanilla.

Jim se dirigió a las viviendas con el sistema vital activo y las inspeccionó realizando giros cada vez más bajos. Eran tres viviendas contiguas que aparentemente no se diferenciaban en nada de las demás observadas desde el aire. Decidió tomar tierra para realizar una inspección in situ.

Colocó la motoave con equipo de video en modo local  para que realizara una toma general de la primer vivienda y la grabara. Le indicó a Ares que se dirigiera a la vivienda mientras el observaba y grababa con la lente tele de la cámara.

El valiente animal no dudó un instante, saliendo disparado para la vivienda. Cuando estaba a cincuenta metros se detuvo para ventear algún rastro humano, luego volvió a tomar carrera se acercó a la casa, la rodeo olfateando todas sus paredes y volvió disparado como una saeta. Jim observó su musculatura y supo que retornaba a máxima velocidad y eso solo podí­a significar algo. Habí­a encontrado lo que diferenciaba esa vivienda con respecto a tantas otras que ya habí­an inspeccionado.

Ares tocó a Jim con una pata y volvió a emprender una corta carrera hacia la casa. Tres veces repitió esta operación hasta que Jim le acarició el lomo indicando que entendí­a sus deseos.

Como no habí­a modo de cubrirse mientras se aproximaban a la casa, volvieron a subir a las motonaves para acercarse lo más rápidamente posible y dejarlas en automático esperando mientras Jim y Ares saltaban.

Así­ lo hicieron y Jim observó que la diferencia con otras viviendas era una puerta semicamuflada a la que Ares se dirigió de inmediato. El dogo olfateaba enloquecidamente por debajo de la puerta y los pelos de su lomo se paraban como para atacar a un enemigo.

Jim dudaba, pero comprendió que era momento de actuar abriendo la puerta. El silencio de radio ya no tení­a razón de ser. Jim enfocó la puerta y pensó "transmisión de TV con alta definición" para encender el transmisor.

Alargó la mano, abrió la puerta que no estaba cerrada y entró...

Los robots a sabiendas de los riesgos que corrí­a Jim habí­an ignorado sus ordenes. A ninguno de los robots cibernéticos se les ocurrió disentir, pero Flora tení­a capacidades distintas, habí­a sido creada para imitar a un humano y los humanos poseen dicha capacidad. Si el cerebro de Flora no fuera capaz de disentir, la simulación no serí­a perfecta; Flora serí­a un robot más, quizás mejor construido, más parecido a un humano, pero a la primer charla acusarí­a su procedencia robótica.

¿Cómo se puede programar el disenso? Programar el consenso es muy simple pero el disenso parece un antiprograma  y no un programa. En efecto, un programa bien construido debe responder siempre con la misma "salida" para la misma combinación de entradas. Cuando se trata de disentir hay que agregar aleatoriedad a las salidas de modo que un programa puede tener más de una "salida" para las mismas "entradas". En una palabra que el cerebro de Flora tení­a una unidad de funcionamiento azaroso que los otros robots no poseí­an. 

Apenas partió la comitiva de tres motonaves, Flora le ordenó a Lázaro, que montara en una cuarta motoave y siguiera de cerca a la comitiva. El resto de los robots estaba en la cabina de mando del vector observando los monitores de video y sonido que a la sazón estarí­an apagados, hasta que Jim comenzara a transmitir.

La primer imagen observada era Jim y Ares entrando a la casa activa. Luego se observó que Jim tomaba la cámara portátil y realizaba un paneo del interior de la vivienda. La casa era idéntica a la de Jim pero todo el mobiliario habí­a sido acomodado en un rincón y en su lugar se observaba una planta de producción de equipamiento electrónico.

Jim ordenó: - Hagan una investigación por la máquina de búsqueda de "geonet" según el criterio "México DF, electrónica, Nafta, sabotaje".

Un instante después se escuchó un grito de Galeno: - Jim, salga inmediatamente de allí­. En ese momento la imagen se puso de lado y quedó tomando la habitación en un plano muy bajo desde el piso. El sonido tampoco transmití­a nada. Ares se moví­a inquieto entrando y saliendo del plano de cámara, ladrando, gruñendo y llorando. 

- Lázaro, aterrice inmediatamente.

- Estoy en camino. Ya llegué; veo a Jim inmóvil sobre el piso, Ares está lamiendo su mano. No tiene pulso, no tiene pulso... lo cargo en su motoave, lo ato y me llevo la comitiva, pero no se si voy a llegar, mis potenciales cerebrales me superan. ¡Acerquen el vector por favor, acerquen el vector!

La consternación se apoderó del grupo de robots. Los robots cibernéticos cuchicheaban palabras ininteligibles y Flora, que era la única que podí­a llorar, lloraba desconsoladamente. ¿Potenciales cerebrales? Sí­, seguramente eran sus potenciales cerebrales que superaban el nivel máximo aceptable.

Galeno tení­a preparada su camilla y en cuanto entró Lázaro llevando a Jim, lo acostaron en la misma y le conectaron la sonda vital para determinar su estado: muerto hace tres minutos, fue la indicación de la sonda.

De inmediato fueron conectadas las máquinas de prolongación de la vida, el corazón pulmón artificial comenzó a bombear sangre para evitar la degradación de los órganos vitales de Jim.

Galeno comenzó a pensar. A pesar de los grandes progresos de la medicina, nadie sabí­a a ciencia cierta en donde estaba la frontera de la vida. Un humano estaba vivo y un instante después estaba muerto. La quí­mica de su cuerpo no habí­a cambiado, la fí­sica tampoco, todo estaba aparentemente igual........ pero el humano estaba muerto.

En la historia de la medicina no existí­a vací­o tan grande. En otros temas se podrí­an encontrar una cantidad casi infinita de información, muy clara y perfectamente lógica. Pero llevado al tema de la muerte, la medicina no habí­a llegado más allá del "hálito vital" de la edad media.

Para un medico de la edad media, los órganos del ser humano poseí­an algo que llamaban "hálito vital" que acompañaban a los procesos quí­micos y fí­sicos. Cuando ese "hálito vital", ese aliento divino abandonaba el cuerpo, el ser humano dejaba de respirar, de bombear sangre y supuestamente también dejaba de pensar. Las uñas y el pelo seguí­an creciendo pero a velocidad cada vez menor, hasta que finalmente dejaban de crecer y las células de cada órgano de su cuerpo comenzaban a degradarse de un modo u otro. El cuerpo no morí­a todo al mismo tiempo, cada órgano tení­a una velocidad de muerte diferente pero todos morí­an definitivamente en cuestión de horas.

Galeno habí­a sido un estudioso del tema y como un robot no tení­a concepto abstracto del "hálito vital" preferí­a utilizar un concepto más concreto, el de la "conciencia, no como lo entiende un humano que en definitiva serí­a el equivalente del "hálito vital" es decir, el espí­ritu o soplo de vida, sino como "conciencia" referido a un lugar geográfico del cerebro en donde se encuentra el alma, el espí­ritu o el "soplo de vida".

Ese punto serí­a el verdadero "yo" que no tiene nada que ver con la parte fí­sica, pero que la controla totalmente. El hombre, serí­a por lo tanto, una combinación de carne y circuitos nerviosos controlados por un punto del cerebro, al que se denomina el verdadero "yo" y que está asentado en algún lugar del mismo.

Si de algún modo se pudiera acceder a ese punto, se podí­a obtener una muerte instantánea sin necesidad de utilizar a la enfermedad como vehí­culo. Este punto del cerebro no puede ser manejado a voluntad. Nadie puede morir sólo con desearlo. Cuando la enfermedad hace imposible la vida, el cerebro, que recibe señales de cada órgano, afecta a este punto, lo hace vulnerable al deseo del humano, y si este se entrega, muere. 

El grito de Galeno obedeció a que la "máquina de búsqueda" habí­a dado un resultado al criterio "México DF, electrónica, Nafta, sabotaje" y ese resultado fue "nanosondas asesinas.................".

La gacetilla completa decí­a que en el 2014, a consecuencia de desinteligencias en el tratado Nafta el Ejercito de Liberación Mejicano habí­a realizado un sabotaje en EE.UU empleando nanosondas, fabricadas en una planta electrónica clandestina ubicada en México DF.

Habí­a un verdadero problema cronológico, porque los edificios con el control vital activados de México DF fueron muy posteriores, pero Galeno no pensó más que en la seguridad de Jim cuando pegó el grito. Ya tendrí­a tiempo después para analizar la cronologí­a de los hechos. Tal ves, esta célula terrorista estaba recreando el viejo proyecto pero no importaba como lo urgente era revivir a Jim.

Por el momento solo habí­a tiempo para estudiar el problema. Jim estaba en animación suspendida, su cuerpo no se degradarí­a mientras la máquina corazón pulmón artificial siguiera girando. El oxigeno vital llegándoles a sus órganos regularmente, los bañarí­a de vida. Sin embargo Jim estaba muerto cerebralmente, su cerebro no estaba consciente, su "centro de vida" estaba en OFF.

Galeno se conectó en conexión directa "micro a micro" por radio con la computadora medica central, cerró los ojos y enfocó las orejas. Solicitó "nanosondas asesinas, México DF" y comenzó a absorber información pasándola a su memoria volátil. La depuró, desechando lo que no le interesaba y autogeneró un informe con el que  se manejarí­a luego de consultar a Pascal.

- Pascal, tengo el informe.

- Bien, Galeno, por favor genere un link directo y transfiéralo a mi memoria a partir de 01HF23.

- Procesando.

Una larga serie de bits fue transmitida de un robot a otro, de modo que unos segundos después ambos sabí­an lo mismo sobre el tema y así­ averiguaron que las nanosondas fueron creadas con fines medicinales, a principios del siglo XXI, teniendo un enorme desarrollo en diferentes universidades de los EE.UU, sobre todo en el MIT.

El punto de partida fueron las microsondas creadas a finales del siglo XX y cuyo máximo exponente fueron los microtransmisores de TV que cabí­an en una cápsula y que el paciente ingerí­a con un vaso de agua. En ese momento una cámara de TV color, comenzaba a mostrar el interior del cuerpo humano siguiendo el tracto digestivo completo, hasta culminar su viaje saliendo por el ano 24 horas después. Este viaje por el interior del cuerpo humano habí­a sido anticipado por Isaac Asimov, un escritor de ciencia ficción de la segunda mitad del siglo XX. En esa novela de Asimov "Un Viaje Fantástico", la sonda diminuta, es en realidad una nave submarina de dimensiones normales (con tripulación incluida) que se reduce de tamaño antes de introducirse en el cuerpo humano. 

La reducción de tamaño de un objeto fí­sico nunca se pudo realizar; pero los microingenieros podí­an construir piezas mecánicas muy pequeñas, empleando técnicas utilizadas en electrónica. Como fuera que se construyeran,  las microsondas o micromáquinas, fueron un enorme avance de la medicina, que adoptó las técnicas de la electrónica para construir máquinas, en donde las dimensiones se miden en micrones. Motores electrónicos del orden de los cien micrones de diámetro (una décima de milí­metro) permití­an construir agujereadoras, sierras circulares, lijadoras, etc. de tamaño tan pequeño que la microcirugí­a de precisión se puso a la orden del dí­a a finales del siglo XX y principio del XXI.

Pero lo más increí­ble era que esas micromáquinas se construí­an con el mismo método con que se fabricaba un circuito integrado para electrónica y más aún se construí­an al mismo tiempo que su circuito de control y a veces sobre el mismo chip de cristal. Las técnicas empleadas eran del tipo fotográfico primero y quí­mico por ataque de ácidos después. Técnicas que si bien no estaban al alcance de todo el mundo, eran dominadas por una gran cantidad de empresas de todas las ciudades. Y eran técnicas económicas en el sentido del factor de mercado. Una ves que se generaban las matrices fotográficas para construir una se podí­an hacer muchas a un precio muy bajo. 

En cierto momento las micromáquina requirieron nanopiezas. Por ejemplo para construir un minimotor se requieren bobinas de un alambre conductor con una capa externa de aislante. En el mundo fí­sico de tamaño real, se utiliza cobre con aislación de esmalte. Con tecnologí­a clásica se puede llegar a diámetros de hasta tres centésimas de milimetro (es decir de treinta micrones) que evidentemente no son útiles para fabricar motores de cien micrones.

A principios del siglo XXI se comenzaron a utilizar nanotubos de carbono para fabricar estos alambres. Estos nanotubos con dimensiones de diez a cincuenta nanómetros tení­an el diámetro adecuado y eran mucho mejores conductores que el cobre (unas cien veces mejores). Como si eso fuera poco su resistencia mecánica era superior a la del acero y su peso mucho menor, de modo que se utilizaban para fabricar telas resistentes que aplicadas con resinas especiales formaban laminas más livianas que el aluminio y más fuerte que el acero (inclusive eran más fuertes y livianas que la fibra de carbono).

Una vez abierto el camino a los nanocomponentes, la ciencia de lo muy pequeño no se detuvo más y se construyeron nanomáquinas en lugar de micromáquinas. Una nanomáquina tiene dimensiones comparables a la de una célula humana. Esas nanomáquinas pueden incluir chips de computadoras, de modo que las transforman en verdaderos robots, de dimensiones tales que pueden viajar por venas, arterias, arteriolas, células cerebrales y el interior de las células inclusive.

Los medicamentos modernos eran prácticamente nanomáquinas quí­micas programadas para dejar el material quí­mico adecuado, en el preciso lugar del organismo donde se lo necesita. Esas nanomáquinas fluyen por el organismo orientándose con sensores quí­micos o fí­sicos y se movilizan utilizando nanomotores.

Pero así­ como curan, mal utilizadas pueden matar en forma casi instantánea. Una nanomáquina asesina puede penetrar por un lagrimal y llegar a un punto especifico del cerebro en diez a veinte segundos.

¿Cuántas nanosondas necesita un saboteador para matar un millón de personas? En principio parecí­a que como mí­nimo necesita un millón. Pero no es así­, porque la misma nanosonda puede programarse ser reutilizada. Una nanosonda podrí­a ingresar por un lagrimal dirigirse al cerebro, apagarlo por diez minutos (para que cesen las funciones cerebrales) y abandonar ese individuo muerto para dirigirse a otro y así­ sucesivamente. A seis individuos por hora podrí­a atender 144 por dí­a. Esto significa que con diez mil nanosondas un saboteador  puede exterminar una población de un millón de personas en 24 horas. Evidentemente, este tipo de ataque tendrí­a el problema de que debe ser masivo, para evitar la huida de la población atacada.

La enorme potencialidad de las nanomáquinas se encuentra en otra caracterí­stica de las mismas, que es su posibilidad de replicarse a si mismas en una primera etapa, para posteriormente realizar un ataque mucho más masivo.

Como la primer parte (la autorreplicación) es invisible al enemigo; la misma puede programarse para que ocurra por ejemplo en diez dí­as y recién después realizar un ataque.

Si una nanosonda puede replicarse una vez por hora, con una solo nanosonda, al fin del primer dí­a se obtienen veinticuatro; el segundo dí­a se obtienen quinientas setenta y seis, etc. de modo que en cinco dí­as se pueden obtener mucho más de un millón de nanosondas para realizar un ataque sorpresa, que termine con un millón de personas en diez o veinte segundos. En Detroit entre la primer muerte y la ultima pasaron 20 minutos, es decir que las nanosondas no se reutilizaron; esperaron a verificar la muerte de su victima antes de abandonar su cerebro. 

El primer y último ataque con nanosondas del que se tenga conocimientos ocurrió en Detroit, EE.UU en el 2020 y fue el detonante de la tercera guerra mundial que terminó con el viejo sistema económico del mundo. La ciudad de Detroit cuna de las empresas fabricantes de automóviles del siglo XX, quedó deshabitada en treinta segundos por el ataque de una Célula Terrorista Mexicana constituida por solo un cientí­fico, tres estudiantes de electrónica y cuatro de medicina.

Nunca se obtuvieron (por suerte para la humanidad) las coordenadas del interruptor cerebral que utilizaron en el ataque masivo. Cuando los cadáveres se sometí­an a un meticuloso examen forense, las nanosondas habí­an desaparecido hace horas y se habí­an inmolado en una nanoexplosión masiva llamada Big Bang (la gran explosión) para evitar que el enemigo estuviera en posesión del arma y respondiera con un ataque similar. Y la célula terrorista se inmoló por decisión propia porque no querí­an que su descubrimiento transcendiera. Simplemente fueron a Detroit el dí­a del ataque masivo.

- Cual es su opinión Pascal (dijo Galeno)

- Que no se como vamos a revivir a Jim.

- En principio la aclaro que tenemos tiempo. Por lo que sé, hasta ahora, nosotros interrumpimos la secuencia de ataque. La nanosonda no opera por tiempo luego del ataque. Ella espera un resultado por realimentación; es decir, controla que la respiración no se produzca analizando las células destinadas al control pulmonar y la circulación de información quí­mica por las dendritas de las células cerebrales. Recién cuando esta actividad cesa por más de 10 a 20 minutos considera que la muerte es definitiva y abandona el cadáver considerando que su función fue cumplida.

- Es decir, que podemos estar seguros que la nanosonda está en el cerebro de Jim. Pero no sabemos como ubicarla y si la pudiéramos ubicar no sabrí­amos como quitarla de allí­.

- Estoy de acuerdo dijo Galeno.

- Pensemos..... para atacar a una nanosonda asesina deberí­amos crear otra nanosonda antagónica.

- Crear otra nanosonda no involucra mayor problema. Seguramente, en las tres viviendas encontraremos información sobre su fabricación, ya que aparentemente se trataba de otra célula terrorista que estaba estudiando el ataque anterior con fines "non santos" cuando alguna filtración mató a sus integrantes en forma instantánea. Seguramente si volvemos allí­, con suficiente tiempo, podremos encontrar varios cadáveres de personas que murieron por este accidente técnico.

- ¿Y cuál es entonces el problema? Pregunto Pascal.

- Ubicar la nanosonda en el cerebro de Jim.

- Efectivamente. Debemos crear una o varias nanosondas que ingresen al cerebro de Jim y lo exploren. Pero estoy seguro que ubicar la nanosonda asesina no va a ser fácil, dada la gran cantidad de circunvalaciones cerebrales que tiene un ser humano.

- Debemos encontrar un sensor adecuado y generar un criterio de búsqueda. Debemos seguir el rastro de la nanosonda asesina.

- Bien Galeno, muy bien, si no fuera por esa palabra "rastro" tan bien empleada, no hubiera encontrado la solución de nuestro problema.

- Seguiremos el rastro de la nanosonda asesina con otra nanosonda pasiva que huela y transmita. Solo debemos procesar la información exteriormente y ordenar el movimiento de nuestra nanosonda hasta que llegue al interruptor cerebral de Jim.    

- Perfecto, y cuando llegue al lugar correcto y encuentre a la nanosonda asesina, que la ataque o mejor aún, que la traiga al lagrimal para que podamos observarla y estudiarla.

- Creo que lo más complejo va a ser crear el programa con el criterio de búsqueda. Pero tengo una idea que nos va a ahorrar mucho tiempo. Para que crear un programa si ya tenemos uno perfeccionado durante muchos siglos.

- Donde está ese programa.

- Está lamiendo la mano de Jim.

- ¿Ares?

- Si, donde podemos encontrar algo más perfecto que el criterio de búsqueda de un perro de rastro. Propongo que nuestra nanosonda le transmita el rastro quí­mico directamente al cerebro de Ares y que el la dirija, tome a la nanosonda asesina con las mandí­bulas de nuestra nanosonda y la saque por el lagrimal.

- Entiendo. La idea es crear un nanocan, una replica miniaturizada de Ares que salve a su amo. 

- Si y pongamos manos a la obra.

- Los robots cibernéticos volvieron a conectarse reiteradas veces con el fin de analizar diseños de nanosondas que pudieran adaptarse a su función de nanocanes y encontraron una nanomáquina que prácticamente cumplí­a con todos los requisitos. Solo requerí­a algunos mí­nimos cambios que Galeno, el más experto en electromedicina de todo el gabinete, resolvió con gran solvencia.

- Pascal analizó inclusive la posibilidad de traer otro robot especializado, pero Galeno lo convenció de que él podí­a desarrollar y construir al nanocan mejor que cualquier especialista en electrónica. Hací­a mucho tiempo ya que los médicos habí­an adoptado la ciencia electrónica como propia y un médico era entonces una conjugación de otros cientí­ficos, médico, micromecánico, quí­mico y electrónico.

- Como fuera, en 48 horas el nanocan estaba terminado y listo para conectarlo al cerebro de Ares que a la razón se encontrarla inmovilizarlo en una camilla con un casquete cerebral humano adaptado a su cráneo. Este casquete se conectaba a una computadora por medio de cables y al nanocan por un transmisor de nanoondas. El nanocan se encontraba es ese momento en una jeringa hipodérmica con una solución salina de agua o suero fisiológico.

La computadora contaba con una salida para el monitor de alta definición del puente de mando y un equipo de audio para que los robots pudieran monitorear las acciones, e interactuar si fuera necesario. Suponí­an que las acciones se desarrollarí­an sin interrupción robótica pero llegado el caso podrí­an intervenir.

Galeno tomó la jeringa y depositó el suero sobre el lagrimal izquierdo de Jim. Observaron al monitor y a Ares. El monitor presentaba una imagen confusa y desenfocada y Ares moví­a sus patas como tratando de caminar por el aire. Un instante después el monitor mostró una imagen clara de lo que parecí­a un tubo cuyo diámetro se reducí­a constantemente. El nanocan llevaba su propia iluminación consistente en un láser de luz blanca.

Ingresó a gran velocidad en el lagrimal y lo recorrió completo en pocos segundos. Se detuvo y entonces se observó que la cámara giraba en un paneo lento de 360º. La visión directa de Ares indicaba que estaba olfateando o más precisamente venteando un rastro. Pero sus sensores reales estaban desactivados y lo que estaba haciendo en realidad era girar al nanocan que buscaba un rastro quí­mico producido por el generador de energí­a de la nanosonda asesina.

Un instante después se observó un movimiento de la cabeza de Ares que correspondí­a con el cambio de modo de búsqueda; de "venteo" pasó a "rastreo" y comenzó a avanzar siguiendo el rastro. Las imágenes de la pantalla se sucedí­an a un ritmo vertiginoso imposible de descifrar para un observador humano.

Un instante después las imágenes se sucedí­an más lentamente hasta que prácticamente se produjo una imagen congelada. Ares habí­a perdido el rastro.

Nuevo venteo y un segundo rastreo fueron suficientes para que la sucesión de imágenes indicará que ares estaba nuevamente en el buen camino. Galeno observaba de tanto en tanto el display de cuarzo lí­quido que indicaba la posición del nanocan dentro del cerebro, en coordenadas polares. Un segundo monitor de alta definición generaba una simulación del viaje por el cerebro. En este momento el nanocan se encontraba en la columna vertebral muy cerca de su unión con el cerebro. Directamente hacia el cerebro primitivo del ser humano al que los médicos llaman "cerebro reptil" por su similitud con el cerebro de los dinosaurios.

Un instante después las imágenes se volví­an suceder más lentamente, pero ahora se comprendí­a que Ares regulaba la velocidad del nanocan porque se estaba acercando a la nanosonda asesina. Se cumplí­a el ciclo de caza, venteo, rastreo y sigilo, quedando solo pendiente el reflejo de captura.

El monitor principal mostraba una toma distante de la base del cerebro reptil de Jim y en ella un diminuto punto plateado que se agrandaba paulatinamente, mostrando detalles de su construcción mecánica, dos orugas y una hélice para desplazarse y un brazo articulado con electrodos que se encontraban conectados al cerebro reptil de Jim. Una horrible máquina de destrucción mas sencilla de construir que una bicicleta.

El nanocan tení­a su cámara precisamente enfocada sobre este dispositivo cuyas dimensiones se incrementaban primero lentamente y luego con mayor velocidad. Se observó que las mandí­bulas de Ares se habrí­an lentamente para posteriormente cerrarse con estrépito en el aire. En el monitor una imagen confusa y desenfocada indicaba que el nanocan habí­a atrapado con sus mandí­bulas simuladas a la nanosonda asesina. La tení­a tomada por su brazo articulado y habí­a desconectado sus electrodos.

El monitor secundario mostraba la base del cerebro reptil y el display indicaba las coordenadas polares del interruptor cerebral de Jim; la localización cerebral del "principio de vida" el "halo vital", "el alma" el "soplo vital" se encontraba muy lejos de las zonas del cerebro destinadas a las funciones más precisas y preciosas del cerebro humano. Por eso, tal ves, ese punto fue tan difí­cil de hallar. Era como buscar belleza en un basural. Todos buscaban en las áreas del pensamiento abstracto y se olvidaron que el lugar mas adecuado para el "interruptor de vida" era el lugar encargado de controlar las funciones vitales del organismo. Respiración y circulación; pulmones y corazón, eran la clave. Y esa era tarea destinada al cerebro primitivo. 

Cuando Galeno supuso que el nanocan habí­a regresado al lagrimal izquierdo, tomó una jeringa y extrajo liquido del ojo. Acercó la jeringa al tranceptor para comprobar que aumentaba la señal recibida, transmitida por el nanocan y entonces vertió el liquido con la nanosonda asesina en una probeta de nanotubos de carbono, mil veces más resistentes que el acero. La rotuló: nanosonda asesina capturada por un nanocan y la guardó en su botiquí­n con ingreso restringido.

Mientras realizaba esta operación observaba que Jim realizaba un movimiento involuntario de sus ojos primero y de sus brazos y piernas después.

Flora se habí­a abalanzado sobre la camilla y su rostro era una mezcla indescifrable de llanto y risa. Si una mujer real es hermosamente indescifrable, compréndase cuanto mas indescifrable era "esa mujer/robot" tan particular entre sus congéneres. 

Galeno desconectó la máquina corazón pulmonar artificial, el corazón de Jim se detuvo.... los potenciales cerebrales de los robot cibernéticos aumentaron a extremos insoportables, los biotransistores del cerebro de Flora casi explotaban y Ares que se habí­a arrancado su casco gemí­a y se arrastraba por el piso..... unos segundos después se pudo observar en el monitor cardiaco que el corazón volví­a a latir, primero irregularmente, luego rí­tmicamente y seguí­a latiendo por si solo. Un instante después se normalizó la respiración, luego de un prolongado suspiro, Jim abrió los ojos. Flora lo besó en los labios con toda su fuerza, Ares daba saltos de dos metros y los robots se balanceaban como borrachos. Jim miró la escena y preguntó. 

- Y que hice yo para merecer esto.

En ese momento una masa de músculos blanca se abalanzó caracoleando sobre la camilla y le lamió la cara como solo un perro sabe hacerlo, para reactivar a su amo. Y todos hablaban y gritaban y aplaudí­an como si desearan tomar venganza de muchos dí­as de potenciales cerebrales elevados, casi en el limite de lo tolerable.

Cuando todos se tranquilizaron Galeno sometió a Jim a una baterí­a de preguntas para determinar si el cerebro habí­a sufrido daños. Jim no recordaba nada desde el momento en que se cayó dentro de la vivienda activa. Su siguiente recuerdo eras el rostro de Flora llorando y riendo al mismo tiempo y la enorme lengua de Ares que friccionaba su cara con una superficie tibia, húmeda y áspera capaz de resucitar a una momia.

El interrogatorio de galeno terminó con la clásica pregunta.

- ¿Cómo se siente Jim?

- Mal

- ¿Qué problema tiene?

- Tengo hambre.

- Lo declaro totalmente normal.

Cinco minutos después, Jim caminaba por el vector como si nada hubiera pasado. Se realizó una urgente reunión de gabinete a sus espaldas en donde se decidió llevar la nanosonda asesina capturada a su domicilio original y fundir las tres viviendas con una bomba de hidrógeno de baja potencia y corto alcance. Luego Galeno se autosometió a una depuración de su micro que borró las coordenadas del interruptor cerebral del ser humano. 

Jim dejó a Lázaro a cargo del trabajo, tomó a Flora de la mano y se encerró en su dormitorio hasta el dí­a siguiente.

Todos los robots incluyendo a Flora se comunicaron en su modo cibernético de transmisión silenciosa de datos. Unieron las capacidades de sus microprocesadores en paralelo como si fueran una sola máquina y "discutieron" (de algún modo hay que llamarlo) la gran pregunta: ¿Le contaremos a Jim que estuvo muerto por una semana?

Cualquier otra mentira hubiera generado potenciales cerebrales insoportables para cualquier robot, pero todo la relacionado con la muerte estaba considerado fuera de las tres leyes de la robótica. Era un "caso especial". Sobre la muerte se podí­a mentir, siempre que el robot considerara que era conveniente para la salud de su amo.

Y entonces la humanidad entera, es decir Jim, siguió su curso sin saber que en cierto momento, no existí­a ningún ser humano vivo sobre la faz de la tierra.

    





















        CAPITULO 8 


EN DONDE OCURRE UNA  ACCIDENTADA REUNIÓN DE GABINETE


El vector habí­a llegado sin novedades al Gran Cañón del Colorado, precisamente en la zona en donde se encontraban los servidores defectuosos. Era un lugar árido y totalmente desértico con un enorme cañón cortado a pico sobre la montaña sólida sin que nadie pudiera sospechar la existencia de equipos informáticos. No habí­a vestigios de puertas ni obra alguna del hombre que delatara la existencia de un equipo electrónico.

Si no fuera por el sistema de posicionamiento global de Geonet, al que solo se podí­a predisponer a través de un código (en poder de Robert) y que permití­a ubicar el sitio, su ubicación a ojo desnudo era absolutamente imposible. En realidad ni siquiera Robert podí­a acceder al código; simplemente lo tení­a incluido en su mecanismo al que Geonet, seguramente ubicaba en forma electromagnética.

Como sea, el vector se encontraba flotando en el aire frente a un acantilado de piedra maciza. El otro borde del acantilado se encontraba separado unos 50 metros formando un tajo con una profundidad de unos 300 metros. Las paredes eran mas que verticales tení­an un pequeño ángulo negativo y en el fondo del cañón discurrí­a un caudaloso y joven riacho afluente del rí­o Colorado. No habí­a animales voladores o caminadores, no habí­a vegetación alguna. Un páramo desierto de piedra maciza, inaccesible, invisible, intangible. Cuando Robert dijo que allí­ estaban los 10 servidores de "Tabladefun" todos lo miraron incrédulos. 

Allí­ no habí­a mas que roca; puro granito.

 - Robert entiendo que la puerta de una cueva pueda esconderse de algún modo, pero no veo obra de telecomunicaciones de ningún tipo y "Tabladefun" requiere una comunicación permanente con "Geonet" para poder funcionar. El intercambio permanente de información requiere cables, antenas, emisores infrarrojos, fibra óptica y nada de eso se ve aquí­. Solo se ve roca sólida.

- No lo crea así­. Dijo Robert: Si mira en el borde superior del acantilado observará unas piedras casi esféricas.

- Sí­, en efecto

- Si las cuenta verá que casualmente hay diez piedras

- Ya entiendo, vamos entremos

- No es tan fácil Jim. El sistema tiene una ventana temporal para cada robot de servicio. Yo puedo ingresar solo a las 22 horas del dí­a y son las 8:31. Debemos esperar. Me gustarí­a explicarles algo sobre las antenas.

- Adelante soy todo oí­dos.

- Se trata de 10 antenas parabólicas encerradas cada una de ellas en un domo de plástico idéntico al granito. Son enlaces de 200 GHz. Las antenas requieren dimensiones proporcionales a su frecuencia de emisión. Las primeras emisiones de radio que generaron los seres humanos estaban en la gama de los 100 KHz y requerí­an antenas de unos 3000 metros de longitud. Se trataba de transmisiones de largas longitudes de onda, codificadas por código Morse y generadas con transmisores de chispas eléctricas. Como era imposible construir antenas verticales de esa longitud se utilizaron torres metálicas de unas decenas de metros de altura y separadas unos 200 metros, entre las cuales se tendí­an las antenas dipolo alimentadas en su centro por el transmisor de chispa. Una separación corta entre chispas era un punto y una larga una raya.

A pesar de que la antena no tení­a el largo óptimo, se lograron realizar transmisiones que atravesaron el océano Atlántico comunicando Inglaterra con EE.UU allá por los comienzos del siglo 20.

A mediados del siglo 20, las señales de radio ya se usaban para la transmisión de música y palabra en la gama del MHz, que requerí­a antenas del orden de los 300 metros. En realidad se utilizaban antenas verticales de media longitud de onda (150 metros) con forma de torres autosustentadas (formas similares a la famosa torre Eifel) con sus patas montadas sobre enormes aisladores cerámicos.

Los transmisores estaban construidos con válvulas térmoionicas de transmisión y los receptores comenzaban a utilizar los transistores bipolares de Germanio.

También se comenzaba a intentar la transmisión de imágenes de blanco y negro utilizando frecuencias del orden de los 100 MHz que requerí­an antenas de tan solo 1,5 metros de largo. En el comienzo del último cuarto de siglo la humanidad ya transmití­a imágenes en colores acompañadas de sonido monofónico primero y estereofónico algo después y lo hacia en frecuencias del orden de los 500 MHz con antenas de medio metro. 

Para fin del siglo 20 comenzaron las emisiones de TV digital de alta definición con sonido de alta fidelidad, utilizando frecuencias del orden de varios GHz (1GHZ es igual a 1000 MHz) en comunicaciones satelitales cuyas antenas receptoras eran parábolas de unos 50 cm de diámetro.

Posteriormente se hicieron comunes las transmisiones de luz infrarroja, la antena fue reemplazada por un diodo emisor de luz infrarroja. Si consideramos a estos componentes como equivalentes a una antena parabólica su diámetro llega a valores de 2,5 mm (prácticamente inexistentes).

Nuestros servidores se comunican por antenas parabólicas de 200 GHz porque esa ví­a de comunicación es la que brinda una mayor seguridad en las comunicaciones. La luz infrarroja tiene una mayor efectividad en dí­as claros, pero si al fino haz infrarrojo le pega a una gota de agua se refracta y no llega a destino. Piensen en lo que puede ocurrir en caso de lluvia con millones de gotas en rápido movimiento. El haz sufre atenuaciones que varí­an constantemente y la comunicación es poco confiable. Con una señal electromagnética suficientemente potente las gotas de lluvia pueden ser atravesadas sin mayores inconvenientes.

- No se pueden interferir las comunicaciones. 

- Si por supuesto, pero Geonet no realizará ninguna operación que no tenga su código de autenticación correcto y pasará a otro servidor. Y si ninguno de los servidores funciona, no realizará operaciones pero jamás realizará operaciones equivocadas.

- Entonces como se pudieron ejecutar millones y millones de ordenes de defunción equivocadas.

- Esas ordenes solo pueden producirse por errores en las transmisiones verdaderas de uno o más de los servidores. El sistema puede desconectar un servidor que no funcione o que no cumple con las pruebas de transmisiones que se realizan en los segundos posteriores al comienzo del control por parte de un servidor, pero si esa prueba funciona y la falla se produce posteriormente no hay modo de determinarlo en el momento de la transmisión.

- Solo nos queda el tema de la redundancia. Para dar por muerto a un humano se requieren 10 confirmaciones en secuencia por una hora y luego otro test de confirmaciones idénticas al día siguiente (obvio que con otro servidor porque cada uno funcionaba solo por 24 horas).

- Si, pero el sistema falló a pesar de todo. 

- O alguien cambió la programación.

- Todo parece indicarlo así­.

- Deberí­amos realizar un plan de acción para no arriesgarnos a encontrarnos cara a cara con el supuesto enemigo.

- En principio propongo que aterricemos en el fondo del acantilado porque no es seguro sobrevolar tan cerca de una o de otra pared de granito.

- Correcto, Lázaro aterrice al lado del rí­o. 

Sumisamente el vector descendió en la orilla correspondiente a los servidores. Jim, Ares y Enter salieron y realizaron una completa inspección de la zona. Cualquier invasor que quisiera entrar al recinto de los servidores deberí­a haber dejado algún rastro sobre la orilla del rí­o, y si existiera alguno seguramente no escaparí­a al control de dos hocicos increí­blemente sensibles uno canino y el otro cibernético. En efecto Ares habí­a demostrado en múltiples aciones de caza su maravilloso sentido del olfato, de modo tal que el frigorí­fico del vector estaba repleto de animales salvajes debidamente estibados y adobados. El viaje desde el Sur al Norte del continente americano, habí­a  tenido múltiples escalas técnicas para recargar las células de energí­a del vector. En las primeras excursiones detení­an el vector y armaban un selecto grupo de cazadores con Flora como comandante, Lázaro como cazador y Ares y Enter como animales de caza.

Tan maravillosa imagen de video generaba este grupo, que Jim preferí­a seguir los acontecimientos por alta definición estereoscopia con 7+1 canales de audio que era el sistema incluido en Enter. El vector contaba con una sala de comunicaciones excepcional y Jim daba buena cuenta de ella siguiendo las acciones e interactuando con ellos. Mas de una ves interactuó utilizando un fusil láser de ultima generación montado sobre Enter. 

Seguramente le tembló la mano al saber que estaba matando a un ser viviente, pero el grupo habí­a discutido adecuadamente el tema de la muerte de un animal "inferior" para alimentar a un animal "superior" y la conclusión habí­a sido clara, aunque Jim habí­a discutido agriamente esa clasificación. Los robots concluyeron en que la diferencia entre unos y otros estaba en la capacidad de construir y programar robots y por esa razón clasificaban a los seres humanos en la categorí­a de: "animales superiores capaces de construir excelentes robots".

Matar por deporte o innecesariamente, era algo que debí­a ser desterrado definitivamente de la faz de la tierra. Pero matar para procurarse alimento era algo imprescindible porque no existí­a ningún método de alimentación permanente que podí­a suplir la compleja proteí­na animal. Aun así­, Jim no quiso tomar la responsabilidad de la muerte de un animal "inferior" y nombro un consejo de notables para que votara la suerte de cada posible presa. Es así­ que cada excursión de caza requerí­a la decisión unánime de Flora como comandante de caza y a cargo de juzgar el sabor de la pieza y su valor genético. Galeno como medico a cargo de juzgar la calidad proteica y a Pascal para analizar la oportunidad y conveniencia de interactuar modificando el medio ambiente.

Aun así­, mas de una presa fue herida en la cola cuando Jim juzgó que no podí­a terminar con lo que él llamaba "sinfoní­a muscular" en el desplazamiento de un venado o un alce.

Se tomó la obligación de "matar" para hacerse duro, porque sabí­a que no le esperaban tiempos fáciles y que dentro de sus obligaciones como presidente de la humanidad, deberí­a tomar decisiones que implicaban con toda seguridad el derecho a la vida o a la muerte. Pero a decir del propio Jim: el papel de Dios no le gustaba, a pesar de estar cada ves mas seguro de ser el último humano de la tierra. 

Por eso su placer durante las excursiones de caza era distinto. La cámara de Enter se posaba en la belleza del medio ambiente animal o vegetal, pájaros, peces, plantas, animales y sobre todo en lo que Jim juzgaba como un prodigio de belleza sin par, el esbelto cuerpo de  su compañera Flora y de toda su interfaz visual (ropa, maquillaje, movimiento y habla).

Jim seguí­a sin poder creer que Flora no fuera humana y su piropo mayor era decirle que si no lo era merecí­a serlo. Y no solo era bella por su cuerpo biológico, sino por la manera de cubrirlo o de revelarlo. Jim pensaba que era imposible haber creado un programa que permitiera que Flora eligiera su ropa o su peinado tal como ella lo hací­a.

El pensaba que si una decisión estaba programada serí­a algo así­ como "excursión de caza implica botas de cuero de media caña" , pantalones y camisa caqui de explorador y casco haciendo juego. Y que ese uniforme solo podí­a tener algunas variantes como del tipo "uniforme con manchas verdes y marrones para confundirse con el bosque", etc.

Pero Flora era capaz de combinar un pantalón de gimnasia con una blusa de colores llenos y hasta un par de suecos de tacos altos y medias transparentes o hasta inclusive un traje de noche que resaltara sus curvas sin desentonar con la acción de caza. Esta robot maneja una magia muy especial al tomar sus decisiones mas venales, pensaba Jim, y no puedo dejar de reconocer que esa magia me agrada y mucho.

Imposible decí­a Jim, esas decisiones involucran algo que esta mas allá de la lógica y eso no se puede volcar en un  circuito a transistores. Pascal lo volví­a a la realidad y trataba de convencerlo de que la complejidad en las decisiones era solo una cuestión de capacidad de memoria y el agregado de módulos de decisión aleatoria en diferentes lugares de un programa lógico.

No decí­a Jim. Esas decisiones tienen contradicciones humanas. Hay un genio humano atrás de ellas. Yo se que el cerebro de Flora no es biológico para poder cumplir con las tres leyes de la robótica; pero tal ves al estar rodeado de tejidos biológicos ese cerebro se modificó y humanizó de tal modo que ni el propio creador de los robots biológicos lo puede comprender. No Pascal, tanta belleza solo puede ser humana. Un robot puede detectar y organizar aromas más rápido y mejor que un humano. Pero seleccionar una combinación de aromas que me genere una, una ..... sigámosla llamando "turbación", como la que me genera Flora eso no lo puedo creer. En eso hay mas que una combinación de bits.

Dejando de lado estas divagaciones, Jim observó que ya estaba terminando la búsqueda de rastros sin ningún resultado positivo.

El suelo analizado no habí­a sido pisado por pie humano o robótico desde por lo menos algunos meses si es que alguna ves fue pisado. En lo que respecta al venteo  de olores humanos o animales, nadie dudaba del olfato de Ares. En lo que respecta al rastro robótico las apuestas estaban 6 a 1 en contra de Ares hasta que Jim propuso sabiamente hacer una importante prueba: Enter y Lázaro se esconderí­an en un bosque a un kilometro uno del otro, el vector  levantarí­a vuelo y luego de dar varias vueltas en el aire por una hora aterrizarí­a y dejarí­a salir a Ares a no más de 1Km de ambos robots.

Ares bajó del vector, olfateó el suelo y al no captar olor alguno después de varios intentos, levantó su cabeza y venteó en el aire en todas direcciones. Cuando estuvo seguro de haber olfateado "olor robótico" en dos direcciones eligió una y salió disparado hacia Enter que era el robot más cercano y estaba a 800 metros posteriormente volvió a ventear y salió disparado en dirección a Lázaro.

A pesar de esa prueba todos los robots humanoides siguieron insistiendo en que sus mecanismos no tení­an olor y mucho menos su piel sintética. El robot animaloide dijo que seguramente el agregado de su cola de limpiaparabrisas le habí­a hecho perder su estanqueidad. Jim  no quiso insistir en que la prueba era por demás concluyente y Flora se abstuvo de opinar. Ni que decir tiene, que Flora no habí­a participado de la experiencia ya que era conocido por todos que su cuerpo despedí­a el mismo olor que el de cualquier humano que recién acababa de bañarse.

Era muy temprano aun, así­ que la comitiva en pleno decidió dejar el vector y acercarse a un calmo recodo del rí­o en donde existí­a un pequeño bosquecillo de acogedora sombra. La intención era planificar allí­ el modo de ingresar al recinto de los servidores "Tabladefun". Ares se quedarí­a de guardia en el vector a unos 200 metros del rí­o. 

Los robot se formaron en semicí­rculo sentados sobre el pasto, con Lázaro en el centro provisto de su fusil de caza. Jim de espaldas al rí­o dio por comenzada la reunión de gabinete, para determinar la secuencia final de ataque.

A los pocos minutos de comenzada la reunión y sin que nadie se diera cuenta de nada, apareció un enorme animal que salió del rí­o, tomó a Jim y se tiró al agua.

- Un oso - grito Flora. Dispara Lázaro, dispara. 

La comitiva se acercó al borde del rí­o entre gritos y lamentos y Lázaro apuntó su arma, pero el disparo no se escuchaba. Jim forcejeaba tenazmente con el oso tratando de que este no lo mordiera ni le clavara las garras. Ares que escuchó todo a la distancia comenzó una carrera frenética que parecí­a no tener fin y todos los robots cibernéticos se dirigieron hacia donde estaban peleando Jim con el oso, pero el rí­o era profundo y los robots se hundí­an hasta enterrar su cabeza en el agua y perder visibilidad.  

- Dispare Lázaro- insistí­a Flora pero el tiro seguí­a sin escucharse, hasta que Flora sacándole el rifle apuntó y disparó.

La mira telescópica le mostró a Flora que el oso estaba herido pero no de muerte y disparó tres veces mas. Luego se quitó el vestido y se tiró al agua llegando al lado de Jim al mismo tiempo que Ares, que inmediatamente se abalanzó sobre el cuello del oso herido completando la tarea de Flora.

En un instante llegó a la orilla donde estaban los otros robots que tomaron a Jim, lo llevaron corriendo al vector y lo acostaron en la enfermerí­a de Galeno.

En la orilla se encontraba Lázaro e posición fetal temblando en un estertor de muerte, con los ojos desorbitados y hablando entrecortadamente.

- Jim mm, no puedo, peligro, osooo, no puedo, heriiiir, no puedo........

Flora tomó su mecánica cabeza en ademán materno tratando de sacarlo de su trance pero los potenciales cerebrales requerí­an un buen rato para volver a la normalidad (si es que volví­an) luego de estar sometidos a una presión tan elevada. 

Al ver que no podí­a hacer nada Flora la saco de su posición fetal lo levantó y lo llevó de la mano al vector donde ya lo esperaban Pascal y Robert para tratar de sacarlo de su crisis de potenciales.

En la enfermerí­a y en el laboratorio se estaba desarrollando una actividad febril. En la enfermerí­a Jim yací­a totalmente ensangrentado y atacado de una crisis nerviosa y una desestabilización de sus funciones vitales.

- Primero le aplicaremos suero, le decí­a Galeno a su dictáfono, como un medio rápido de aplicar medicación en caso de urgencia, mientras el detector de funciones vitales me indica 180 pulsaciones por minuto, con una presión de 220/170. El paciente tiene un tajo profundo de unos 20 cm en un hombro y parte del brazo izquierdo. También tiene magulladuras en el resto del cuerpo, pero no se observan heridas que hallan afectado órganos vitales. La sangre observada en el resto del cuerpo está siendo lavada por Flora y ahora se observa una herida punzante en la espalda a la altura del hombro derecho. Evidentemente es una herida de bala de mediano calibre sin orificio de salida. No hay mas heridas.

En este momento estamos aplicando "digitalina" para normalizar las pulsaciones, mientras Flora está limpiando la herida cortante del hombro. Se trata de una herida neta que procederé a pegar con adhesivo para tejidos humanos mientras acomodamos los tejidos con colaboración del cirujano quirúrgico electrónico. Ahora estamos sellando la piel con el láser dérmico y vendando el brazo y el hombro.

Vamos a atender ahora, la herida de bala. Estoy introduciendo el extractor inteligente por el agujero de entrada. El extractor me indica que ya tocó la bala y la esta sujetando. Procedo a retirar el extractor y la bala y a  sellar la perforación con tejido en pasta. Terminamos de sellar el agujero de entrada con el láser dérmico.

Las pulsaciones bajaron hasta  120 y la presión  se está  normalizando  paulatinamente con asintotas en 120/70. El paciente comienza a moverse por lo que vamos a proceder a anestesiarlo hasta que cicatricen los tejidos. Procedamos a realizar un escaneo múltiple para observar daños internos......Negativo, no tiene daños internos.

En la habitación contigua Pascal habí­a abierto el puerto cerebral de Lázaro y lo habí­a conectado a un analizador de funciones. Robert manipulaba rápidamente un teclado de modo que en el monitor de alta definición se observaban las ultimas imágenes que observara Lázaro cuando tení­a consciencia de sus actos, y lo que se observaba lo explicaba todo. Era imposible acertarle al oso con el rifle sin arriesgar la vida de Jim en cada voltereta. Eso estaba fijado en la primer ley de la robótica. Pero la ley lo obligaba a disparar para salvarle la vida y no pecar de inacción en cumplimiento de la segunda ley. Estos potenciales contrapuestos desquiciaron su cerebro y no le permitieron disparar.

Su estado es muy lógico Robert y considero que si conseguimos borrar todos los recuerdos a partir del momento en que comenzaba la reunión, lograremos que Lázaro vuelva a la normalidad. Pero lo que está totalmente fuera de lógica es que Flora tomara el rifle y pudiera completar la tarea con riesgo para la vida de Jim. Supuestamente ella tienen grabada las mismas leyes robóticas que Lazaro y deberí­a haber tenido un comportamiento idéntico. Debe haber tenido algún fallo de funcionamiento, pero ese fallo le salvó la vida a Jim.

Es ese momento ingresó Galeno al laboratorio extraordinariamente excitado y le comentó que no se trataba de un problema en potencial, sino de un problema totalmente real, ya que Jim tení­a una herida de bala y que a Flora no pareció causarle daño alguno enterarse de ello.

- ¿Cómo esta Jim? Preguntaron a coro Pascal y Robert.

- Esta fuera de peligro y se recuperará totalmente en un par de dí­as.

- Lázaro esta en ví­as de recuperación pero creo que deberí­amos interrogar a Flora porque no me gustarí­a que su cerebro tuviese un daño oculto.

Los tres robots se dirigieron a la enfermerí­a pero Flora no estaba allí­, solo encontraron a Ares lamiendo la mano de su amo que volví­a de sus sueños artificiales.

- ¿Que ocurrió? Dijo Jim evidentemente asustado.

- Nada importante Jim. Un animal salvaje, un oso, salió del rí­o y lo atacó. Lázaro se congeló y no pudo disparar su arma por el peligro de lastimarlo. Pero Flora le quitó el arma y realizó muchos disparos, uno le acertó a Ud. pero los otros tres dieron en el oso. Posteriormente Ares dio buena cuenta del oso herido y Flora lo sacó a Ud. del agua. Ya lo operamos y salvo una herida que le produjo el oso con su garra y la herida de bala, no tiene nada más. Se va a recuperar totalmente en un par de dí­as. (Galeno pensó en lo bien que hicieron en no informarle de su proceso de muerte y resurrección en Méjico).

- ¿Dónde esta Flora y los otros robots?

- No encontramos a Flora, que desapareció luego de haberme ayudado a atenderlo. Lázaro está en el laboratorio recuperando sus potenciales cerebrales y Enter está en los controles de guardia.

- Quiero una expedición de búsqueda. Ud. va al mando con Robert y Enter. Ares los guiará hacia Flora. Traigan ropa de Flora para que Ares pueda seguir el rastro. Ares, busca, busca, busca. Pero Ares no dio signos de entender, se sentó a un metro de Jim y bajó la mirada.

- Pascal entiende Ud. lo que quiere decir este animal.

- No Jim, es un comportamiento muy extraño pero es evidente que no quiere formar parte de la excursión de búsqueda. 

- Bien, Enter olfatea esta ropa. Te dejo a cargo de la búsqueda. Utilicen las motoaves y no vuelvan hasta que hayan encontrado a Flora. Pascal lo hago responsable de dejarla sola, sabiendo el esfuerzo que habí­a realizado su cerebro electrónico. Salgan ya. Mientras buscan quiero una conferencia virtual, para aclarar el tema de los disparos y de la poca ayuda que me brindaron todos Uds. a pesar de que yo soy el único humano sobre la faz de la tierra.      

       


























CAPITULO 9


EN DONDE SE BUSCA A UNA SUPUESTA ROBOT NORMAL O DESQUICIADA


En el vector de transporte se ubicaba la base, en donde se encontraban Jim y Galeno;  el escuadrón de búsqueda estaba compuesto por Pascal, Robert (montados en sendas motoaves) y Enter. Jim miraba el monitor estereoscópico desde su cama y le hablaba a todos por un micrófono. Galeno atendí­a los controles y manejaba una tercer motoave a control remoto para obtener una vista panorámica del escuadrón.

- Enter ¿puedes encontrar el rastro de Flora saliendo del vector?

- Si Jim. Hay varios rastros que van del vector al bosquecillo donde estábamos reunidos y no encuentro otro rastro que se dirija a otro lado.

- Bien entonces debemos suponer que Flora se volvió a tirar al agua, lo que puede significar que esta consciente de sus actos y realmente quiere huir de nosotros porque supone que recibirá una recriminación por haberme herido. Enter, sigan el curso del rí­o en el sentido de la corriente, porque supongo que Flora no debe haber nadado en contra de la misma. Pascal ¿recuerda las especificaciones de Flora?

- Si Jim las tengo guardadas en mi memoria.

- Digame ¿a cuantos Km/h puede nadar?

- A 22Km/h.

- ¿Y cuanto tiempo puede nadar sin detenerse? 

- 2 horas.

- ¿Enter?

- Si Jim.

- Deberá recorrer 44Km de rí­o y volver por la orilla opuesta.

- ¿A que velocidad puede buscar un rastro?

- Depende de la intensidad del mismo. Para el rastro de Flora que es muy intenso, un valor seguro puede ser 10 Km/h.

- Bien, entonces busque por 5 horas y vuelva por la otra orilla. Prácticamente se nos va a ir el dí­a en esto.

- Jim, hay un problema.

- Si ¿cual es?

- Que yo no puedo nadar.

- Si ya lo se; la idea es que Pascal y Robert lo levanten con una cuerda tirando de sus motoaves.

- Así­ lo haremos.

- En realidad me parece que deberí­an comenzar de ese modo sobrevolando la otra orilla porque Flora pudo haber cruzado el rí­o y haber continuado corriendo por la otra orilla.

Jim contempló como los robots humanoides armaban un aparejo de cuerdas y levantaban al robot animaloide de modo que este quedara solo a medio metro del suelo que era una distancia óptima para seguir un rastro, cuando tení­a sus controles de sensibilidad olfativa a máximo valor. Jim sabí­a que aun a máximo nivel y por todas las pruebas realizadas Enter solo tení­a un olfato equivalente a la décima parte del que tenia Ares, pero ante la negativa de este de formar parte de la comitiva no tení­a una mejor opción.

Las dos motoaves comandadas directamente atravesaron el rí­o y la tercera a control remoto las siguió desde una mayor altura buscando realizar una toma aérea en perspectiva.

Realmente Jim podí­a contemplar todo tan bien como si estuviera piloteando la tercer motoave. No solo por la observación en perspectiva sobre la pantalla panorámica estereoscópica curvada de 4 metros por 2, sino por el sonido estereofónico de 7.1 canales que equipaba al vector y que generaban un sonido envolvente tan bueno como el real y quizás mejor por la posibilidad de realzar alguna banda de frecuencias en detrimento de otra.

Jim pensó en que este sistema estereoscopio era realmente una antiguedad ya que habitualmente, en su habitación de comunicaciones, usaba la TV holográfica iteractiva en donde el usuario se introducí­a en la acción e interactuaba con ella con todos sus sentidos activos.

En la orilla opuesta del rí­o no habí­a rastros de ningún tipo. Esa orilla no habí­a sido transitada en muchos años.

Por lo tanto volvieron a la orilla anterior y la siguieron  en el sentido de la corriente. Jim observaba todo desde su posición privilegiada a unos 50 mts de altura y unos 50 metros por detrás del grupo. Con la cámara en gran angular, se observaba una figura con forma de V con Enter en el vertice y las dos motonaves tirando de las puntas. Las motonaves permití­an el control en X, Y y Z y  los robots humanoides los habí­an programado en formación es decir que la motoave de Pascal cambiaba X e Y para seguir el curso del rí­o de modo que Robert solo debí­a estar atento a las variaciones de altura que se ajustaban cambiando las coordinadas relativas de las dos motoaves es decir cambiando la separación de ellas.

Con todo esto la altura de Enter se modificaba suavemente para compensar la caí­da del terreno y las pequeñas variaciones naturales con una gran suavidad y sin posibilidades de choques con piedras y montí­culos.

- Pascal vamos a conferenciar mientras realizan la búsqueda dijo Jim.

- Adelante, lo escucho respondió Pascal

- Es posible que el cerebro robótico de Flora eludiera una de las leyes de la robótica, sin desquiciarse en el momento e inclusive en los 30 minutos posteriores en que actuaba como su enfermera.

- No Jim, es absolutamente imposible tal como ese cerebro fuera diseñado. Solo podrí­a decir que tal ves en ese momento ese cerebro estaba dañado y nadie lo habí­a percibido. El cerebro de Lázaro intentó disparar, pero cuando observó que existí­a un riego para la integridad de un ser humano bajó el arma. El resto de los robots también actúo cumpliendo las leyes de la robótica. Realizamos la acción de correr hacia Ud. pero cuando el agua nos tapó la visión suspendimos la carrera por no saber hacia donde dirigirnos y porque sabí­amos que si Ud. se salvaba de las garras del oso nos iba a necesitar en nuestra función especifica. Por ejemplo Galeno sabí­a que deberí­a curarle las heridas y eso implicaba estar en buenas condiciones. En cambio el cerebro de Flora realizó una acción inmediata, disparó aun a sabiendas que lo podí­a herir y eso debe haber elevado sus potenciales a niveles de ruptura.

- ¿El cerebro de Flora es exactamente igual al de un robot cibernético?

- Los programas son idénticos pero los dispositivos electrónicos no, es decir el mismo software adaptado a otro hardware.

Todos suponen que en un robot cibernético el cerebro está totalmente implantado en nuestra cabeza, pero no es así­. Su tamaño es demasiado grande para la cabeza y ocupa una buena parte de nuestro pecho para los periféricos.

Pero los robots biológicos, por principio, deben tener sus órganos en los lugares adecuados. En el pecho tienen el corazón y los pulmones, igual que cualquier humano. Inclusive se puede observar el movimiento del pecho al respirar y los latidos cardiacos. Estos implica que el cerebro debe estar incluido en la cabeza completamente.

- ¿Y como consiguieron colocar todos los componentes en la cabeza?

- Utilizando componentes mas pequeños. Los robots biológicos usan transistores biológicos en lugar de los clásicos transistores Mosfet de los robots cibernéticos. 

- ¿Y que es un transistor biológico?

- Es un transistor que no utiliza cristales de silicio sino células. Se pueden conseguir las misma condiciones de llave cerrada o abierta de un cristal de silicio con una célula viva y se requiere  un tamaño muchí­simo menor.

- Esta es una tecnologí­a muy moderna.

- No para nada. Las primeras experiencias con transistores biológicos se realizaron a principios del siglo 21 en algunas universidades de EE.U; pero fue una tecnologí­a que nunca llegó mas allá de las experiencias académicas, porque era una tecnologí­a lenta y jamás se logró acelerarla. Como no podí­a formar parte de una computadora se la dejó como una curiosidad de laboratorio.

- ¿Y entonces como es que se la utilizó en el cerebro de los robots biológicos?

- Porque para igualar al cerebro humano no hace falta mucha velocidad. De hecho, en este momento yo podrí­a pronunciar 100.000 veces mas palabras que las que estoy pronunciando, lo hago lentamente para que Ud. entienda. Inclusive en los retardos entre letra y letra y entre palabra y palabra muchas veces utilizó un funcionamiento con interrupciones que me permite realizar 5 o 6 tareas al mismo tiempo. En este momento hablo, conduzco las motoaves y estoy realizando un acomodamiento de los archivos de mi memoria de modo que todo lo referente a los robots biológicos quede con rápido acceso.

- ¿Esto significa que un robot biológico piensa mas lentamente que un cibernético?

- Si, pero los humanos no lo notan porque ellos son muchos más lentos aun 

- Gracias por al franqueza Pascal. Me siento como un tarado pero bien informado.

- No Jim, un tarado piensa mal y lentamente debido a su tara. Ud. solo piensa lentamente.....Perdóneme si lo ofendí­ Jim.

- No tiene porque. 

- Pascal no hay experiencias de que los transistores célula interactúen con las otras células del organismo robótico.

- No Jim, hasta ahora no se sabe de nada por el estilo. Todos los robots biológicos  que se fabricaron respetaron las tres leyes de la robótica a ultranza y jamás ninguno fue enviado a un tribunal robótico.

- Ud. cree que Flora esta en una crisis lógica o que huyó perfectamente consciente de lo que hací­a. 

- No los se Jim. Si hubiera entrado en crisis lo hubiera hecho inmediatamente después de tirar con la escopeta. Nuestros cerebros operan en forma lógica e inmediata.

- Y los nuestros en forma ilógica. Se dio el caso de árbitros deportivos que recibieron golpes en la cabeza y recién hicieron crisis al terminar el evento que estaban arbitrando.

- También es común que luego de un accidente grave no recuerden nada del dí­a del accidente y recuerden perfectamente los acontecimientos anteriores y posteriores. Nosotros en cambio no podemos olvidar nada y por eso entramos en crisis inmediatamente. Por todo esto, debo deducir que el cerebro de Flora actúa de un modo mas humano que robótico. 

- Pascal, las células de los transistores y las células de los órganos de Flora pueden interactuar de algún modo.

- No se diseñaron para que lo hagan, pero no puedo asegurar lo contrario. Teóricamente cualquier célula puede interaccionar con otra del mismo tipo.

- Yo me refiero a algo especí­ficamente, es imposible que las leyes de la robótica hayan cambiado sus potenciales cerebrales de modo que operen como de lógica suave y no de lógica pura. La tan famosa Fussy Logic (lógica difusa) de los años 90 del siglo pasado.

- Es posible, pero poco probable. Porque Flora es la robot biológica con numero de serie 1.923.335 y es la única con esa conducta. No Jim en todo caso es algo que podrí­a ocurrir en Flora por alguna condición particular.

- ¿Alguna condición particular?

- Si, algo del programa operativo de Flora que no existe en otros robots biológicos 

- Se me ocurre algo Pascal ¿Enter está en lí­nea?

- No pero lo puedo poner en lí­nea. Listo 

- Enter me escuchas.

- Si Jim

- Recuerdo que cuando estábamos en mi casa y analizaste el programa de mi eslabón, descubriste algunos subprogramas muy particulares que te llamaron la atención. Luego Pascal comentó que agrupados al sistema operativo de un eslabón conformaban algo que se podí­a comparar a un sentimiento humano.

- Si Jim, lo recuerdo perfectamente. 

- También recuerdo que comentaste que esos subprogramas los copiarí­as en tu memoria, para transformarte en mi mascota predilecta. ¿Lo hiciste?

- Si Jim, todos esos subprogramas están operando en mi sistema.

- Y que sentiste hoy cuando el oso me tiró al rí­o y me pego un zarpazo.

- Algo que nunca habí­a sentido antes. Como una necesidad de actuar desesperadamente sin análisis previo de la situación y recuerdo que entré en el agua, aun sabiendo que no podí­a nadar y deambule por el fondo del rí­o tratando de acercarme al oso, aun sabiendo que mi hermeticidad es muy baja y que el agua podrí­a afectar mi mecanismo.

- Pero la tercer ley de la robótica no implica que debes aplicar el criterio de la autoconservación.

- Si y me averguenza reconocer que me olvide de ella pero realmente la olvide o algo así­, porque yo reconocí­a que no podí­a llegar al lugar donde un humano me necesitaba, y así­ para cumplir con la segunda ley debí­ optar por la inacción, para cumplir con la tercera que me obliga a conservarme operativo. 

- ¿Y no te parece extraña esa falla de tu sistema operativo?    

- Supuse que se debió a que Ud. Jim, es un humano muy particular, porque es el ultimo ser humano del mundo.

- Y entonces.

-    Que eso modifica las cosas de tal modo que me pareció normal mi exceso en el cumplimiento de la primer ley olvidando la tercera; para que conservarme vivo si no queda ningún humano a quien servir.

- Enter es posible que Flora halla cargado esos subprogramas en su sistema.

- Si Jim. De eso estoy seguro. Antes de salir de su casa me pidió que formáramos una red privada y yo le transferí­ esos archivos.

- Escuchó todo Pascal

- Si Jim

- Puede ser esa la particularidad de Flora que estamos buscando.

- Si Jim seguramente es esa.

- ¿No encontraron huellas?

- Hasta ahora no Jim.

La búsqueda continuo 5 horas en el sentido de la corriente. Luego cruzaron el rí­o y retornaron contra la corriente hasta llegar de vuelta al bosquecillo del ataque sorpresa. Y todo sin novedad.

- Pascal. 

- Si Jim.

- Vuelva al vector y analice esos subprogramas, quiero saber con exactitud que cambios realizaron en el cerebro de Flora, para poder imaginarme lo que hizo, hacia donde huyó. Ahora estoy seguro que debe haber nadado contra la corriente. Y eso implica que no está huyendo desesperadamente. Significa que es consciente de sus actos y estoy seguro que no encontraremos huellas saliendo del rí­o porque debe haberlas eliminado de algún modo, la mismo que su rastro odorí­fero. Seguro que la nariz de Enter no es suficiente para detectarla. Intentare entender porque Ares se niega a obedecer. Volvió a tomar algunas prendas de Flora e insistió con Ares.

- Ares busca, busca.

Y Ares lo miró con cara de no entender. Era una treta tan vieja como la relación perro/hombre. Cuando un perro no quiere hacer algo, se hace el que no entiende, pone la mirada atenta al amo pero no hace lo que le pide. Y el amo siempre piensa que el perro no lo entiende, hace mil gestos para lograr la comunicación y nada.

Jim pensó. Un perro tiene un amo principal al que tiene obediencia ciega, pero no tan ciega porque además brinda protección al resto de la familia del amo. Como los robots, los perros parecen tener las leyes de los caninos, cumplir las ordenes del amo. "Pero si alguien de la familia del amo da una orden contrapuesta entonces no se cumple ni una orden ni la otra. Se pone cara de "no entiendo" y se acaba con el problema.

Jim estaba seguro que Ares habí­a recibido una orden de "no me busques" dada por Flora. Jim pensó que estaba en manos de Pascal y no le gustó. No es que no confiara en él; pero recordaba como solucionó la falta de atención de los alumnos de las escuelas y pensó que un robot solo usaba la lógica. Y muchos problemas no podí­an resolverse solo usando la lógica. Requerí­an intuición humana, sensibilidad humana, o como se quiera llamarla pero que es algo que un robot no posee y nunca podrí­a poseer, porque su modo de pensamiento se basa en la velocidad y no en una mezcla de intuición y razonamiento que es lo que usan los humanos.

De cualquier modo pensó, a mi no se me ocurre ninguna solución, así­ que dependo de Pascal.

Paso toda una  noche y Pascal seguí­a revisando programas. Se encontraba en el medio de la sala de reuniones con los ojos cerrados para no malgastar su microprocesador en decodificar video y con sus micrófonos cortados, para no usar sus recursos en la decodificación de audio. Todas sus capacidades  estaban dedicadas al análisis de los subprogramas. Antes de concentrarse le mostró a Jim la existencia de un pulsador de interrupciones existente en su cuello. En caso de urgencia deberí­a apretarlo porque visión, audición, tacto, olfato y gusto quedarí­an desconectados hasta terminar el análisis. 

Que difí­cil es analizar un sentimiento pensó Jim sobre todo para un robot. Pero serí­a mas difí­cil o directamente imposible que un humano entienda las inacabables series de bits de esos subprogramas. Dejémoslo hacer pensó Jim. El sueño parecí­a vencerlo por momentos pero continuaba vigilante.

A las seis de la mañana Pascal termino su análisis. Jim casi totalmente recuperado descansaba en su cama luego de haber aceptado un tranquilizante suave que le inyectara Galeno y que aceptó a regañadientes luego de hacerle jurar que cuando Pascal terminara el análisis, le aplicarí­a algún medicamento que lo hiciera despertar.

Galeno luchando con sus potenciales cerebrales le aplicó la inyección prometida y Jim se despertó de inmediato, aunque es muy probable que primero haya hecho efecto la mágica lengua de Ares lamiendo su mano.

- Que me puedes decir, Galeno.

- Le puedo decir que esos subprogramas son una maravilla de la programación. Realmente afectan secciones del sistema operativo que yo suponí­a inaccesibles. Usan la técnica de los virus sin serlo ya que en lugar de estar diseñados para producir daño, están creados para generar una dependencia absoluta de Ud. y al mismo tiempo que Ud. genere una dependencia absoluta de su eslabón. Jim ¿es eso un sentimiento humano?

- Por lo menos es una parte de un sentimiento.

- Si en efecto eso no es todo. Hay otras formas de interacción entre el eslabón y Ud. que seguramente completan y enriquecen esa relación de dependencia pero su lógica es tan compleja que no logro entenderla. 

- ¿A la luz de esa investigación, es posible determinar donde se encuentra Flora? 

- Yo no lo puedo determinar Jim. Pero seguramente Ud. lo podrá deducir por sus propios medios si yo le digo como hacerlo. 

- Adelante, lo escucho.

- Piense en ella como una mujer humana. Su comportamiento es seguramente mas claro para Ud. que para mi. 

- Si fuera humana seguramente estarí­a llorando pensando en que yo no le perdonarí­a la herida que me hizo. Pero estarí­a muy cerca observando todo lo que pasa, o escuchando todo con intención de huir solo si yo no me recuperaba o si no la perdonaba. Pero donde puede...

- En ese momento Jim observó a Ares rasguñando la puerta del deposito de alimentos, el refrigerador hermético. Se abalanzó sobre la puerta, y apareció Flora con su uniforme de enfermera temblando como una hoja y con la nariz y las pestañas cubiertas de hielo.

- Entre todos la llevaron al exterior del vector, para que el sol completara la obra de Jim que frotaba enérgicamente sus brazos y piernas para insuflarles nueva vida (o su equivalente robótico). Ya nadie se animarí­a a considerar a Flora simplemente como un robot. En todo caso, habí­a aun que analizar todo lo sucedido para determinar en que lugar ubicar su comportamiento. Seguro que no era un robot, ¿pero que tan cerca estaba de ser una verdadera mujer?

    

 


















          CAPITULO 10   

EN DONDE POR FIN SE ATACA LA CUEVA DE LOS SERVIDORES TABLADEFUN


Jim y sus ministros se encontraban reunidos a los efectos de generar un plan de ataque final a los servidores "Tabladefun". 

Por ahora Jim solo sabí­a que existí­a una puerta simulada entre las paredes verticales de una barranca de 200 metros. Y que esa puerta se abrí­a con la sola presencia de un robot de mantenimiento a una hora estipulada.

Pascal no sabí­a que otras medidas de seguridad habí­an sido tomadas. Ignoraba por ejemplo lo que podí­a ocurrir si el robot era acompañado por uno o varios humanos o por otros robots. Y todo, a pesar de haber sido el mismo, el responsable de la seguridad. Simplemente habí­a dejado la tarea para que la resuelva otro robot por considerarla poco importante. Y posteriormente a ese robot se le habí­a borrado el estatorí­gido (memoria masiva que realizaba las funciones del viejo disco rí­gido).

Jim pensaba, y no sin razón, en la inteligencia de su enemigo. Como, un hombre, un robot, un grupo de hombres o un grupo mixto, podí­a haber ingresado en la cueva con tantas protecciones. Y como el propio responsable del sistema, no podí­a hacerlo con facilidad. La alternativa mas obvia era enviar solo a Robert, pero Jim se negaba a aceptarla. 

Pensaba: un robot ve con ojos de robot y yo necesito una mirada humana. Estos robots no son tontos y saben que se están jugando la existencia en el nuevo mundo que me toca construir y aunque estoy seguro que si mando a Robert solo, cuando salga no me podrá mentir; no significa que me diga toda la verdad. Un robot no puede mentir pero el responsable de determinar la verdad es el que interroga al robot. 

Si lo interrogo mal es posible que lo que diga este viciado de nulidad. En efecto, la tercer ley es la correspondiente al instinto de conservación. Si el robot nota que con una mentira puede lograr su supervivencia, mentirá porque el cree que es imprescindible en la futura civilización que ojalá logre crear. Mi condición de único habitante de la tierra no fue prevista cuando se crearon las leyes de la robótica.

La posibilidad de recurrir al amo de Pascal revisando su cubo de memoria era imposible, porque Pascal aclaró que no habí­a participado ni supervisado la determinación de las protecciones y los códigos de acceso. Todo lo habí­a hecho a la distancia desde la comodidad de su eslabón especial.

- Comencemos la reunión de gabinete dijo Jim.

- Jim, lo primero serí­a determinar quienes van a formar parte de la batida dijo Galeno-. Yo aconsejo que Jim no participe porque creo que no esta totalmente rec...

- Gracias Galeno, pero estoy perfectamente bien para caminar, en cuanto a disparar un arma ya estuve practicando con rifles de caza y con atontadores eléctricos sin mayores problemas. Mi propuesta es muy simple. Vamos a ir todos. Bajaremos en rapel eléctrico desde el borde del acantilado como si fuéramos arañas porque supongo que así­ lo hizo nuestro enemigo. Ah y cuando digo todos incluyo animales y animaloides que bajaran en las espaldas de Robert y Lázaro.

- Jim ¿qué armas llevaremos? preguntó Lázaro- a mi me gustarí­a llevar una bazuca que encontré en el museo y que se utilizó en una hermosa guerra mundial de mediados del siglo 20 y que...

- Nada de eso Lázaro. Como máximo lo autorizo a llevar el rifle de caza y no dispare si yo no lo autorizo.

- Jim terció Pascal - Ud. cree que las defensas nos permitirán pasar sin mayores problemas. Habrá claves de seguridad que quizás no funcionen si el sistema detecta un humano o un robot biológico. 

- Pascal ¿Ud. cree que su amo portaba algún injerto emisor de códigos para que el sistema lo detectara en caso de tener que ingresar personalmente en la cueva?

- No Jim. Mi amo no consideró tener que venir nunca en forma personal.

- Por lo tanto la protección contra el ingreso de humanos debe haber sido ideada por un robot.

- Si Jim. Seguramente la ideé yo mismo, pero mi memoria fue borrada.

- Por lo tanto la protección debe contemplar las leyes de le robótica.

- Desde luego.

- Entonces no puede ser una protección que produzca daño fí­sico ni psicológico de ningún tipo a un humano.

- Así­ es. 

- Pues entonces estoy seguro que no hay barreras fí­sicas para un humano.

- Si, pero eso es totalmente lógico. ¿quien querrí­a atacar personalmente a un servidor informático? Solo se puede hacerlo con un robot porque los humanos no pueden salir al espacio exterior.

- ¿Y yo donde estoy?        

- Bueno, pero se ha dado un caso muy especial y Ud. Jim salió con nuestra ayuda.

- Pascal, no quiero entrar en divagaciones socioculturales hombre/máquina. No se sientan ofendidos, pero considérense simplemente como colaboradores. Uds. están acostumbrados a la inacción de sus amos y a que eso los habilite a tomar decisiones que nunca deberí­an haber tomado. En su propia definición, tienen la semilla del fracaso. Jamas permitiré que una máquina que esté obligada a cumplir las tres leyes de la robótica, tome alguna decisión importante. Esas leyes fueron creadas para lograr un esclavo perfecto y no para lograr una mente que tome las grandes decisiones.

Nuestra partida estará formada del siguiente modo: yo con Ares y Robert al frente, e inmediatamente atrás y formando una cerrada lí­nea todos los otros robots humanoides y animaloides. Flora se quedará a cargo del vector, estacionado en el borde del acantilado siguiendo todo por la estereocámara de Enter. 

Los robots instalaron los aparatos del rapel automático en los bordes del acantilado y a la hora estipulada bajaron hasta la puerta mimetizada con el paisaje. Las puertas se abrieron automáticamente cuando capturaron la señal de Robert haciendo caso omiso del resto de la comitiva.

Apenas ingresaron, Jim pudo comprobar que las puertas no habí­an sido abiertas en muchos años a juzgar por la tierra que cayó de las mismas.

El recinto era evidentemente una formación natural conformada por una enorme gruta en done se observaban construcciones civiles complementarias. En el nivel en que se encontraban solo se  percibí­a un corredor de unos 8 metros con una puerta reja al fondo que conducí­a a un montacarga de gran tamaño. Tanto el pasillo como el montacarga se encontraban desiertos. 

Ares corrió hacia el montacarga y confirmó que no habí­a ningún peligro. El montacarga tení­a suficiente capacidad para toda la comitiva ya que evidentemente estaba preparado para el transporte del equipamiento utilizado durante su construcción.

Jim llamó a Flora por el micrófono de "Enter" y le impuso la novedades. Se acercaron al montacarga, el panel de control de la puerta se activó y en su pantalla apareció el mensaje:

- Hola Robert 1 que deseas.

- Robert pulsó el teclado indicando deseo realizar una reparación-. Se trata de un service preventivo.

- Bien. Pero solo puede entrar el robot de mantenimiento y mis sensores me indican que hay 4 humanoides y un animalode.

- Son mis ayudantes. 

- Lo siento pero no están autorizados como personal de mantenimiento.

- Ya lo sé pero se trata de una emergencia. 

- Lo siento pero la orden solo la puede revertir el amo de los robots de mantenimiento en forma personal identificándose por sus iris oculares.

Jim alejó a la comitiva del ascensor y comentó: 

- Evidentemente este vigilante electrónico no puede detectar humanos y animales pero si detecta al código emitido automáticamente por todos y cada uno de los robots de la tierra y que les sirve a modo de identificación automática.

Supongo que el equipamiento de este ascensor debe estar en su interior y si queremos desactivarlo vamos a tener que entrar solo Robert, Ares y yo.

No creo que halla peligro, por lo que observamos hasta ahora nuestro enemigo no entró por aquí­.

Seguramente la cueva tiene otra entrada.

- Robert intentaremos de nuevo con el resto de los robots alejados. Uds. vayan otra ves al borde superior del acantilado. ¿Flora estás al tanto de todo? 

- Si Jim, pero estoy muy intranquila retrasmitió Enter.

- No te preocupes que no veo ningún peligro. El trí­o intentó un nuevo ingreso y el portal inteligente se lo franqueó sin detectar invasión alguna.

Subieron al enorme montacargas. La puerta se cerró detrás de ellos y la plataforma comenzó a bajar suavemente. Unos 10 metros mas abajo se abrió la puerta y Jim contemplo una enorme cueva de tal ves 500 metros de ancho, con el techo a unos 100 metros. Se observaba por todos lados la mano del hombre que habí­a modificado las paredes y techos con láser pero en su mayorí­a se podí­a decir que la cueva era producto de la naturaleza.

La iluminación era natural e intensa. Evidentemente provení­a de claraboyas disimuladas en la superficie de la planicie y conducida a artefactos ubicados en el techo. De este modo todo el complejo consumí­a solo lo que exigí­a el material informático y de comunicaciones. En el fondo de la cueva se veí­an oficinas con mamparas divisorias de vidrio. Jim se cubrió pensando que allí­ deberí­a encontrar al enemigo. Lo mismo hicieron Robert y Ares. Observaron el control del montacargas y llegaron a la conclusión que el equipo de potencia para el motor eléctrico y el microprocesador que lo controlaba estaba al lado del motor, en la parte superior de la fosa del montacargas y que a nivel del subsuelo solo existí­a la caja del pulsador de llamada.

- Robert, comuní­cate con Pascal y retransmite este mensaje. Desde aquí­ no podemos franquearles la entrada. Deben forzarla, llegar hasta el gabinete del motor y que Galeno se quede allí­ para operar los contactores del motor a mano por si necesitamos efectuar una retirada rápida. Nosotros vamos a comenzar a acercarnos a la zona de los servidores que se encuentran a unos 500 metros.

El piso de la cueva era de arena y Jim decidió recorrer los 500 metros cuerpo a tierra con el rifle acunado entre sus brazos tal como lo observara en algunas viejas pelí­culas del siglo 20 en el canal retro de su Home theater. 

Robert hizo lo propio a su lado y Ares los imitó caminado con su vientre apoyado en la arena unos 10 metros adelante. Jim pensó que el solo imitaba lo que habí­a visto en la TV holográfica pero Ares ¿cómo sabí­a que los perros de guerra se moví­an de ese modo? 

Así­ las cosas, llegaron a las proximidades de las oficinas sin detectar la presencia de ningún extraño. Los tabiques separadores eran de vidrio metalizado, dejaban penetrar la luz pero no la dejaban salir y por lo tanto no podí­an percibir al enemigo en su interior. Ares estaba prácticamente sobre una de las puertas de una oficina que tení­a el nombre "Tabladefun".

Imprevistamente Jim observó las inequí­vocas señales de peligro dadas por Ares que siempre aparecen un instante antes de la acción de ataque.

Los pelos del lomo y del cuello de los perros no son fijos. Cada folí­culo piloso tiene un movimiento que el animal controla a voluntad con los músculos del lomo. Esto lo hace aumentar de tamaño ya que los pelos que normalmente se encuentra casi sobre el plano de la piel llegan a ubicarse a 90° de la misma.

Si el antagonista hace caso omiso de este último aviso será mejor que se prepare para el ataque final sin limitación de fuerza. En ese momento se oyó la terrible explosión......... 

Cuando los robots recibieron las ordenes de Jim, Pascal miró a Lázaro y lo autorizó a romper la puerta. Los robots no saben sonreí­r pero Lázaro lo intentó y lo hubiera logrado de no ser porque sus mejillas de fibra de carbono no  tení­an movilidad.

Atrás dijo Lázaro, tiro la granada sobre la puerta y se tendió sobre el piso  cubriéndose la cabeza con ambas manos.

Un instante después se produjo la explosión y la puerta voló en mil pedazos. Los robots humanoides se pusieron a cubierto en cuanto Pascal dio la autorización, pero todos olvidaron que el robot animaloide con sus cuatro ruedas no tení­a tanta movilidad como ellos y una de las puertas le dio de plano seccionando su cámara estereoscópica y sus micrófonos de 7.1 canales. Enter solo atinó a ocultar su tren de ruedas reduciendo así­ su perfil atacable y así­ fue como se salvó de una destrucción total, pero no pudo salvar sus ojos y oí­dos.

La tercera ley de la robótica se refiere a la autoprotección, nada dice con respecto al daño que un robot le puede infringir a otro. Sin embargo un profundo análisis de la tercer ley nos indica que dañar a otro robot es un modo indirecto de provocarle un daño por inacción a un humano, en forma mediata o inmediata. En efecto si existiera un humano presente que estuviera en riesgo, todos los robots deberí­an actuar para evitarle daños y por lo tanto eliminar o dañar a otro robot significaba aumentar el riesgo a ese ser humano.

Como fuera, los potenciales de Lázaro se incrementaron peligrosamente y solo cuando observó que Enter seguí­a operativo, aunque dañado se fue recobrando lentamente.

Ya no habí­a puerta, pero tampoco habí­a montacargas ni motor ni mucho menos el frágil control electrónico con sus microprocesadores.

Solo habí­a un humeante agujero y una negra fosa con algunas cuerdas colgantes. Solo quedaba la posibilidad de descender por las paredes de la fosa asidos de los hierros aun humeantes dejando a Enter de guardia.

Fue cuando llegaron al final del foso, que escucharon el gruñido de ataque de Ares casi a 500 metros de allí­, que resonó en la cueva y los motivó a avanzar corriendo a toda la velocidad que le permití­an sus motores de impulsión directa. 

A todo esto Flora habí­a seguido todo el operativo a través del monitor estereofónico y los 8 reproductores acústicos del cuarto de comunicaciones del vector. Habí­a arrancado una motoave y la tení­a en vuelo estático a la espera, a dos metros del vector. Observó el descenso en rapel con Enter colgando de Lázaro y luego el portal automático que se abrió al detectar a Robert.

Luego vio el corredor y la puerta del montacargas y escucho todos los diálogos y la decisión de Jim al dirigir su ejercito. Lo que no pudo escuchar fue la orden de Jim de que volaran la puerta. Solo observó la voladura y luego la imagen oscura y sin sonido que la aterrorizó.

Al no poder recuperar la transmisión temió lo peor, salto de su asiento, montó la motoave y se dirigió al portal ignorando si la envergadura de su vehí­culo le permitirí­a el ingreso.

Le pareció que sí­, apuntó al portal y aterrizó en el corredor de ingreso al montacargas. Allí­ encontró a Enter todaví­a trémulo por la explosión, sordo y ciego. No perdió tiempo con él viendo que podí­a ser reparado posteriormente.

La fosa era pequeña pero consideró que podí­a pasar y así­ lo hizo con una magnifica maniobra que le permitió acceder a la enorme caverna de los servidores. Observó a los tres robots humanoides corriendo desesperadamente hacia las oficinas y los ladridos y gritos mezclados que provení­an de ellas, varios disparos de un arma de fuego y luego el silencio.................








    

CAPITULO 11


EN DONDE EL ENEMIGO ES FINALMENTE DEVELADO


Los robots llegaron a la oficina todos al mismo tiempo y observaron a Jim con un arma aun humeante, Ares corriendo nerviosamente en silencio de un lado a otro como sin saber a quien atacar y a Robert tembloroso moviendo su cabeza en un permanente "no". Pero del enemigo, ni vestigios, a no ser que........: 

Cucarachas, cucarachas por doquier saliendo de las computadoras y un olor penetrante que confirmaba la invasión. Las cucarachas habí­an sido las responsables del fin de la humanidad. Una humanidad que habí­a resistido casi por milagro a una tormentosa era atómica, habí­a por fin sucumbido a una colonia de cucarachas americanas (las más pequeñas y prolí­ficas).

Tantas historias de ciencia-ficción en donde majestuosos animales terrestres o extraterrestres se convierten en monstruos con un enorme cerebro y atacan a una civilización de bondadosos y pací­ficos seres humanos, para que al final y como un cachetazo del destino, la mas pequeña de las especies, un insecto con la menor de las relaciones de "masa del cerebro a masa total" derrotó a una civilización con una relación mucho mayor y que se consideraba dueña del planeta y sus alrededores habitables.

El hombre habí­a desechado la colonización de otros mundos y sus avanzadas habí­an retornado a la tierra, una ves que habí­a quedado demostrado que los humanos (luego de la desaparición del dinero) podí­an vivir en paz y sustentados en abundancia por una ciencia humanizada. Sin hambre, sin guerras, sin enfermedades el hombre se sintió Dios, hasta que una colonia del más humilde de los animales anidó en un sistema vital de la humanidad y ese sistema vital declaró la muerte de la humanidad toda, desconectando su sistema de purificación del aire.

Cucarachas, cucarachas. Una cucaracha, prácticamente no tiene un cerebro destinado a las funciones no especificas. Es decir que si del cerebro total, quitamos aquellas funciones vitales destinadas a la alimentación, a la evacuación, a la procreación, a la visión, a la audición y a la respiración, prácticamente no queda lugar. Todo lo demás son simples reflejos condicionados.

Pero esos reflejos condicionados se fueron adaptando con el tiempo y ahí­ estuvo el éxito de la cucaracha como especie. La cucaracha acompañó al hombre desde los albores de la civilización, pero a despecho del hombre; ella, desde siempre, fue un flagelo, una infección. Siempre estuvo a la sombra del hombre, comiendo sus sobras y sus suciedades y se adecuó a las cambiantes costumbres de éste, realizando increí­bles proezas de adaptación. 

Una de estas proezas es el llamado "reflejo de huida". Una cucaracha no puede defenderse de un humano o de un animal que conviva con un humano (perros y gatos). Si la descubre el humano la pisará. Si la descubre un gato o un perro la atrapará y se la comerá. ¿Que hace entonces una cucaracha cuando percibe que es descubierta? Huye.

Pero ¿como sabe que fue descubierta? Realmente parecerí­a que es capaz de percibir la mirada del hombre o del animal. Pero una mirada es intangible por lo tanto la cucaracha solo depende de sus sensores luminosos (la cucaracha percibe que se encendió la luz) o de sus sensores de vibración (sus antenas). Es decir que cuando percibe luz y movimientos del aire huye.

Su única salvación está en la velocidad de sus reflejos. Si se detuviera a pensar hacia donde huir, deberí­a mirar, analizar las imágenes, comparar las distintas soluciones del problema y recién después comenzar la acción de huir. Pero la cucaracha no hace nada de eso. Ella se adaptó al medio y sabe que se encuentra dentro de una habitación. Y que las habitaciones tienen paredes y que el lugar mas seguro es el ángulo de la pared y el piso porque allí­ no llegan las trompas de gatos y perros y los zapatos de los humanos.   

Entonces su "reflejo de huida" le dice que debe correr hacia cualquier lado, hasta toparse con una pared y luego debe recorrerla hasta encontrar un lugar oscuro donde ocultarse.

¿Que armas tiene una cucaracha para atacar a un humano? Parecerí­a que ninguna. Que su tamaño desproporcionadamente pequeño comparado con hombres gatos o perros la hace totalmente indefensa, pero el tamaño poco importa. Un mosquito es mucho mas pequeño que una cucaracha, pero su mecanismo reproductor lo obliga a clavar su aguijón en los seres humanos y así­ son vectores de transmisión de terribles enfermedades como el Dengue y la malaria.

Si ir tan lejos hay un insecto muy parecido a la cucaracha, la vinchuca, que también requiere sangre para reproducirse y también es vector de enfermedades como el mal de Chagas.  

Pero una cucaracha lleva sus crí­as en una cápsula que transporta con su cuerpo y lo único que necesita es una temperatura adecuada de 20 a 50 °C para reproducirse. No requiere sangre humana o animal para su reproducción. Sin embargo y a pesar de esto la cucaracha fue siempre un enorme flagelo para la humanidad por dos razones. Su enorme capacidad de reproducción y sus evacuaciones liquidas y sólidas. Las cucarachas son omní­voras en un sentido amplí­simo. Puede comer restos de comida humana, otros animales, vegetales. Pero también pueden comer papel, cartón, madera y muchos otras cosas inimaginables.

Y además de comer y digerir, es totalmente lógico que deba evacuar los productos tóxicos y esos productos tóxicos, sobre todo la orina, dañan cualquier dispositivo capaz de ser construido por el hombre. Prácticamente se puede asegurar que las cucarachas orinan una mezcla de ácidos que solo los metales preciosos pueden soportar, los metales comunes se oxidan y los circuitos impresos de las computadoras son de cobre.

Y así­ fue como las cucarachas invadieron a los servidores "Tabladefun" alimentándose con el papel de los manuales técnicos del sistema, prolijamente guardados en lo que habí­an sido las estanterí­as de los servidores y cuando el ácido perforó los gabinetes llegó a las plaquetas de circuito impreso y los mismos Mathers. Y todo ocurrió casi al mismo tiempo enterrando a la humanidad entera.

Jim no estaba lastimado, por lo menos en sus órganos externos. Pero el daño que  envolvió su alma lo hizo llorar como nunca antes habí­a llorado un ser humano. Jim llora por toda una humanidad. La humanidad estaba muerta y no la habí­a matado un animal superior u otros hombres. La habí­a matado una colonia de cucarachas y la desidia de un humano, un solo humano, que no fue capaz de presentarse personalmente cuando las circunstancias lo requirieron. Y además, el peor de los errores: haber confiado las decisiones importantes a un robot. Seguramente un viejo humano hubiera tenido en cuenta a las cucarachas. Porque el que alguna ves trató de desembarazarse de ellas, no podí­a haber olvidado la sensación de repugnancia que causan.

Pero Pascal no habí­a visto una cucaracha en toda su existencia. Solo las conocí­a por lo que decí­a su "estatorí­gido", no tení­a "sensación de repugnancia" y seguramente en su disco no decí­a que "las cucarachas comen manuales técnicos de computadoras" y orinan en las mismas. 

Los disparos que habí­an escuchado Flora y los robots cibernéticos fueron solo disparos al aire para desactivar el reflejo de caza de Ares. El pobre y valiente animal se abalanzó sobre las cucarachas, en lo que pensó como una orgí­a de sangre que no fue mas que una burla del destino.

Cuando Jim se recuperó, desconectó la alimentación de las máquinas y con la ayuda de los robots, las enterraron una a una en la arena, como sí­mbolo de billones de muertes inútiles. Y así­ la civilización fue enterrada 10 veces. 

     


  







           CAPITULO 12  


EN DONDE SE PLANEA EL FINAL DE LA VIEJA CIVILIZACIÓN Y EL COMIENZO DE UNA NUEVA


- Los reuní­ aquí­ para determinar los pasos a seguir, ahora que estamos prácticamente seguros de que soy el último ser totalmente humano de la tierra. Flora sentada a mi lado ha demostrado ser mucho más humana de lo que suponí­amos y yo he decidido que sea mi pareja y me ayude a repoblar este mundo. Galeno ¿es posible que Flora engendre un hijo mí­o?

- No lo creo Jim, si bien no podrí­a asegurarle que no pueda ocurrir mas adelante. Pero de lo que no tengo ninguna duda, es de que puede operar como madre sustituta porque fue prevista para esa función y le aseguro Jim que dentro de nueve meses podrá ver Ud. muchos hermosos bebes; porque mi consejo es que tenga gemelos. Solo necesitamos células femeninas y tenemos todas las necesarias.

- ¿Donde?  

- Como Ud. sabe, Lázaro utilizó varios métodos para inhumar a los seres humanos según sus creencias religiosas o sociales. Algunos fueron enterrados, otros cremados, otros arrojados al agua; pero en los últimos tiempos, muchos pedí­an el método criogénico que preserva los cuerpos como si estuvieran vivos. Esa será nuestra fuente de vida. De allí­ sacaremos células femeninas y espermatozoides para obtener una gran variedad genética.

Y podemos elegir entre los humanos muertos y procesados criogénicamente que son una enorme cantidad, para seleccionar a los mejores ejemplares, en todos y cada uno de los aspectos. Socialmente, psicológicamente desde el punto de vista de la salud...

- Alto, dijo Jim, solo voy a aceptar una selección al azar. Mi intención no es crear una raza de superhombres, porque la historia ya nos enseñó en que puede terminar eso. Quiero humanos normales. Petisos, altos, gorditos, flacos, negros, rubios, morenos, buenos, malos, inteligentes, brutos........pero humanos. 

En cuanto a los padres sustitutos, continuo Jim, propongo utilizar robots biológicos modificados con el programa de mi servidor, mezclados con barras de memorias de humanos también elegidos al azar. Por otro lado, quiero que se investigue la posibilidad de tomar fetos ya formados de mujeres que hayan sido congeladas en los primeros estadios de su embarazo, con intención de obtener bebes humanos concebidos naturalmente. 

Por último, a cada pareja se le asignará una mascota a su elección porque quiero recrear una civilización lo mas parecida posible a la desaparecida. Ahora vamos a los detalles.

Existe toda una infraestructura de la vieja raza humana, que aun puede utilizarse tomando los recaudos necesarios para no volver a cometer los mismo errores. Pero es mi intención recrear la humanidad de modo que no halla amos humanos y sirvientes cibernéticos. Vamos a utilizar los edificios existentes pero sin olvidar el exterior. Los modificaremos de modo que tengan puerta y ventanas reales pero una buena parte de la nueva civilización se desarrollará en el exterior, porque vamos a dejar descartados los sistemas de soporte de vida. Nuestro viejo y recuperado planeta hoy nos permite vivir al aire libre y yo no voy a desdeñar esa posibilidad ahora que se lo que significa. 

Comenzaremos esta nueva civilización con 100 parejas de robots biológicos  tratando de que en ellas estén representadas todas las razas humanas. Yo seré el presidente vitalicio, hasta que los nuevos humanos cumplan los 18 años y podamos realizar una votación.

En cuanto a los robots humanoides y animaloides; por ahora quedará activado solo un pequeño grupo de ellos: Pascal. Galeno, Robert y Enter, ¿están dispuestos a continuar ejerciendo las funciones de ministros y colaboradores que les he encomendado?

- Si Jim, dijo Pascal en nombre de todo el gabinete, le reitero nuestra colaboración más incondicional.

- Solo me queda determinar si continuarán cumpliendo con las tres leyes de la robótica y si sufrirán las modificaciones de mi eslabón. Quiero tomarme el suficiente tiempo para decidirlo porque de ello depende el futuro de su raza, ya que así­ los considero. Una raza que no tiene porque estar esclavizada a pesar de ser máquinas.

- Y Flora será la presidenta de esta nueva civilización, sé que en sus entrañas hay transistores y mecanismos, pero creo que el futuro de la raza humana le debe mucho y no se lo debe a su parte robótica, sino al ser humano que se esta gestando en su interior. Por eso la considero doblemente valiosa, porque en unos dí­as ella llevará latente en sus entrañas tres seres humanos, mis dos hijos y una nueva Flora que se humanizará dí­a a dí­a gracias a alguien que no puedo olvidar en esta declaración de principios. A mi eslabón, al más modesto de mis sirvientes, pero que fue capaz de modificar su sistema operativo, su propia alma, para realizar un milagro de amor.


FIN





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El Ing. Alberto Picerno, conocido en toda latinoamerica por sus cursos de Tv y LCD, es el autor mas prolífico sobre Electrónica, con mas de 40 libros tecnicos y cientos de articulos publicados. 

Se inicio en el mundo de la electronica de niño ayudando a su padre que era hobbysta y aficionado a la radio.

Su experiencia temprana le permitio recibirse con medalla de oro al mejor promedio de "Tecnico Nacional el Telecomunicaciones" y posteriormente volvio a obtener la medalla de oro al mejor promedio como "Ingeniero en electronica en UTN"

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